En ocasiones nos dejamos llevar por el estado anímico, la meteorología o las malas compañías para definir cómo ha sido una visita a cualquier parque, cosa que influye negativamente sin tener éste culpa absolutamente de nada. Pero en esta ocasión me serviré con lo visto en otros parques de misma o inferior categoría en toda Europa y que bien podrían servir a modo de comparación con el parque sevillano.
Y para que no nazcan de esta entrada críticas destructivas ni despectivas, sirva leer la entrada de hace dos días, para darse cuenta de los primeros detalles de los que me di cuenta y que, en su mayoría, fueron positivos y esperanzadores.
No quiero convertir esta entrada en una especie de ataque o burla hacia el parque, nada más lejos, pues mi intención con los puntos que enumeraré hoy es que todos, tanto parque como clientela, tengan en cuenta aspectos objetivos en los que se podría mejorar y que, en la mayoría de los casos, no reportan una inversión multi-millonaria, ni un despliegue de medios enorme ni tan siquiera de una mente creativa brillante. En ocasiones los pequeños detalles se pueden resolver fijándonos en otros parques e intentando mejorar el producto hasta un nivel óptimo. Esa, y no otra, es la intención de la entrada de hoy.
Dicho esto y para no alargarme más hoy, en Bloggercoaster, vamos a analizar algunos aspectos negativos que un parque temático de la categoría de Isla Mágica no se debe (o no se debería) permitir.
Este aspecto valga decir que, bien sea por tradición o por rutina, la mayoría de los parques suelen caer en el mismo error y sólo se salvan aquellos cuyo departamento creativo es activo y constante, cosa que al parecer cuesta bastante de encontrar.
La primera inversión que se hace en un parque temático en su construcción suele constituir el grueso de inversiones que posteriormente se hará a lo largo de su vida, pues como es lógico en la construcción inicial se seguirán una serie de normalizaciones de estética, referencias visuales y temática uniforme.
Dicho más claro: cuando se construye un parque todo tiene cierta harmonía visual que se va rompiendo poco a poco con el paso de los años cayendo en errores comunes, pero de fácil solución.
En este caso, con Isla Mágica, este error lo podemos ver en la señalización distribuida a lo largo de todo el parque con rótulos de estética dudosa y sin absolutamente ni un ápice de interés por su tematización o adecuación a la zona. He seleccionado de entre todos los que pude ver y fotografiar algunos que serían bastante representativos.
Para empezar aquí podemos ver una comparativa entre la cartelería de inicios de vida del parque (cuidada, detallada, con filigranas a base de cemento y pintura o incluso detalles esculturales o de construcción) y la cartelería más reciente (austera, informatizada, en paneles sencillos de madera o hierro y sin una temática notable).
Por otra parte, y pese a que Isla Mágica en este aspecto suple bastante bien la publicidad de patrocinadores (sin llegar al nefasto punto visual de los Chupa-Chups de PortAventura o el logotipo de una empresa de helados en la noria de Mirabilandia) hay ocasiones en las que los patrocinadores mismos deberían tener en cuenta el golpe visual de sus publicidades y pancartas, como es el caso de Cruzcampo en carteles como este, donde han tenido mucho esmero en representar el imagotipo de la marca (fijémonos que incluso le ponen la "R" de marca registrada), pero donde no han tenido en cuenta ni el color inadecuado de la lona, ni la tipografía (directamente utilizando una Times New Roman sencilla) ni la cantidad de espacio en blanco y desaprovechado.
Por último he seleccionado un cartel que me llamó poderosamente la atención. Fuera de los mismos aspectos nombrados anteriormente (tipografía estandarizada, colores inadecuados e impresión en lona de plástico sencilla) llama la atención el hecho de que un espacio visual que se podría dedicar a contener el nombre de la coaster, sin más, se dedique enteramente a publicitar una modificación que, por otra parte, diluye totalmente el concepto (no olvidemos que la coaster no cambia para nada, sino que lo que sí cambia son simplemente los asientos). Con un simple cartel a pie de calle donde se especificara este cambio en la estructura de los trenes habría más que suficiente.
