Os hablé de los curiosos horarios de los parques suecos, de las instalaciones del parque, de AtmosFear así como de una completa colección de rides que hoy veremos ampliada sin duda alguna.
Así pues hoy, en Bloggercoaster, doy el pistoletazo de salida a la segunda parte de análisis de Liseberg, donde veremos al completo las partes que nos quedan de este parque sin olvidar que la tercera parte de esta trilogía consistirá en un análisis más detallado de sus credits de gran calidad.
Zonas de tranquilo paseo... ¡y terror!
Nos habíamos quedado justo en la plaza que forman a nuestra izquierda Jukebox (una clásica spin-ride con algo más de detalles de lo normal), a nuestra derecha Kanonen (la launched de Intamin AG más compacta jamás construida) y frente a nosotros Balder, que apenas requiere de descripción pero vendría a ser algo así como toda una muestra de calidad en madera made in Intamin.
Si nos acercamos hasta prácticamente la entrada de Balder y giramos a mano izquierda veremos un ancho sendero pavimentado que nos conduce a un rincón que, sinceramente, tardé muchas horas en encontrar. No por la dificultad de encontrarlo, sino por lo escondido que parece (y es que teniendo dos credits tan cerca es difícil fijarse en un acceso secundario).
Mi sorpresa en este punto fue encontrarme con una buena oferta de rides y theming que, os aseguro, os gustará saborear durante unos buenos minutos (sobretodo porque la falta de theming en la gran mayoría del parque os hará buscar desesperadamente algo que sea menos estridente que una flat ride montada en medio del cemento).
Lo primero que nos encontraremos según vamos caminando por esa senda es, a nuestra izquierda, es SpinRock, o lo que es lo mismo: una especie de afterburner de KMG, una máquina gratuita de mareo que, para ser sinceros, no tuve el más mínimo ánimo de probar después de una horrible experiencia con The Claw, en HersheyPark:
Si salimos vivos de SpinRock nos toparemos enseguida con una de las grandes sorpresas de Liseberg a mi parecer: Kallerado.
Kallerado es el nombre que reciben los rápidos de este parque y confirman una teoría que desconocía por completo: pese a que en Suecia la meteorología no suela acompañar, saben gestionar muy bien sus rides acuáticas como veremos un poco más adelante con el flume.
En esta ocasión se trata de unos rápidos de Intamin AG (¿quién sino?) que a priori pueden parecer sosos y cortos, pero que se estiran muchísimo y consiguen varios puntos de auténtica salpicadura y mala baba a partir de la mitad de su recorrido. Varias piscinas de olas laterales (poco conocidas por nuestras tierras pero terriblemente divertidas), multitud de chorros directos a la barca desde puntos donde ni siquiera imaginas que vendrán (y cuando digo chorros digo casi como cubos de agua encima) y un par de mini-drops inesperados de esos que suelen medir un metro de altura como máximo pero que le dan cierto toque de velocidad a la barca y agilizan el recorrido.
Kallerado se convirtió en una ride muy a tener en cuenta por mi parte, lástima que descubriera estos rápidos prácticamente a última hora.
Una vez salidos de Kallerado podemos recorrer el perímetro exterior de la ride acuática hasta encontrar, a no más de 50 metros, otro de los atractivos principales de Liseberg: Gasten Ghost Hostel.
Los y las que más me conocéis sabéis que no soy gran amigo de las walktrough con actores reales, no me parecen complementarias a un parque de atracciones y generalmente suelo dejarlas atrás por muy buena fama que tengan. Fue el caso de Gasten Ghost Hostel. Pese a todo la ambientación prometía mucho y por la afluencia de gente que tenía y la cantidad de merchandising en las tiendas tiene pinta de que hará las delicias de los amantes del terror más realista. ¿Quizás para una próxima visita?
