Siempre he defendido que cuando existe una afición que congrega regularmente a miles e incluso millones de seguidores (y los parques es una de ellas) existe el sueño o ilusión de convertir lo que es una pura afición en algo más, en un logro, un hito o incluso un trabajo. Hay quien encuentra la manera más lógica de hacerlo a través de años de estudio y práctica para acabar siendo directivo o creativo de parques y hay quien, como veremos a continuación, lo lleva al máximo.
Conocido a lo largo de estos años por cada uno de los récords que él mismo ha batido, hoy en Bloggercoaster vamos a analizar la vida y anécdotas de un hombre modélico por probar su cuerpo hasta el extremo y montar en coasters durante días, semanas e incluso meses seguidos.
The Roller Coaster King
Así es como simpáticamente se le conoce, Richard Rodríguez (12 de diciembre de 1958, Nueva York) desde bien pequeño tuvo claras sus aspiraciones. A temprana edad sus padres lo acostumbraron a visitar con regularidad su home-park de Coney Island y a riddear en la estrella del parque (que sigue siéndolo todavía a día de hoy): Cyclone.
La mítica woodie, una de las más antiguas que se conservan y en funcionamiento todavía en la actualidad, enamoró desde un principio los infantiles pensamientos del joven Rodríguez, que con 18 años ya decidió poner remedio a sus inquietudes y deseos juveniles acordando con el parque su primer récord mundial: montó en Cyclone durante 104 horas seguidas, con ciertos minutos de descanso estipulados previamente.
En el siguiente video, realizado por nuestros amigos de ECoasters, podemos observar cómo realiza el rey de las coasters un ciclo en la popular Expedition GeForce:
Este fue sin duda el pistoletazo de salida a una vida llena de récords, retos, enseñanzas y triunfos, ya que hasta el día de hoy Rodríguez sigue luchando por hacer de su causa (montar durante largos periodos en coasters) una causa beneficiosa para la ciencia y la beneficencia.
A lo largo de estos últimos años (sobretodo entre sus últimos registros pulverizados) Richard se ha encargado de realizar récords Guiness en algunas de las coasters más características de EEUU, Canadá, Inglaterra o Alemania, batiendo siempre sus propias marcas y estableciendo un auténtico ejemplo para entusiastas que, pese a haberlo intentado en multitud de ocasiones, pocas veces le han podido vencer.
Rodríguez tras conseguir una de sus múltiples metas en la imponente Pepsi Max Big One.
FOTO: Sky News TV
Algunos de sus récords más famosos, aparte de su primer y tímido intento en Cyclone en 1977, han sido el riddear durante la friolera de 368 horas la matadora Superwirbel (Holiday Park), riddear durante 2000 horas Big Dipper (Blackpool Pleasure Beach) y el récord más mediático: riddear Expedition GeForce durante 104 ininterrumpidos.
Todo un nuevo deporte
Y es que realmente se ha convertido en un deporte para Rodríguez y para todos los entusiastas que intentan batir récords a lo largo de todo el mundo, y como en todo deporte, hay unas normas y unas reglas que no se pueden saltar y deben ser cumplidas (sobretodo si lo que el entusiasta quiere es acceder al podium de los premiados por un World Guiness Record).
En primer lugar se debe establecer con el parque un control extremo tanto de la salud del entusiasta como de la salud de la coaster. Ésta debe ser revisada en un periodo establecido de horas, por lo que se debe alternar en la mayoría de ocasiones el uso de varios trenes (así mientras uno circula ininterrumpidamente el otro es revisado por seguridad).
El récord se puede romper de varias maneras (e incluso en ello es experto Richard) ya que hay parques que tienen cierta restricción horaria debido al ruido causado por sus coasters o el hecho de tener la coaster abierta al público mientras el recordman cumple su hazaña.