En resumen, podríamos decir que aunque encontré acertada la posición y cantidad de cartelería en el parque, vi alguna utilización de la misma completamente inadecuada y, sobretodo, un diseño y un esmero en la tipografía, los colores y la tematización totalmente insuficiente.
Curiosamente en numerosas calles sevillanas pude ver graffitis o murales que, clarísimamente, le daban varias vueltas a cualquiera de estos parches visuales negativos.
¿No sería, quizás, momento de plantear un cambio visual y contratar quizás alguna compañía de cartelería competente y eficaz?
Beneficios indirectos
La economía primaria de un parque siempre viene dada por los beneficios directos, que en general se suelen repartir entre precio de entrada y precio del aparcamiento de vehículos. Es dinero fijo que se cobra al visitante sin ofrecerle, en principio, ningún producto a cambio.
Pero como todos sabemos o intuimos, el beneficio de un parque no sólo se reduce a estos dos aspectos, sino que se suele ampliar en ocasiones hasta el infinito, utilizando numerosos elementos para sacar el máximo partido a cada visitante: restauración, servicios, juegos, entretenimientos, maquinas recreativas, elementos de pago aparte, etc.
En esta ocasión vamos a fijarnos en elementos que generan este beneficio secundario y que, como en todos los recintos, en ocasiones suelen estar bien introducidos con la temática y la sintonía del parque o, por el contrario, pueden comportar un serio daño estético a la hora de visualizarlos una vez instalados.
Empezaremos con este simpático rincón que pude encontrar en el área de Puerta de América, concretamente en una pequeña feria llamada Zona de Juegos. Obviamente, no hay por donde coger esto:
Suelo y paredes totalmente artificiales y sin harmonía con el entorno, aspecto de cubículo sin iluminación alternativa, los elementos de beneficio (las máquinas) no tienen ningún tipo de justificación (una máquina de discos de aire, un helicóptero de guerra y un bisonte) y, para intentar darle un aire acorde a la zona, la superficie de un barco pirata con el mar de fondo y un cielo nublado.
Tanto podría ser esta una zona de juegos como, añadiéndole una tarima, un escenario improvisado o, con cuatro mesas una fresca terraza interior. Da igual el uso que se haga de esta zona (que es visible desde el mismo vial principal del parque, no olvidemos, no es una zona apartada, no es un rincón), lo importante es colocar las 3 maquinolas y sacarse unos euros sin ofrecer absolutamente ningún atractivo real al visitante. Sinceramente este espacio bien valdría la pena cerrarlo a cal y canto o, puestos a conservar, vaciarlo por completo. Un cubículo de madera sin absolutamente nada tiene más atractivo que esto.
Sin alejarnos mucho de la zona (es decir, justo en frente), encontramos en la plaza central varios elementos de dudosa estética, aunque su colocación en principio viene dada por el beneficio que deben aportar al parque. Es el caso de un toro mecánico rodeado de la clásica colchoneta inflable para evitar las caídas
Personalmente no es que defienda demasiado el uso de este tipo de elementos en un parque temático, incluso en uno de atracciones tampoco me pega demasiado ya que es un tipo de atracción más reducida a entornos como las ferias. Pero me escatimó en demasía no ya el uso de este elemento, sino de una versión "mini" en forma de torito rodeado de su coqueta zona acolchonada y cubierto de un generoso toldo de jardín. Mirad la foto, creo que poco más os puedo describir la bochornosa escena.
No se exactamente el atractivo que querrán darle a esto pero, sin duda, rebaja muchísimo la categoría y la belleza temática de los edificios de alrededor de esta zona.
