Indiana Jones et le Temple du Peril ( Disneyland Park)

Los que conocen mis gustos en cuanto a coasters saben bien que, si bien en ocasiones me convierto en un sibarita excepcional de la calidad, la suavidad y el buen hacer, también me suelen apetecer rarezas y proyectos que, quizás a los demás, les parezcan extremadamente malas o de pobre facturación.

Hoy romperé una lanza a favor de una de estas coasters, un juguete roto del mundo de los parques que, a mi parecer, es injustamente criticado en multitud de foros y webs especializadas (como creo que ocurre muchas veces sin aplicarse una auténtica justicia objetiva).

Hoy, en Bloggercoaster, hablaremos de Indiana Jones et le Temple du Peril, una de las pocas auténticas joyas que podemos disfrutar en Europa, de la mano de Intamin.

Un pequeño Frankenstein francés...

Aunque Intamin ya había trabajado en distintos y variados proyectos a lo largo de su primera década de vida, lo cierto es que únicamente había tenido un cliente claro: Six Flags. La empresa americana apostó a pies juntillas por la novata empresa constructora suiza que le ofreció un amplio catálogo de coasters de, digámoslo así, dudosa calidad.

La entrada del recinto ya nos muestra una temática repleta de objetos de aventura.

Intamin había jugado también tímidamente con Efteling, ofreciéndole un par de proyectos de los cuales a día de hoy nos queda únicamente uno (Bobbaan), por lo que podríamos decir que la reputación en los antiguos y tradicionales parques europeos no era demasiado buena.

Pero todo esto cambió a principios de los 90, cuando la omnipresente Disney decidió echar un vistazo a los catálogos que ofrecía una todavía inexperta Intamin, pero capaz de realizar un proyecto económico y totalmente customizable a una temática extrema, que al fin y al cabo es lo que siempre Disney ha buscado.

El primer impacto visual de la coaster es tremendo, muy logrado y enigmático.

Intamin, jugando pícaramente con las licencias de Pinfari y su coaster-loop TL-59, decidió copiar al dedillo el layout del modelo original de la empresa italiana, ayudándose a la vez de otra empresa del mismo país: Giovanola, que sirvió de puente entre una infravalorada Intamin AG y un desconfiado Disneyland París en construcción por entonces.

Lo cierto es que se desconoce el presupuesto final del proyecto todavía a día de hoy, pero sí se sabe y se obvia que Intamin no triunfó con un modelo demasiado anticuado, falto de novedad y con un attendance notablemente bajo de tan sólo 500-600 personas por hora. La prueba de todo ello es que, hasta el día, esta ha sido la única aventura de Intamin con este modelo (predecesor de su elogiada mine-train).

El último latigazo del famélico "Indy"

Disneyland París, como he dicho, se encontraba inmerso en su construcción por entonces, así que el planteamiento que hubo previo a esta coaster hoy en día se sabe que era de una envergadura muchísimo mayor a lo que finalmente se hizo.

Los trenes de Indiana Jones et le Temple du Peril se adentran varias veces entre las ruinas.

En realidad Indiana Jones et le Temple du Peril es una pobre herencia de lo que iba a ser un área temática entera dedicada al famoso arqueólogo con, se comenta, un total de 3 rides con temática exótica y un plus de sensaciones bastante refrescante para los visitantes. La primera de las rides iba a ser Indiana Jones Adventure, una especie de flat o spin-ride o, dicho de otro modo, una comedora de attendance por horas que posiblemente hubiera recaído en manos de Huss o Zamperla a la hora de su encargo y posterior construcción.

En la misma área iba a convivir también una ride de paseo parecida a las que por entonces se pusieron de moda en medio mundo: coches a través de una jungla encontrándose con animatronics en forma de feroces animales y, quizás, la intrusión en algún edificio semi-derruido.

La espectacularidad de la zona sumada al carismático ruido hacen de esta una coaster admirada.

Finalmente tenemos la gran major que se iba a convertir en todo un símbolo para el parque y que iba a estar directamente inspirada en Indiana Jones y el Templo maldito, una de las películas de la vanagloriada saga Jones. El proyecto inicial habla de selvas enormes, de un templo con bastas salas abandonadas y lúgubres y de una mina explotada por una antigua civilización perdida.

Pero el problema, como en casi la mayoría de proyectos de construcción desde 0 de parques enteros, fue que el presupuesto no llegaba ni mucho menos para tanta acrobacia temática. Primero se redujeron la cantidad de rides que completarían el lugar, posteriormente se redujo la extensión y finalmente se desechó un proyecto que, de haberse hecho realidad, todavía hoy con total probabilidad sería una coaster de referencia mundial.

En varios tramos los trenes consiguen velocidades y fuerzas vertiginosas.