Justo al lado de Gasten Ghost Hostel encontramos el Gasten Ghost Bar, un local de reciente inauguración muy acorde con la walktrough anteriormente mencionada y que ofrece un nivel de theming bastante alto, con rincones repletos de piratas fantasmas y multitud de madera por doquier. Precios quizás un poco prohibitivos, pero merece la pena visitar el local:
Este es uno de los puntos más fotogénicos del parque, convertido en una especie de muelle colonial, encontramos incluso un barco de época "anclado" en este puerto y con preciosas terrazas para poder disfrutar de un café o una cerveza con vistas inmejorables (os podéis hacer una idea del tamaño colosal de AtmosFear comparando la altura a la izquierda de la imagen):
Y justo frente a este barco encontramos otro de esos elementos que más me han chocado de mi visita a los parques suecos, el Polketten:
Vendría a ser algo como un "polkádromo" o lugar donde bailar mayoritariamente polka. Y es que en este país los bailes tradicionales del norte son muy respetados y cosechan amantes en todas las ciudades convirtiéndose en el mayor hobby no sólo de la gente más mayor, sino también de jóvenes. Lamentablemente este día no había sesión de baile, pero en Gröna Lund también había uno y sí lo pude ver en plena acción y repleto de gente bailando en su interior al ritmo de la música en directo de una banda. Impactante y curioso, sin duda.
En este punto podemos encontrar un puente que, cruzando el canal que recorre de punta a punta el parque, nos llevará hasta la parte trasera de Jukebox, como podéis ver en esta panorámica:
El flume más loco
Pero en esta ocasión vamos a tirar un poco hacia atrás hasta llegar al punto donde nos quedamos en la anterior entrada, el puente que une la Wave Swinger (o sillas voladoras) con la plaza de Balder y Kanonen:
Si nos desplazamos hacia la izquierda encontraremos un conglomerado de rides y puntos de interés bastante importantes y que quizás queden un poco desplazados por la relevancia de los credits, pero que vale la pena visitar ya sólo por las increíbles vistas que hay del parque en este punto:
Para empezar y pegada a la verde colina tenemos una spin-ride de Mack Rides clásica en todos los parques de corte europeo e incluso en los americanos inspirada, cómo no, en un faro marinero y los barcos que fluyen alrededor de la luz giratoria:
En el centro de esta segunda y enorme plaza principal nos encontramos con otra de esas rides que podrían adquirir la pegatina de "mítica" en Liseberg: FlumeRide.
Como el propio nombre indica, se trata del flume del parque. Espectacular, no hay más palabras para definirlo, quedándose en la misma photo-finish que el flume de Isla Mágica y el de Holiday Park (los que hayáis visitado ambos parques comprenderéis el altísimo nivel del que estamos hablando).
Para empezar la estación es doble, por lo que la carga de esta ride es rapidísima, de hecho no había nada de cola y enseguida te cargaban en el canal. Como podréis comprobar la dualidad es espectacular hasta en la salida de estación:
Trataré de explicaros un poco el concepto aunque, creedme, es algo difícil. Lo primero es que tenemos un lift larguísimo a lo largo de una verde colina repleta de enormes árboles, lo cual es muy bonito y bucólico. Cuando nos suelta el lift a una altura de unos 30 metros de desnivel la barca (en forma, cómo no, de tronco de madera) empieza a adquirir una velocidad realmente considerable a la vez que afronta una serie de tramos sinuosos que bordean, literalmente, toda la montaña hasta llegar a cruzarse con Lisebergbanan. Y justo cuando parece que vas a caer por un gran drop, piscinita ancha, freno y vueles a subir ¡otro lift!
En este punto la altura ya es más que considerable (adquiriendo quizás los 45-50 metros de desnivel), el lift te vuelve a soltar y vuelves a hacer un recorrido sinuoso a una velocidad que roza la de los flumes americanos (más conocidos como water-coasters sin raíles). Y ahora sí que sí, el paisaje empieza a despejarse y tras una curva amplia nos damos cuenta de la magnitud y esperpento de la caída que, dicho sea de paso, es sin freno previo así que entramos en el drop a una velocidad brutal generando el consiguiente airtime y bajando un drop de unos 15 metros de altura hasta caer en una alargada piscina con un splash que apenas salpica un poco.