No nos alejamos demasiado (de hecho, caminamos apenas 5 metros más y nos lo encontramos de lleno) localizamos una zona de videojuegos y máquinas recreativas llamada El Cibernauta (curiosa denominación de un edificio situado en plena época colonial del siglo XVI).
En este caso la estética y el uso de los elementos de beneficio secundario ya no traspasan la frontera de los parques temáticos, ni de los de atracciones, ni ya tan siquiera la de las ferias. En esta ocasión introducimos, justo en el vial de paso de todos y cada uno de los clientes, elementos propios de las áreas de servicio o de los bares, ya que hablamos de las típicas maquinolas de gancho donde podemos conseguir (previo pago de 2 o 3 euros y con cierta suerte) un alegre peluche.
No hay justificación posible del uso de este tipo de máquinas en un parque temático de categoría como es Isla Mágica, pero es que tampoco es justificable el cartel que acompaña el arco de entrada de la puerta (en un alegre color azul eléctrico).
Una zona con arcos, fresca y temáticamente perfecta como debería ser, no se puede ver empañada por el uso de este tipo de máquinas recreativas que no hacen más que ensuciar estéticamente el vial.
En otros parques se usan máquinas más acordes con la zona (barcos mecánicos, cañones, fotomatones pirata, etc.)
Mi conclusión respecto a todo este despropósito es que donde veis esa máquina de amarillo estridente, fácilmente podría haber un carro rodeado de barriles y empaques exóticos donde un alegre trabajador o trabajadora nos sirviera, previo pago, corteza de coco, manzanas caramelizadas o zumos servidos en vasos y enterrados en hielo. Algo mucho más acorde y totalmente posible ya que lo he visto en parques de mucha menor categoría.
Adecuación y mantenimiento de zonas
Lo dije el viernes y no me cansaré de decirlo: Isla Mágica es precioso en parte gracias a sus enormes y rebosantes jardines verdes y el genial uso que se hace de éstos junto con la tematización acertadísima.
Pero como de aspectos negativos toca hablar, voy a destacar dos puntos donde observé que este buen gusto por la limpieza y el uso del mantenimiento se veían claramente mermados.
Por una parte tenemos que trasladarnos a Tren de Potosí, uno de los dos credits del parque, concretamente una kiddie de C&S, una empresa italiana cuyo currículum se extiende hasta la cifra de una coaster construida: esta misma.
Dejando de lado ese aspecto y la calidad de la kiddie, tenemos que fijarnos en el pobre y dudoso mantenimiento de jardinería o paisajismo en la base de la coaster, que podréis contemplar en la siguiente foto:
Como podéis ver, se ha dejado que la maleza y la suciedad se adueñe de la base de la coaster, dejando visible la tierra y las piedras y ofreciendo un aspecto de dejadez bastante lamentable. ¿Las alternativas? Realmente es un aspecto difícil ya que lo normal, por parte de todos los parques que he visitado, es cubrir por completo la zona con gravilla, roca volcánica o césped.
Por mi parte, únicamente apostaría porque Isla Mágica se fijase en el tratamiento que se ha hecho debido a la construcción de SésamoAventura a una kiddie de características similares llamada Tami-Tami. Rocas artificiales, palmeras, un pequeño lago, fuentes, cascadas o pasarelas de madera. Lo que no puede ser es que salgamos encantados con el tratamiento temático dado en Anaconda (un flume de tanta categoría como comenté en la anterior entrada) y nos demos de bruces en una kiddie arrinconada y poco conservada como es este Tren de Potosí.
Hay de por sí pocos credits en el parque (únicamente dos) y representa que el primer credit de los niños sevillanos tiene que ser este. Sería genial, por parte del parque, que se adecuase realmente esta coaster para que, siendo la primera, comportase toda una experiencia de cara a unos futuros clientes potenciales, dolorosa o no, pero ante todo bonita.
