¿Cómo viajar de Beauvais a París?

París es la ciudad más visitada del mundo y prueba de ello son los numerosos aeropuertos que la rodean y que permiten el acceso a la misma de una manera más o menos rápida y cómoda, a través de distintas compañías de vuelo y ajustadas para todos los bolsillos de los países colindantes que la seleccionan como uno de los destinos favoritos de Europa en fechas señaladas o durante todo el año.

Hoy vamos a ocuparnos de comentar uno de ellos, quizás el más lejano o el menos conocido, pero el utilizado por cada vez más compañías de bajo coste que permiten, de una manera económica, visitar atractivos turísticos como Disneyland París, Parque Astérix o la capital francesa sin rascarse demasiado el bolsillo.


Valga decir que al final de este artículo explicaré, brevemente, mi impresión sobre este pequeñísimo aeropuerto, así que tened en cuenta que primero analizaré el transporte de manera objetiva y al final os mostraré mi opinión más personal.

Beauvais, el hermano pequeño

Así como en otros aeropuertos de distinto calibre las alternativas eran varias y de distinta índole económica, esta vez Beauvais únicamente nos ofrece una opción, aunque económica y rápida.

Beauvais es el más pequeño de los aeropuertos comerciales cercanos a París.
FUENTE: Panoramio

Este pequeño aeropuerto inaugurado en 1979 y con fines estratégicos y militares tuvo, a mediados de los 90, que empezar a barajar la posibilidad de ofrecer pequeños vuelos nacionales o internacionales con la esperanza de reflotar la quiebra que venía arrastrando y las pérdidas de dinero debido a su caro mantenimiento.

A finales de la década y con la explosión de las compañías Low Cost, Beauvais se convirtió en un pequeño referente a la hora de visitar París o sus alrededores desde países colindantes a Francia como Bélgica, Alemania, Suiza o Italia. Es sobretodo este último país el que más ha apostado en los últimos años por el aeropuerto, dotándolo de algunos servicios más allegados al público comercial como tiendas, oficinas de atención a clientes o servicios de conexión directos con distintos puntos de la ciudad y de la zona.

El aspecto del hall de llegada es muy precario pese a contar con un par de tiendas

En este caso, el servicio de autobús a la capital francesa lleva ya unos años establecido, transportando a diario centenares de pasajeros en una conexión directa con una parada homóloga en el oeste de la ciudad parisina.

El autobús es básico

Al salir de la zona de recepción de maletas (en caso de haber facturado algo) nos encontraremos de frente una pequeña pero muy completa oficina de atención al turista. Es muy recomendable hacer acopio de folletos ya que incluso encontraremos varios en español, muy útil si queremos encontrar alternativas (como el parque Saint Paul, ¡con 5 credits incluidos!).

El puesto de información turística, un lugar muy útil para situarnos en la zona.

Encontraremos también justo enfrente un cajero y unos lavabos, por lo que es recomendable adquirir dinero en metálico ya que el pago de los billetes de bus NO se puede realizar con tarjeta, únicamente se hace con billete y moneda. El viaje a París es algo largo y muy pesado (sobretodo en horas punta en las que se forman atascos en el cinturón externo de acceso a la urbe) por lo que es recomendable pasar por lavabos y repostar algo de beber.

Saliendo del recinto del aeropuerto, a la derecha encontraremos las taquillas del bus

Allí mismo encontraremos también la salida al exterior y a unos 15 metros, pasando una pequeña zona llena de toldos blancos, una taquilla con dos ventanas donde se nos anuncia claramente la venta de tickets para el bus. El precio es fijo: 15€ el trayecto, con la posibilidad de adquirir ya un doble ticket de ida y vuelta por 30€, no existen descuentos ni rebajas.

Los tickets que os facilitarán (si adquirís el doble viaje I/V) serán dos parecidos a estos.

Adquiridos el o los billetes (recomendadísima la adquisición del billete de ida y vuelta, para evitar colas adquiriendo ticket de vuelta), nos dirigimos a la explanada asfaltada a nuestra izquierda donde, probablemente, esperará ya un autobús.

Aquí podremos adquirir fácilmente los tickets de nuestro viaje a la capital.

Los buses son de color blanco, adornados con serigrafías azules a los lados, y veremos claramente en dichas serigrafías y en el frontal del bus carteles que nos indican que es el bus de conexión Beauvais-París. No tiene pérdida.

Los vehiculos para el trayecto son parecidos a este, situados junto a las taquillas.

Un viaje con paciencia

El trayecto a París, como os he comentado, puede durar un tiempo variable, dependiendo del tráfico en la capital. Además a esto debemos sumarle las condiciones meteorológicas (en esta zona dependiendo de la época suele llover o incluso nevar) y las limitaciones de autopistas que en esta zona cercana a la ciudad son algo estrictas (nunca vi superar los 80 km/h al vehículo).

