Shambhala: el theming

Han pasado ya bastantes semanas desde aquél primer día de inauguración. Me negué a visitar el parque ese mismo día y decidí hacerlo un par de días después, con la consecuencia que todos y todas conocéis de no poder riddear por primera vez una hyper de B&M.

Desde entonces decenas de preguntas me rodearon: ¿porqué no he podido subir?,¿qué medidas necesito para hacerlo?,¿pondrá solución el parque a este problema? y una larga lista de etcéteras que se fueron extendiendo por la red conforme más y más gente se encontraba con problemas para riddear al gigante blanco.

Hoy en Bloggercoaster y casi un par de meses después, puedo decir que ya he podido riddear Shambhala. De hecho hace ya bastantes semanas que pude hacerlo pero he querido reposar para poder plasmar lo más fielmente las sensaciones que me transmite este coloso de acero. El turno de hoy es para el theming y los alrededores, parte básica e importante de cualquier novedad que se precie hoy día.

Shambhala: accediendo al área

Voy a tratar de analizar el theming y el emplazamiento de este credit partiendo desde la parte más baja del nivel de altura, situada a la salida de SésamoAventura y ascendiendo hasta llegar a lo que es la entrada principal, justo el recorrido contrario al que realiza la mayoría de la gente.

El arco de entrada si accedemos a través del área de Sésamo Aventura.

Como os decía, al salir de SésamoAventura (un acceso que a mi parecer no ha quedado excesivamente bien resuelto, con el paso sobre las vías del tren y visionado de una zona trasera del parque) nos adentramos en un sendero pavimentado que nos conduce al arco que veis en la imagen de arriba. Un arco de presentación de ride/coaster, algo muy típico del hacer italiano y que podemos identificar como estandarte si nos fijamos en toda la cantidad de arcos que suman SésamoAventura y Shambhala en la actualidad.

Con contrastadas letras rojas sobre fondo ocre pálido leemos el nombre de la coaster y, a nuestra derecha, encontramos una imitación de pergamino que reza lo siguiente:

"Entre los antiguos mitos del Himalaya figura un paraíso perdido. Rodeado por inexpugnables montañas. Por miles de años se han escuchado relatos acerca de este lugar más allá del Tibet, entre los majestuosos picos y apartados valles de Asia Central, que persiste como un paraíso inaccesible. Esta tierra fue retratada como un centro de felicidad y eterna juventud. Es un mundo escondido al cual parece imposible acceder. Es como los espejismos, está y no está. En su novela, el espiritista ruso Nikolai Roerich habla de Agharti, nombre del paraíso subterráneo budista, como del lugar donde estaba la sede del rey del mundo. Según Roerich, Agharti estaba relacionado con todos los continentes por medio de pasadizos secretos. Este lugar es conocido como Shambhala. ¡Empieza un viaje de leyenda en Portaventura! Descubre la experiencia Shambhala."

Bien, partiendo de la idea de que este pergamino nos debe presentar toda el área y una historia sólida en la que se base la experiencia, puede que el texto sea algo equívoco y esquivo en argumento.

Llamadme quisquilloso si queréis, pero he tirado un poco de la Wiki para documentarme acerca de todo este tema de Roerich y, si nos basamos en lo que he leído hasta ahora, esta presentación en pergamino baila mucho. El descubridor de Agharti NO fue Roerich, sino Alexandre Saint-Yves d'Alveydre y en base a la teoría del mismo fue Ferdynand Ossendowski quien asentó la base que explica el pergamino sobre la conexión de continentes mediante pasos subterráneos. Años después Roerich utilizó el término Shambhala (elogiado y protegido por los monjes budistas Vajrayana y las enseñanzas Kalachakra tibetanas) para definir Agharti como un paso plagado de demonios llamados "asuras" y existente tanto en lo físico como en lo psicológico.

Dicho esto, saco en conclusión que pese a que los datos bailan, como comentaba, lo que se pretende al fin y al cabo es mostrarnos un paraíso visto desde varias culturas asiáticas como tal. Pero Shambhala no es Agharti así como Agharti no es Shambhala. Hay que tener esto claro.