Y cerrando el aspecto de mantenimiento de zonas, no pude más que horrorizarme con una ride situada en la Isla de los Niños (también llamada la isla de la Fuente de la Juventud). Aunque volveré a hablar de ella en la siguiente sección, nos fijaremos mediante esta fotografía en el aspecto de mantenimiento y temática:
Si ignoramos por un momento el elemento principal (la barca en forma de caimán con el niño montado) y nos fijamos en la explanada de la parte de atrás, veremos que el trabajo de adecuación del terreno y decoración es totalmente nulo, dejando paso al tradicional "todo se vale". "¿Es una ride para niños? Pongámosle dos setas, una caracola y el resto que sufra el paso del tiempo", no se me puede ocurrir mejor razonamiento al porqué de esta zona tan descuidada y estéticamente pobre.
Curiosamente en ambos casos hablamos de experiencias básicas para niños. No puede ser que en un parque temático de categoría tengamos que ver semejante tratamiento para una kiddie y para un mini-flume, dejándolos caer en el olvido del tiempo y dándoles categoría de atracciones de feria con 4 elementos decorativos sin sentido.
Césped, arbustos, palmeras, flores, fuentes, cascadas, riachuelos, rocas artificiales, cabañas, troncos, etc. Hay un sinfín de elementos que acompañaría eternamente mejor a estas dos rides antes que la nada o el abandono por completo.
Criterio en la selección de rides
Tema especialmente peliagudo sobre el que quiero pasar sin hacer el más mínimo ruido ya que, tal y como nos indicó hace unos meses Antonio Peláez (director de Isla Mágica), el trabajo de elección de una ride en el parque viene de una previa selección por parte de la directiva del parque y no es un trabajo de varios días, sino que hay un estudio tras la elección de una nueva atracción mecánica para el parque.
En este aspecto vale la pena decir que los parques cuya economía ha tenido o tiene que subsistir bajo mínimos, nunca han presentado una selección de rides temáticas o ni tan siquiera acordes con la zona que ocuparán y que, Isla Mágica, en este aspecto, viene a ser uno más.
Especialmente en las kiddies y ampliándose al plano general, el parque presenta una selección distorsionada y confusa que, en gran parte, viene condicionada por el hecho de tener que adquirir rides de menor categoría a fabricantes desconocidos por completo, reduciendo totalmente la calidad final del producto.
Es el caso, por ejemplo, de la citada ride El Caimán Bailón. Como podremos ver en esta fotografía, se ilustra totalmente lo que he comentado. Mucha imaginación hay que ponerle al hecho de que nos encontremos en medio de una isla paradisíaca repleta de jardines y agua (no olvidemos que nos encontramos frente a la Fuente de la Juventud) y tengamos que situar un mini-flume estéticamente pobre y con una temática totalmente ida.
Nada es aquí lógico y todo se reduce a poner una atracción mecánica en favor de ampliar el curriculum de kiddies del parque. ¿Quiere decir esto que estoy en contra de la incursión de un mini-flume en esta zona? Para nada. Sin ir más lejos parques como PortAventura, Mirabilandia o Tibidabo incluyen en sus catálogos un mini-flume y en estos 3 casos el resultado temático dista muchísimo del logrado en esta ocasión.
Volviendo de nuevo a la pobre Zona de Juegos, no había suficiente con colocar un mini-toro mecánico, un rincón con 3 máquinas mecánicas sin sentido o una zona de recreativas con ganchos de bar, sino que en 2009 se añadió a este pintoresco lugar una ride infantil de Zamperla llamada Sapo Saltón.
Volvemos al mismo concepto de antes: creo que esta zona representa una feria local en un pueblo colonial del siglo XVI o XVII. En ningún momento veo una charca o un rincón húmedo donde puedan saltar alegremente los sapos. No hay una coherencia temática añadiendo este tipo de rides que sí, estamos de acuerdo, amplían la oferta familiar, pero merman totalmente los niveles de calidad estética de una zona ya de por sí castigada.