Sencillez barroca = emociones fuertes

Me gusta. Me gusta mucho Indiana Jones et le Temple du Peril. Y no me gusta por la cantidad de inversiones (únicamente una), ni por su altura (unos nada despreciables 18 metros), ni tan siquiera por su velocidad (75 km/h). La coaster de Indiana Jones me gusta por su espíritu indomable, por su estructura rocosa y sólida y, sobretodo, por la gestión que hace del espacio y del layout.

Es eso, el layout, lo que llama la atención también, por su falta de elementos realmente innovadores, echemos un vistazo al POV publicado en Youtube:

Salida de estación a curva derecha a 90º, pequeño paso por trims reguladores, otra curva a derecha a 90º para entrar de lleno a drop, subida lenta a cadena, recepción en la parte más alta rodeando la cúspide del templo y entrando de lleno en un first drop en diagonal que ya nos vaticina algo de velocidad. Volvemos a subir para entrar a curva izquierda de 180º, recepción en MCBR de seguridad para recibir la furiosa entrada del second drop (mucho más directo e intenso que el primero), el pequeño pero efectivo loop completamente redondo (a la antigua escuela), curva peraltada a izquierda subiendo en espiral a una larguísima recta con unos trims al final. Pasamos a una enorme curva peraltada a derecha y entramos en espiral completa ganando velocidad saliendo a medio camel en subida con recepción de trims desactivados, curva peraltada a derecha abierta e inclinada para ganar velocidad (no muy elevada en este punto), sucesión de recta bastante inclinada para curva hacia la derecha subiendo con inclinación y una recepción en triple hilera de final brakes que frenan y ajustan el tren que sale de estación en ese momento.

No observé ningún transfer, aunque está claro que la inmensidad de la tematización bien podría disimularlo y es posible que no los viera, la cantidad de trims y brakes que observé me hacen sospechar que los trenes se guardan en la misma recta del final, por lo que quizás tenga 3 trenes en total.

Una coaster cargada de curiosidades

La primera es que para Disney esta iba a ser su primera coaster con inversiones en todo el mundo. Claro está, esta premisa fue destruida más tarde con la construcción de las míticas Space Mountain y Rock'n Roller Coaster.

Otra de las cosas que la gente más recuerda es que durante 4 años esta coaster tuvo asientos backwards. Esto responde a una extraña estrategia remodeladora de Disney a finales de 1999, cuando para la temporada 2000 quiso presentar de nuevo al visitante la misma coaster pero con los asientos girados, para poderla "disfrutar" a la inversa y experimentar la bizarra sensación del layout al revés.

Justo antes de acceder a la estación de carga se nos ofrece una magnífica vista del entorno.

Para ello tuvo que suavizar muchas partes que, hechas del revés provocaban estragos en el físico del visitante (sobretodo hombros y cuello) además de añadir y maquillar algunos tramos del theming que mostraban partes del backstage que, hasta ese momento, no se veían si hacías el recorrido en el sentido original.

Lo único bueno de esta semi-novedad es que el attendance que ofrecía hasta ese momento (increíblemente pobre con 4 filas de 2 asientos por tren) se vería mejorado con una tercera fila por carro, es decir, 6 filas por tren y pasar de cargar 8 personas por tren a 12. Puede parecer una tontería, pero incrementar 4 personas por ciclo puede significar incrementar 150 o 200 personas por hora, lo que hace que las colas se vean generosamente reducidas.

Finalmente también vale la pena comentar que la conocida Raging Spirits de Tokyo DisneySea (la aventura japonesa de Disney de posterior facturación al parque parisino) estuvo directamente inspirada en Indiana Jones et le Temple du Peril, de lo que se denota tanto la temática como el espíritu de la coaster nipona.

*****

Allí donde muchos ven dolor, yo veo intensidad. Allí donde algunos ven elementos bruscos, yo veo ingenio en la temática. Allí donde otros ven una coaster mediocre sin valor alguno, yo veo claramente la segunda mejor coaster del parque.

Siempre es difícil defender algo a lo que todo el mundo está prácticamente opuesto, pero hoy puedo decir que en mi primera visita a los dos parques franceses me llevé una muy grata sorpresa con una coaster que sí, es sencilla y sí, tiene un tipo de vías que vibran en exceso, pero la sensación de estar totalmente inmerso en una excavación arqueológica de mediados del siglo XX hace que desde la entrada hasta que salgas de ella te sientas todo un aventurero, lejos de la infantilidad de Disney o de la dureza de la comercialidad de los parques.

Por un momento, con Indiana Jones et le Temple du Peril, te sientes Indiana Jones realmente, sólo por eso, vale la pena tenerla en un digno pedestal.