Hechas las presentaciones vamos a continuar con el análisis. Si de algo estoy totalmente contento con este nuevo añadido para el parque catalán es de que Dragon Khan, la eterna conocida por fotografías y desconocida por rincones (sólo la podíamos observar desde el mismo punto siempre) ha sido totalmente abierta y expuesta como la joya que merece ser y la podemos ver y fotografiar en la actualidad desde infinitos puntos de vista. Uno de ellos es su cada vez más impresionante dive-loop que luce en la actualidad brillantes colores y se encuentra rodeado por los nuevos senderos de Shambhala:

Bella y espectacular como nunca, nuestra querida Dragon Khan luce ahora al 100%

Repartidos a lo largo de esta zona veremos varios puntos leves de theming que empiezan a evocar la idea de paraíso que se nos quiere mostrar en los relatos previamente citados. Lo que no me queda muy claro es si en ese paraíso existe la sombra o los bosques. De ser así probablemente si queremos viajar al paraíso debamos llevar una gorra o, en su defecto, una sombrilla.

Loop, drop, objeto random de porexpán...

Lejos de estar ante elementos rígidos de cemento o estructuras duraderas que con el paso de los años apenas presentarán pequeños descorches por lluvias o granizadas, nos encontramos ante elementos vulnerables de una consistencia mínima (algunos le llaman porexpán, otros corchopán) lo cierto es que el theming, de la misma manera que ocurre con SésamoAventura, presenta irregularidades en la resistencia de materiales. Veremos qué tipo de factura pasa el tiempo a estos elementos temáticos.

Ante nosotros se abre una gran plaza escuetamente decorada y presidida por el enorme y primer camelback de Shambhala, justo tras la curva que encara la estructura al pasar bajo el túnel de imitación de piedra:

Uno de los puntos más visitados, la entrada y salida del túnel tras el drop.

Vemos que rodea toda la zona una barrera de madera anaranjada para evitar que el visitante despistado pueda acceder a zonas de innegable riesgo como es la salida del túnel o los soportes. En este sentido creo que la integración de la zona/coaster es inmejorable.

A medida que avanzamos sobre el terreno vale la pena percatarse que si Shambhala es un paraíso, estaríamos ante la trastienda del mismo, porque en cuanto a elementos espectaculares el terreno carece de ellos. Es la propia estructura de la hyper, junto a la brillantez de la multilooper roja, la que acapara toda la atención del hipnotizado público.

El acceso al paraíso ¿temático?

Nos acercamos mientras tanto a uno de los elementos más perturbadores del recorrido, un túnel enclavado justo bajo el loop de Dragon Khan y que parece separar las dos realidades del entorno. Justo tras este túnel el concepto de paraíso irá adquiriendo pequeñas pinceladas de realidad fantasiosa:

Y es que tras este túnel nos encontramos con el que quizás sea el elemento más innovador de la mini-land y de la coaster en sí: el splash.

Concebido como un elemento total (es decir que podrá disfrutar tanto el que riddee en Shambhala como el que no lo haga), se trata de un recurso extremadamente genial, llevado a buen puerto a través de la interactuación de tres medios básicos: agua, theming y coaster.

Largamente debatida su autenticidad o no (finalmente acallada por un sistema que hace que los sensores hagan todo el trabajo sucio) lo cierto es que el splash de Shambhala asombra a todo el que pasa a su lado, convirtiéndose en un reclamo perfecto de cara a convencer al personal de las gigantescas formas de la nueva coaster del parque.

Cierto es que con la altura que adquieren los chorros colocados en fila y sincronizados de manera perfecta se puede llegar a intuir un pequeño rincón de sombra momentáneo. ¿Consideramos la sombra de 3 segundos del splash como sombra suficiente para toda el área?

Sobre si moja o no moja se abriran docenas de debates en foros y demás a lo largo de su vida...

Al otro lado del splash encontramos el clásico rincón temático que, en esta ocasión, cumple en su totalidad con el estereotipo fijado en otros parques como Rainbow Magicland o Miragica: fachadas de edificios inexistentes, elementos inconexos de theming que sólo se pueden fotografiar desde lejos y nada, absolutamente nada de vegetación.