Pero no hemos acabado. Justo cuando parece que la barca empieza a frenar de la natural velocidad del impacto en el splash hay un pequeño drop de unos 2 metros, caemos en una piscina de frenado y se encara la barca hacia... ¿otro drop? Efectivamente. Segundo drop, esta vez algo más tranquilo pero con una altura mayor que el primero:
Caída limpia en una larga recta con un pequeño salpicado (nada que no se seque en un par de minutos) y una curva con entrada a estación. Y en el cuerpo la sensación de que acabas de ser vapuleado por uno de los flumes, repito, más espectaculares que he riddeado en mi vida. Este doble drop final es algo casi orgásmico que, durante sus buenos 20 segundos os tendrá totalmente en vilo.
Vale la pena mencionar que junto a FlumeRide encontramos la que será la otra gran novedad de este 2012 (ya que, por lo visto, Liseberg es un parque amigo de inaugurar una nueva ride/espectáculo cada medio año): Skepp o'Skoj, que no me quedó demasiado claro si será una splash battle o una ride de paseo en barcas a través de canal (el render que anunciaba esta novedad no lo dejaba demasiado claro), pero lo que si es curioso es que se encuentra justo en medio de la piscina del flume, una localización bastante idónea:
Como podéis ver en alguna de las anteriores fotografías junto a la estación de carga del flume encontramos Hanghai, una disk'o coaster de Zamperla que no merece demasiadas palabras por mi parte. Una más, sin aliciente alguno.
Junto a Hanghai, a mano izquierda, encontramos un enorme edificio que por la entrada bien podría parecer una especie de casino y que en realidad se descubre como "el edificio de arcades más grande que he visto jamás en un parque de atracciones", Spelhuset:
En él se puede encontrar prácticamente de todo: pinballs, arcades de shooting, mini-bolera, arcades de conducción o incluso simuladores de vuelo. Hay tres pisos enteros repletos hasta arriba de máquinas de gastar, así que si sois amigos de engancharos horas y horas a una maquinola... ¡tened cuidado!:
Al salir de Spelhuset y siguiendo un corto camino asfaltado encontramos Flying Elephants o el enésimo plagio total de la spin-ride de Disney (la famosa Dumbo):
Y en la finalización del camino, en una coqueta plaza rodeada de theming de castillos, encontramos otra curiosidad de este parque, Fairy Tale Castle:
¿Porqué es curiosa esta dark ride? En pocas palabras es un quiero y no puedo de Droomvlucht, la famosa dark-ride de Efteling consistente en una especie de monoraíl suspendido que recorre pasajes de fantasía, castillos y hadas. En este caso sorprende que la banda sonora, que es la misma que la de la dark ride holandesa, es audible a decenas de metros antes de llegar a la estación de carga. Y posteriormente una vez la riddeas copia, sistemáticamente, las salas que posee Droomvlucht: sala de castillos, sala de hadas, bosque encantado, túneles de luces... todo ello utilizando en todo momento la música original de la versión "cara" de Holanda.
En definitiva, salí sorprendido de conocer que la única dark ride auténtica de este parque intente ser una copia a todas bandas de otra dark ride que, por otra parte, es ejemplar a mi parecer. Curioso sin duda.
Bien, hemos explorado ya toda la variedad de rides que completan esta extensa área por donde, supuestamente, Liseberg debe ampliarse durante las siguientes temporadas (al menos eso reflejaba una reciente noticia de adquisición de terrenos colindantes ofrecida por el propio parque).
Vista esta zona, tiempo de fijarnos en la parte más visual del parque desde la lejanía: su verde y espesa montaña.
