Ha sido una de las pequeñas controversias de este año, sabíamos de sobras que era el aterrizaje (por parte doble, eso sí) de
B&M en tierras europeas, la vuelta de una grande a los encargos diferentes, con tematización, con espectacularidad en la puesta de escena. Sabíamos el modelo y sabíamos que probablemente se trataría de una coaster insuperable. Conocíamos su presupuesto, su construcción, su theming o su puesta apunto en fechas acotadas desde un principio por parte de la excelente gestión del parque alemán.
Pero aún así
Krake generaba dudas. No estaba (y ya hablo en particular) seguro del rendimiento de esta coaster, de su capacidad de absorción, de su attendance por hora o ya en el terreno más experimental de las sensaciones que podría ofrecer al cuerpo. Las comparaciones con
Oblivion (en el caso más cercano) eran inevitables. ¿Podría convertirse
Krake, la hermana pequeña de las dive machines, en el siguiente escalón en busca de la dive machine más asequible y sin pretensiones de grandes medidas?
Estos aspectos y, como es lógico otros más descriptivos y objetivos, los vamos a ver hoy aquí, en
Bloggercoaster, donde analizaré absolutamente todo lo que me pudo ofrecer esta pequeña joya a la que, a mi parecer, le queda demasiado grande la etiqueta de
B&M.