Calles vacías, puertas y ventanas cerradas, planetarios... uhmmm... planetarios futuristas ahí. ¡Mirad, un jingle!

En mi última visita el planetario que vereis a continuación todavía no había sido movido, aunque como pudimos comprobar recientemente ha sido colocado justo sobre los edificios de la izquierda, agudizando más mi propia teoría de "elementos que se ven, pero no se tocan". Los últimos rumores que me han llegado es de que en esta zona se pintará una gran diana en el suelo y cada ciertas horas del día tirarán piezas desde las alturas para ver si afinan la puntería. No confirmado.

Puntos de interés repartidos

Cierto es, y esto es algo que hay que hacer meritorio, que la majestuosidad de la zona es palpable en todo momento y que el público en general (fácilmente impresionable después de tantos años sin añadir nada de nada al parque) agradece esta especie de exposición de elementos temáticos esotéricos, budistas, ancestrales o vaya usted a saber.

Planta dorada, edificio con escaleras, telescopio, cono en espiral, arco...

Como pudisteis comprobar a través de mi crónica del theming de Wodan, en todo momento el parque nos indica quién es Odin, qué es Asgard o cuáles son las intenciones de Hel. En esta ocasión PortAventura nos propone un reto mucho más entretenido: adivinar porqué un telescopio, un snack bar, un planetario, un puesto de helados y un enorme Buda deben congeniar a la perfección en la idea de, recordemos, un paraíso perfecto o una expedición aventurera al Himalaya.

Los MCBR de Dragon Khan nunca tuvieron mejor compañía...

Tras esta ingesta de elementos temáticos a cuál más vistoso y tremebundo empezamos a ver instalaciones que, podríamos decirlo así, son básicas en cualquier novedad que se precie. En este caso si venimos desde el splash nos encontramos a mano derecha con Timbú Foto-DVD, lo que vendría a ser el puesto donde adquirir nuestras photo-rides o las cada vez más extendidas grabaciones en DVD de Ridercam.

Largamente visto en nuestras visitas durante el verano pasado a las obras, este edificio es el de photorides.

De nuevo tirando de la amiga Wikipedia, descubro que Timbú es la capital de Bután, una ciudad de unos 75000 habitantes. Tratando de atar cabos, me imagino que el pequeño núcleo de casas que se concentra junto a Timbú Foto-DVD y que se alarga hasta el splash de la coaster se trata de una especie de imitación de los edificios típicos de la región.

Como podemos ver en la foto superior, los elementos icónicos budistas están presentes también a lo largo de todo nuestro viaje por esta zona.

A mano izquierda localizamos un pequeño local de snacks que me encantaría poder valorar, pero que en las ocasiones en las que he visitado la zona me he encontrado cerrado por lo que siento no poderos ofrecer una pequeña crónica culinaria. ¿Ofrecerán pequeñas exquisiteces típicas de la región o adaptadas al fast food? Mucho me temo que patatas fritas y kebab será la respuesta...

La estación, nuestro destino

Llegamos a uno de los puntos más controvertidos del proyecto Shambhala: la zona de colas y estación de carga. Edificio básico en cualquier coaster que se precie pero que adquiere especial relevancia cuando hablamos de un proyecto temático como es el que nos ocupa ahora.

¡WOW!

El conjunto general de las edificaciones (que serían dos bloques diferenciados) es muy positivo, resultón y de sobras funcional. Queda bastante diferenciado del resto de construcciones y, en resumen, se nota que es ahí donde debemos ir a parar después de la visita que hemos realizado a otros elementos de menor importancia.

Como he dicho, esta formación de edificios se compone de 2 estructuras: la primera es la de recepción y el bloque principal de colas, donde lejos de localizar una senda tematizada y repleta de laberínticos pasillos adentrándose en la historia que se nos propone, PortAventura vuelve a jugar una carta que parecía ya olvidada: los laberintos de barreras metálicas sin encanto.

Veamos a continuación, gracias a la fotografía prestada por Sonia Khan, lo complejo de unas colas que serán difíciles de olvidar, sobretodo por todos aquellos visitantes que se atrevan a adentrarse en pleno agosto en ellas:

Temblad columnas de parking de Furius Baco, ¡temblad!