Y para finalizar este repaso en cuanto a adecuación de las rides, tenemos la estrella del año pasado: Navío Barbarroja.
La he dejado para el final porque se que la división de opiniones en este caso puede ser amplia. La selección de la tipología de ride, así como el target al que va dirigida, me parece muy correcta y, es más, tardaba en aparecer. Un barco pirata es casi un elemento obligatorio en cualquier parque temático o de atracciones que se precie y resuelve sabiamente esa brecha que se abre entre la edad de los pre-adolescentes y la de sus padres, convirtiéndola en la atracción idónea para disfrutar en familia de emociones algo más fuertes de lo normal.
Pero fijándonos en el resultado final de su uso en Isla Mágica, ¿realmente vale la pena que hayan introducido este elemento de esta manera?
Colores inadecuados, ciclo irrisorio, accesos complicados y apartados del vial, cartelería mínima y estéticamente pobre, adecuación inexistente a la zona previa, etc. La única excusa que salva la inclusión de esta ride en el catálogo del parque es la adecuación temática: es un galeón pirata. El resto, simplemente, será pasto del olvido una vez la montemos y pasemos a la siguiente.
Operativas
Para finalizar este repaso, nos fijaremos en un aspecto que se repite vayamos donde vayamos en todos y cada uno de los parques nacionales y que define, en ocasiones demasiado, el descontento general del cliente.
A estas alturas todos y todas sabemos ya que las colas en una ride se pueden mejorar y reducir enormemente si la gestión de la misma ride y de su attendance por hora es impecable y se lleva a cabo de manera correcta. Tenemos mil y un ejemplos si viajamos a parques europeos pero, por desgracia, en España estamos demasiado acostumbrados a tener que aguantar colas de una hora o incluso de dos horas.
En este ejemplo en concreto, nos fijaremos en Iguazú, la splash-ride, factura de Intamin, del parque hispalense. Durante todo el día y pese a existir una totalidad de 4 barcas disponibles (visibles desde el propio lift de la ride) la refrescante atracción estuvo funcionando únicamente con dos barcas. Una operativa básica, pero muy ineficaz en una ride con tanto attendance como son las acuáticas en esta zona, donde las temperaturas sobrepasan rápidamente los 30 grados.
Pese a que la carga y descarga fue más que correcta y rápida, el simple hecho de no añadir una tercera barca hacía que las colas se incrementaran innecesariamente, cosa que en días de gran attendance general en el parque debe traducirse en una especie de caos.
El mismo ejemplo se traslada a Jaguar, la gran major del parque. Pese a presentar unas amplias colas y un interés clarísimo por parte de los visitantes más jóvenes, la SLC de Vekoma estuvo todo el día funcionando únicamente con un tren, haciendo que el tiempo de espera entre ciclo y ciclo se hiciera eterno y convirtiendo una come-personas como podría ser en una insulsa consumidora de pocos clientes por hora. Dudo mucho que sobrepasara el nivel de 400 personas por hora, cuando lo normal sería que se llegase claramente a las 800 o incluso 1000.
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Lo dicho, queda claro que pese a que en todo momento hablamos de un parque bonito, perfecto en cuanto a dimensiones y preciosista, los detalles y los elementos por pulir son numerosos y en algunos casos demasiado evidentes.
Me considero un privilegiado por haber podido visitar el parque sevillano por primera ocasión justo ahora, cuando escribo el blog, ya que así he podido plasmar plenamente los detalles que se le queda a un visitante primerizo.
Es normal que los entusiastas de un parque, aquellos fans acérrimos que tienen Isla Mágica como home-park, dediquen más tiempo a analizar fallos, brechas o errores en muchísimos otros aspectos. Pero lo que no es normal es que el cliente primerizo, que en este caso soy yo, encuentre este tipo de fallos en la primera visita, la que debería ser mágica (como el nombre del parque).