Durante el recorrido os recomiendo echar una cabezadita o preparar la llegada a París ya que el paisaje no tiene nada especial (apenas algún bosque o pueblecito típico de montaña, pero la mayoría son llanuras verdes y poco más. Al llegar a París ciudad el autobús nos dejará en la zona de Porte Maillot, un área comercial situada al noroeste de la ciudad, a medio camino entre el Arco del Triunfo y la zona de La Defénse (zona de negocios de la ciudad, repleta de altos rascacielos).

El edificio del Congrés de París nos dará la bienvenida, allí encontraremos la parada de Porte Maillot.

Reconoceréis enseguida, pegado a la explanada donde se sitúa la estación de llegada, un edificio comercial con una estética muy moderna, acompañado de una torre bastante alta, se trata del Palais des Congrés de París. Tendréis que bordear el edificio para encontrar la parada del metro más cercana (Porte Maillot).

En este punto tenéis dos conexiones posibles con la ciudad: usando el Metro accederéis a la parada Porte Maillot perteneciente a la línea 1 (amarilla) que os puede llevar hasta el mismo centro de la ciudad con paradas tan relevantes como Arc de Triomphe, Concorde (donde encontraréis los Champs Élysées y el palacio grande y pequeño), Palais Royal/ Musée de Louvre o Hôtel de-Ville (donde encontraréis el enlace directo a Notre-Dame).

En la parada de Porte Maillot encontraréis unas taquillas de atención al cliente personalizadas

La otra conexión es a través del tren cercanías (o RER) y la línea C (amarilla) que os puede llevar a paradas tan relevantes como Champ-de-Mars/Tour Eiffel, Invalides (justo delante de los palacios anteriormente citados) o St Michel/Notre-Dame.

No os preocupéis por dificultades como el idioma, en ambas estaciones (Metro y RER) hay oficinas de atención al cliente personalizadas en las que están más que acostumbrados a atender en diferentes idiomas, por lo que incluso os podéis aventurar a probar en castellano ya que es posible que la información básica os la puedan aportar ya allí. También os pueden facilitar mapas y planos de los distintos medios de transporte que os serán de gran ayuda a la hora de iniciar vuestra ruta.

Este es el aspecto que tienen los billetes del metro parisino, ¡no tienen billetes multi-viaje!

Y si el problema, pese a haber tenido oportunidad de adquirir dinero en metálico en Beauvois, es el dinero, no os preocupéis, en el enlace subterráneo entre Porte Maillot y Neuilly/Porte Maillot tenéis un cajero automático que os proporcionará el dinero suficiente para comprar billetes de transporte.

Una vez crucéis los tornos de acceso, ¡París os espera al otro lado!

Mi propia experiencia

Os he de advertir que tras decenas de aeropuertos visitados a lo largo de Europa, no ha sido la visita de Beauvais la más gratificante de todas.

En la llegada no tuve absolutamente ningún problema, todo fue como la seda aunque sí me di cuenta del enorme gasto de tiempo que se puede llegar a hacer con la conexión en autobús. El viaje, sin tráfico, podría alcanzar los tres cuartos de hora fácilmente. Obviamente, París es una ciudad congestionada, por lo que podemos añadir fácilmente media hora más a la demora por llegar, así que preparaos para un viaje cansado de más de una hora de duración.

Lo realmente indignante y inoperante de Beauvais se nota en la salida, cuando tenéis que regresar desde allí. Tanto el check-in como las esperas para pasar los controles de pasaje son eternas. Llegamos a esperar en una multitudinaria cola hasta hora y media y en todo momento fuimos tratados poco menos que como rebaños.

El trato del personal es muy distante y constantemente se encuentra uno con miradas o expresiones que pueden llegar a incomodar, además de la presión de llevar tanto rato de pie y esperando a pasar por el arco detector de metales. Si también sumamos el hecho de que de los 5 arcos disponibles únicamente dos funcionaban, la paciencia a uno se le va agotando por momentos.

Una vez pasados dichos arcos tenéis dos alternativas de entretenimiento en la diminuta sala de espera: un Duty Free muy discreto y una cafetería italiana de lujo con precios de lujo también.

En conclusión: NO es Beauvais un aeropuerto cómodo o adaptado a semejante ritmo comercial, por lo que probablemente os encontréis con dificultades y conflictos que os harán repensar la próxima vez antes de volar hacia este destino. Son recomendables alternativas mucho más serviciales y adaptadas como Charles de Gaulle u Orly, que indudablemente nos ofrecerán un servicio competitivo, aun pagando unos euros más.

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Así que ya sabéis, con esta extensa guía estáis a un pasito menos de poder visitar París, sus parques y su cultura sea cual sea el tamaño de vuestro bolsillo.