¡Lo han vuelto a hacer! Después de una gloriosa época de esplendor con Templo del Fuego y Sea Odissey (adoremos la genialidad de Universal's y sus creativos) PortAventura vuelve a dar marcha atrás en su evolución hacia la calidad y nos regala de nuevo unas colas inspiradas más bien en el peor de los manicomios: sin apenas decoración, sin elementos que entretengan, sin cierre para la intemperie, con apenas ventiladores y con unos monitores que ni siquiera muestran nada (un pequeño vídeo introduciendo al visitante en el apasionante mundo de la escalada y los exploradores, no vendría mal).

Quizás iría bien que en la hora de cola que haremos en ese infecto edificio "temático" cubierto y repleto de zanjas valladas con metal se nos hablara de Nikolai Roerich, de Agharti o de Shambhala, pero parece ser que eso sólo se ha utilizado para que los 4 curiosos de turno lean el pergamino de la entrada y poco más. La cultura que PortAventura adivina a sus visitantes se resume en eso: un triste pergamino impreciso.

De repente, pensando en estas colas, me vienen a la mente imágenes como esta, de las colas tematizadas de Wodan (Europa Park):

O esta, de las colas tematizadas de Vliegende Hollander (Efteling):

FOTO: Jimmy Van Dijck

Por lo que la primera respuesta a una de las mayores incógnitas que supuso la construcción de Shambhala está aquí ofrecida: ¿Tendrá Shambhala colas tematizadas? Y la respuesta es NO. Tiene un edificio ligeramente tematizado que contiene en su interior las colas, pero que no os den gato por liebre, que no es lo mismo ni mucho menos.

Otra genial fotografía tomada en las alturas donde vemos los dos edificios, cortesía de Sonia Khan.

Bien. Una vez atravesamos la tortura serpenteante de este primer edificio entramos, pasillo mediante, al segundo edificio relevante: la estación de carga. Y en este caso vuelve a ocurrir una buena cucharada del mismo ingrediente: edificio funcional, reminiscencias incluso norte-americanas (donde la chapa y la obra vista predominan) y un escaso mimo por el detalle. Total la cola de carga servirá para recibir y sacar trenes a toda velocidad, ¿para qué fijarnos en ella, verdad?

Acceso a través de la lápida Fumanchú

Si ya hemos probado Shambhala, adquirido su photoride, comprado picoteo en el snack-shawarma, observado su espectacular splash y sacado las fotografías pertinentes a la estación, lo único que nos queda por descubrir es el acceso principal a la misma, que haremos a través de la parte trasera de China, junto a la Plaza Imperial, en lo que antiguamente era conocido como "el rincón de Fumanchú".

En este tramo de unos 200 metros de distancia encontraremos, diseminados, varios elementos temáticos que se me antojan ligeramente inconexos, pero que vale la pena analizar. Lo primero que veremos junto a las escaleras de acceso a la estación es una cabaña que, interpreto, pertenece a alguna especie de sherppa o habitante de la zona. Nadie indica nada aquí, así que la interpretación de este elemento temático es la que cada uno quiera darle:

Junto a esta cabaña encontramos una retahíla de elementos que causan un profundo choque visual. ¿No se suponía que estábamos en un poblado tibetano intentando localizar el paraíso budista de Shambhala? Parece ser que en nuestro camino hacia tan dura y exótica aventura encontraremos paneles metálicos, máquinas expendedoras de tickets y vallas publicitarias:

Junto a su cabaña, el simpático sherppa podía consultar el tiempo de espera de rides del Himalaya...

Me vuelven a venir a la cabeza elementos tan integrados en otros parques como las máquinas de cambio de Europa Park, por ejemplo:

A-pren-dan.

Tras una curva hacia la izquierda, bordeando la curva de salida de Dragon Khan, nos disponemos ya a enfilar el tramo final de sendero hacia el arco de entrada importante. En este tramo encontraremos una galería de elementos temáticos, la mayoría de ellos de construcción ligera (esto es, nada de cemento o materiales nobles sino plásticos y moldes huecos):

Arcos de madera resquebrajados, Budas de piedra, cabañas y arcos barrocos...