Y para acabar, lo repito: mi intención con esta entrada no es menospreciar o ignorar el trabajo que hay tras el mantenimiento y funcionamiento de un parque de la categoría de Isla Mágica, para nada. Mi intención con estas líneas es la de mostrar a la directiva, en el caso de que eche un vistazo a lo escrito, pequeños fallos o errores que posiblemente sean difíciles de detectar en el día a día pero que son rápidamente visibles para el visitante nuevo.
Los fallos no se encuentran para burlarse de ellos, sino para lograr su solución y mejorar el producto final.
Coincido totalmente con todos los comentarios. En el tema del theming, desde hace cosa de un año les falla el departamento de cartelería, porque el año pasado no se encontraban estos carteles por el parque.
ResponderEliminarLas atracciones, bueno, algunas como "navío barbarroja" o "bucaneros" no sobran percisamente, pero como bien comentas, son necesarias, pero podrían haber sido de mejor calidad. En bucaneros por ejemplo, considero una aberración pintar las cajas cilíndricas de colorines y forrarlas con fotografías de vegetación O_O.
Por el resto, veo que he tenido más suerte en mis visitas, que siempre han sido en segundo sabado de agosto, y me he encontrado con las rides a pleno funcionamiento (todos los trenes/embarcanciones disponibles) , y con muuucho personal (4 operarios en jaguar, 6 en rapidos, 4 en iguazú, 3 en anaconda, etc.) y con todos los espectáculos y animaciones de calle a pleno rendimiento. Estas visitas si fueron mágicas, y más con un attendance normalito, que hacen que las visitas sean muy agradables.
Si algun día te planteas repetir, te recomiendo agosto, que aunque es caluroso, el calor no lo llegas a aprecias por la gran cantidad de sombras y elementos refrescantes, a parte de las rides, aspectos que comentas en tu anterior entrada.
Gran análisis! me encanta leer entradas así, y más de alguien que lo analiza de forma en que todas las criticas son constructivas y aplicando la razón como base de opinión (que en algunos sitios se hecha en falta).
Un saludo Jivo, y muchos ánimos con el blog! ;)
Adrián G
La verdad que yo estube en el parque hace tiempo, cuando la cartelería era acorde, y cuando navío y las infantiles no estaban. Viendo las fotos la verdad que se le queda a uno mal sabor de boca..
ResponderEliminarPero bueno, haber si con suerte alguien del parque lee esta entrada y pueden solucionarlo. La verdad que no son cambios que impliquen un alto gasto económico ni mucho menos...
Gran entrada Jivo!
Saludos!
Me alegro que te haya gustado el parque, aunque debo decir que cada año empeora en el aspecto de la tematización; con solo decir que en amazonia habia antorchas y en el dorado lamparas en el vial formado por 2 huesos y una calavera con la bombilla dentro... (ahora la mayor parte se encuentran deterioradas y como un objeto mas de uso en el pasaje del terror ¬¬)
ResponderEliminarUn saludo
Hay que estar aburrido para escribir todo ese tocho. Puestos a reclamar a gusto del consumidor pienso que la mejor opción es hacer un escrito y mandarlo a las oficinas de Isla Mágica y así tengan en cuenta todas estas críticas e intenten mejorar todo lo posible. Un saludo.
ResponderEliminarSi en cuanto a "todo ese tocho" te refieres a la entrada, ten en cuenta que visité el parque a sabiendas de la propia dirección del parque (es decir, estaban pendientes de saber mi opinión). De los comentarios realizados se tuvo en cuenta mejorar 3 puntos que apenas unas semanas después ya estaban resueltos.
Eliminar¿Puede servir tu método? Puede... aunque también podría decirte lo que hace la inmensa mayoría de los parques con los escritos que la gente "manda" a las oficinas ;)
Isla Mágica conocía mi visita y estaba pendiente de lo que escribiera, en resumen. Saludos.