La montaña verde de Liseberg
Como vimos en la anterior entrada con AtmosFear hay varias vías de acceso a la montaña donde podremos encontrar las rides de más altura y, quizás, las más icónicas. Justo paralelas al final drop de FlumeRide encontramos unas escaleras que conectan con otra sección de escaleras mecánicas similares a las de AtmosFear:
Una vez se llega al extremo superior nos encontraremos rodeados por una parte de espesura y bosque plenamente verde (lo cual viene de lujo para poder hacer un par de inspiraciones con aire puro) y por otra parte de atractivas rides (que es para lo que hemos venido hasta estas alturas).
Justo frente a nosotros se nos presenta una de las tres altas torres del parque: Uppskjutet.
Se trata de la clásica torre con modo freefall de S&S, de la cual desconozco la altura pero pondría la mano en el fuego que se trata del modelo de 60 metros. Vistas privilegiadas de todo el parque en caso de que nos toque alguno de los asientos encarados hacia esa dirección o vistas hacia Göteborg en caso de que nos encaren hacia el otro extremo.
También junto a la salida de las escaleras mecánicas encontramos Waltzer, que vendría a ser una flat clásica de las de mareo gratuito (muy gratuito, creedme) con 8 góndolas situadas en un círculo con ondulaciones que, al girar el eje principal hace girar también el eje que tiene cada góndola provocando unas fuerzas centrífugas. Totalmente prescindible.
Si avanzamos unos 20 metros por el único sendero que se nos muestra en este punto nos encontramos con Ferris Wheel que, curiosamente, hasta este año era la única noria que tenía Liseberg en sus instalaciones. Una noria más a la antigua usanza que nos proporcionará unas vistas más calmadas del entorno y la posibilidad de sacar unas buenas fotografías panorámicas:
En este punto el camino se bifurca ofreciendo varios accesos. Si optamos por el de la izquierda y sin apenas movernos unos metros encontraremos Höjdskräcken, que es la hermana gemela de Uppskjutet en cuanto a medidas pero que cambia el modo free-fall por un modo de lanzamiento propulsado mediante aire comprimido desde la base hasta la cima de la torre. Lo más destacado en este caso es que alrededor de las colas de la ride encontramos una juguetona Lisebergbanan, creando ese efecto tan deseado por todos de hacer una torre de caída libre con una vía de coaster que pase alrededor describiendo un circulo entero.
Si optamos por el camino de la derecha el sendero asfaltado nos conducirá bosque a través para llegar a otro de esos magníficos cruces de coaster + rides con los que tanto disfruta el ojo de un buen freak de parques.
Se trata del cruce de hasta 5 ramales de vías de Lisebergbanan con el lift de FlumeRide y con la estructura de Uppswinget, que es un screamin' swing de S&S situado en una de las posiciones más impresionantes que he visto jamás para una ride de estas características:
Situado a una altura más que considerable, si nos incorporamos en la cara interior de cualquiera de sus dos brazos probablemente la emoción que sintamos no vaya más allá de la que se pueda vivir en Rush de Thorpe Park, por ejemplo. Pero es en la otra cara donde las cosas se ponen interesantes pues absolutamente nada nos priva de tener las vistas a todo el parque y a su lejanía (urbanizaciones de chalets, parques y periferia de la ciudad). Eso, sumado a la potencia de movimiento de sus brazos confieren a esta ride el poder de atraer al público, siendo sus colas de las más frecuentadas en todo el recinto.
Vista Uppswinget es momento de descender de las alturas poco a poco para llegar de nuevo a la base de la montaña siempre rodeados de hermosos jardines, altos y frondosos bosques y rides que juguetean a nuestro alrededor, como FlumeRide o Lisebergbanan:
Una vez completada esta ride se puede decir que el catálogo de Liseberg está 100% explorado ya, aunque más de media docena de caminos, rutas y senderos a través del bosque se añaden a una extensión de calles y vías enorme y muy difícil de completar en toda una jornada. Me pasé gran parte de la visita caminando y descubriendo siempre nuevos rincones con buenas vistas fotográficas o, simplemente, con un agradecido banco donde descansar durante la caminata.