Hay 3 tipos de récords de duración: el ininterrumpido, el de ciclo diario y el mixto. El ininterrumpido consiste en montar sin parar la misma coaster, únicamente siguiendo una pauta de descanso de 5 minutos por hora riddeada, minutos que pueden ser acumulativos (esto es 5 minutos para 1 hora, 10 para 2 horas, 15 para 3 y así sucesivamente).
La celebración de sus récords siempre es por todo lo alto, medios de comunicación incluidos.
FOTO: SKY News TV
Este tipo de ciclo permite que los clientes regulares monten en la coaster también, sin necesidad de tenerla que cerrar exclusivamente para el record breaker, aunque sólo se permite un tiempo de carga en estación máximo de 4 minutos (lo cual hace que el personal de estación tenga que ser rápido y efectivo) y durante esos 4 minutos el recordman no puede pisar la estación, debe permanecer en su puesto. La característica única del récord ininterrumpido incluye también situaciones extremas como puede ser riddear de noche (toda la noche sin parar) o lloviendo, lo cual lo convierten en el modo más difícil de romper.
Para ello, por ejemplo, Rodríguez dispuso en Big Dipper de un tren especialmente acondicionado que le permitía hacer sus necesidades en un compartimento especial o, por ejemplo, tener una pequeña tienda de campaña en uno de los carros, lo cual le permitía descansar, comer o incluso dormir mientras la coaster estaba en pleno ciclo.
El ciclo diario es similar al ininterrumpido sólo que se cumple bajo el horario regular del parque. Esto es si el parque abre a las 10:00 de la mañana y cierra a las 17:00 de la tarde, se estaría montando en la coaster durante 10 horas sin parar (siguiendo eso sí la misma norma arriba especificada de los 5 minutos por hora, sólo que en este caso no son acumulativos). Este ciclo es algo más fácil ya que permite que el recordman descanse de manera natural y recobre fuerzas durante cada noche. Este fue el modo que utilizó para romper el récord de SuperWirbel, Expedition GeForce o Cyclone.
El rey de las coasters posa junto al equipo de trabajadores que le asiste en Expedition GeForce.
FOTO: Coasters and More
Por último tenemos el ciclo mixto que no sería más que una variante del ininterrumpido. En ocasiones los parques cumplen restricciones de apertura de coasters (bien sea por ruido ambiental, bien sea por legislatura vigente en el país). Es el caso por ejemplo de Pepsi Max Big One, en Blackpool Pleasure Beach, la cual tiene una restricción de operativa de 22:00 PM a 8:00 AM., por lo que las horas nocturnas tienen que ser riddeadas en Big Dipper, que no tiene esa restricción. En esta ocasión Richard Rodríguez ha utilizado sólo 2 veces este modo, haciendo tándem de Big Dipper + Pepsi Max Big One en Inglaterra y de Superwirbel y Expedition GeForce en Alemania.
Aparte de esta normativa, hay algunas reglas más que deben cumplirse para poder aparecer en el libro Guiness de los récords, como por ejemplo que el ciclo de la coaster debe durar más de 60 segundos (por lo que las launcheds o las shuttle no entrarían en esta categoría); que no se permiten coasters con inversiones (pueden ser de acero, pero sin inversiones) o que no están tampoco permitidas las kiddie coasters, como es lógico.
Una capacidad física especial
Quien más quien menos ha fantaseado con la posibilidad de montar ininterrumpidamente en una coaster, probablemente muchos (me incluyo) hemos tratado de marcar nuestros propios récords en alguna de nuestras coasters favoritas llegando quizás a cumplir marcas loables, pero está claro que el trabajo de Richard Rodríguez no es fruto del empeño, sino que también hay un ingrediente físico básico.