En resumen...
Liseberg es un gran parque. Puede parecer pequeño, pero lo cierto es que considero que la información que nos llega aquí de él es terriblemente insuficiente (espero por lo menos que con esta entrada sea algo más completa) y en lo único que pensamos cuando nos lo nombran es quizás en Balder, Kanonen o Lisebergbanan cuando lo cierto es que ofrece una buena oferta para estirar, bien bien, todo un día de visita.
Los puntos negativos de este parque radican, como en la mayoría de parques con desniveles, en los tramos con rampas o de difícil acceso para minusválidos (una auténtica pesadilla sobretodo en lugares como la montaña), aunque vi un montón de rutas específicas para sillas de ruedas y muchas rides adaptadas para el acceso de personas con movilidad reducida. El apelotonamiento es, quizás también, uno de sus principales fallos. Puede que estemos en una gran área de cemento o espesura sin apenas una tienda o una kiddie alrededor nuestro y, unos metros más allá, nos encontremos rodeados de coasters o kiddies. Finalmente la falta de un merchandising sólido y variado con un sobredimensionado de la mercadotecnia de franquicias (desde Hello Kitty a Bob Esponja, las clásicas) hace que se eche mucho de menos una buena camiseta de cada coaster, postales de calidad o incluso algún recuerdo más freak sobre sus credits.
Los puntos positivos: Lisebergbanan (increíble calidad la de esta coaster por la que no parecen pasar los años), Balder (que vendría a ser la ventana del parque al mercado internacional, sin duda), el hecho de que las coasters se valoren muchísimo y se conserven a la perfección, una carga de ciclos perfecta que hace que constantemente se estén cargando y soltando trenes en las estaciones así como una gestión de las zonas cubiertas y de resguardo sabiamente llevada a cabo hacen de este parque el lugar ideal para visitar incluso con incesante lluvia (como fue mi caso durante la primera hora de visita).
Realmente los precios no son tan tan tan caros como se podría augurar antes de visitarlo. No me dejé en este parque mucho más de lo que me dejaría en cualquier otro parque europeo (y sin duda no me dejé lo que me dejaría en ninguna máquina de hacer dinero española). La sensación que me dejó Liseberg es la de un parque muy bien gestionado, con una renovación e incorporación de rides constante y con la opción de albergar, en no mucho tiempo, otra coaster puntera que ponga la guinda de un pastel que ya ahora mismo se presenta sabroso y apetecible.
Si visitáis algún día Suecia, Götteborg puede ser un buen destino y sin duda Liseberg debe ser una referencia a tener en cuenta.
*****
Hasta aquí la segunda parte de este completo análisis donde hemos podido ver la otra mitad del parque que no debe faltar en vuestra ruta parqueril sueca. Sin duda una auténtica sorpresa, una pequeña joya que quizás no brille por si magnificiencia pero sí por su excelente gestión y por una humildad que hace apenas se note presión económica o ansias de fama. Liseberg está ahí y si quieres visitarlo puedes hacerlo, ellos no deberán convencerte de que lo hagas.
Recordad también que todavía queda una tercera entrega de esta pequeña saga donde analizaré los 4 credits del parque (aunque Lisebergbanan tendrá quizás menos protagonismo ya que le quiero dedicar una entrada entera), cuatro credits totalmente ejemplares de los que vale la pena repasar sus datos aquí, en Bloggercoaster.
¡Hasta la siguiente entrada!
El parque tiene buena pinta, intentaré ir este verano.
ResponderEliminarLa verdad es que cuando dijiste que ibas a visitar Liseberg, había oido algo acerca suyo pero en ningun momento imagine que fuesen tantas las emociones distintas que puede proporcionar este parque que sin tener nada demasiado extremo parece que es un "pera en dulce" para cualquier aficionado a los parque sy tiene muy buena pinta
ResponderEliminar