En algunos de sus intentos por batir récords ha sido también sujeto de numerosos experimentos y seguimientos médicos especiales, como en Expedition GeForce, donde por parte de el Centro Alemán de Aeronáutica de Kohln y del Instituto Alemán de Medicina en Aviación de Fuerstenfeldbruck (Munich), se le fue monitorizando y analizando a lo largo de todos los días que riddeó la coaster, para obtener resultados que explicaran su terrible aguante a la hora de experimentar fuerzas positivas de hasta 4,5G o negativas de incluso -1,7.
Richard saluda complacido en su último ciclo tras romper el récord en Expedition GeForce.
FOTO: Coasters and More
El resultado de estos y de posteriores pruebas en cámaras de presión y aire en recintos cerrados sobre el cuerpo de Rodríguez, demostraron que su cuerpo puede soportar una tensión arterial, un tipo de circulación y una presión ósea constante durante un tiempo más amplio del que podemos la mayoría de mortales, por lo que se podría decir que su cuerpo está, literalmente, hecho para montar en coasters sin subir de las 80 pulsaciones por minuto (algo parecido a lo que le ocurre a los ciclistas en sus largos ciclos de carrera).
Richard Rodríguez en la actualidad
Actualmente es profesor en una escuela de secundaria de Chicago, habiendo obtenido en 1995 el doctorado de Psicología, aunque compagina a diario esta actividad con la gestión de los beneficios recaudados por todas sus hazañas, cuyo destino final siempre son organizaciones benéficas para distintas enfermedades. Se calcula que con todos los récords cumplidos en Blackpool Pleasure Beach ha conseguido obtener hasta 30000$ que ha destinado íntegramente a una asociación benéfica contra la diabetes.
También los productos derivados de sus batallas personales son subastados o vendidos a particulares y coleccionistas y en EEUU suele ser un donante habitual para la asociación Give to Kids of the World, con sede en Orlando (Florida).
Pese a que su último récord fue en 2007 a bordo de Pepsi Max Big One, estos últimos años se ha rumoreado con la posibilidad de que el entusiasta norteamericano aterrice en Tripsdrill (Alemania) para establecer un nuevo récord mundial mucho más amplio en Mammut, la que es considerada la woodie más suave del mundo construida por Gerstlauer.
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Así pues, aquí tenemos un claro ejemplo a seguir, no solamente por las batallas libradas durante horas y más horas sobre una coaster (recordad, siguiendo normativas especificas y con una vigilancia médica concreta) que nos demuestran un valioso ejemplo de perseverancia y tenacidad, sino también por la solidaridad de Rodríguez aportando dinero constantemente a beneficencia y enseñando a lo largo y ancho del globo a respetar, valorar y apreciar el mundo de las coasters ligándolo a la lucha por superar enfermedades.
Quién sabe, ¡quizás esté leyendo Bloggercoaster el próximo Roller Coaster King!.
la verdad es que es un ejemplo a envidiar ^^ lastima que dejara el mundillo de los records, porque la verdad es que era un gran reclamo
ResponderEliminar¡Es increible! Lo que se me hace más difícil de imaginar es lo de dormir en la coaster, debe ser de película :D
ResponderEliminarDormir en la coaster xD xD
ResponderEliminarSí lo hacía sí... en Big Dipper tenía uno de los carros del tren cubierto con una lona con medidas reglamentarias (para no chocar con los soportes) y dentro de esa lona tenía el asiento retocado para poderse apoyar en postura fetal o poderlo adaptar para comer, por ejemplo. La verdad es que era un puntazo, lo vi en video pero estaba en streaming y no pude colgarlo aquí, sorry!
ResponderEliminarMe encanta!!!leer esto me hace afirmar que lo que varios sienten o sentimos por este mundo de coaster es fascinante, es un mundo que no muchos entienden o no muchos conocen, y por suerte podemos contar con gente que día a día nos enseña más de estas maravillas de ingeniería. un abrazo y gracias por el blog.
ResponderEliminarSi es en mi querida Expedition, como, duermo y hasta me voy de fiesta montando una barra de bar en el vagón.
ResponderEliminarEnvidia.... :D
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