Más adelante encontraremos varios puntos llamados a ser rincones clásicos de fotografía, como este muro donde localizamos más cabañas u objetos extraviados por los exploradores ávidos de aventuras en las alturas de la hypercoaster que vemos como telón de fondo:

El reciclaje no deja de ser una constante en los parques y, valga decirlo, por una vez se ha realizado de manera más que correcta. Aquí encontramos uno de los jeeps que antiguamente localizábamos en México, convertido en un medio de transporte hasta el campamento base e impregnado de polvorosa pintura imitando la nieve, además de sacos, carros y demás material también reciclado:

Finalmente, saliendo del área, encontramos por fin el arco principal de entrada, finamente decorado y repleto de elementos visuales ricos, para hacer de este punto otra de esas localizaciones típicas en el futuro del parque. No os engañéis, ese arco no es de piedra ni cemento y probablemente no pese mucho más que vuestra cama ya que también está hecho con piezas de porexpán amoldado. ¿Durará años?¿No durará? Se abre el debate...

Mi opinión...

Visto lo visto, creo que es ya momento de presentar mi opinión respecto al theming y entorno de esta nueva adquisición por parte del parque. Valga la redundancia de decir que es sobre el THEMING, no sobre la coaster, su estructura, sus elementos, sus fuerzas, sus trenes, etc. Para ello me reservo la siguiente entrada donde entraré a trapo con todo lo que se vive en ella desde que salimos de estación hasta que regresamos a la misma.

 

Está claro que PortAventura ha hecho una gran inversión en todo lo que concierte al entorno de la coaster. Se ha urbanizado y tematizado una extensa área del parque que anteriormente no era más que bosque y matojos, además de otorgarle las instalaciones típicas para hacerla apta para un parque de estas características: zonas de ajardinado, agua, luz, bancos, papeleras, escaleras, rampas, etc.

Lo que no me queda tan claro es que durante ese proceso se haya seguido un ramal claro de argumentación, ya que en múltiples ocasiones se pierde el norte para no saber exactamente ante qué estamos.

¿Es Shambhala una coaster sobre el paraíso budista de Shambhala? ¿Es Shambhala una coaster que homenajea a los escaladores en una expedición? Con el escasísimo argumento que se nos facilita a través de los pergaminos poco o nada podemos sacar en claro. Se nos habla del paraíso perdido de los budistas, pero luego se nos cuelan jeeps de exploradores y tiendas de campaña rudimentarias. Entonces... ¿ante qué historia nos encontramos?

Hay que dar gracias a que no nos hagan pasar por una tienda a la salida de la ride...

Por otra parte, y ya para finalizar, creo que el presupuesto ha sido recortado en exceso en el detalle de theming a lo largo de toda el área (con carencias más que claras en grandes espacios como la plaza de acceso a Sésamo Aventura o el edificio de colas). Se ha repartido la cucharada en más espacio, convirtiendo lo que podría ser un área fascinante y enigmática en un área simplemente funcional.

Hay quien dice que el Buda enterrado es espectacular. Bien... quizás también lo sea el de Phantasialand o el de Chessington. Hay quien dice que el splash es inmejorable, a lo que habría que preguntar sobre la espectacularidad de las cascadas rosadas de Nemesis o la zona acuática de Poseidon. Con lo cual el galardón "único" o "inmejorable" pierde aquí sentido para convertirse, eso sí, en el elemento más vistoso y agraciado del entorno.

Me refiero a que la espectacularidad que se la querido otorgar a ciertos espacios de la zona, queda ensombrecida y empobrecida si nos fijamos en la simplicidad o el minimalismo que se ha aplicado a otros espacios donde realmente debería hacerse gala de la extrema tematización, como las colas o los accesos al área.

No podemos encontrarnos en el edificio de las colas de una de las novedades punteras de Europa en este 2012 y sentir que estamos en una prisión de barreras de metal, a 35º a la sombra y con el único entretenimiento de escribir en las paredes o pegar chicles (más todavía si las colas resultan ser de dos o más horas, pero eso es algo de lo que hablaré en la siguiente entrada).

En definitiva, hemos perdido una preciada oportunidad de tener una nueva área o semi-área con infinidad de elementos barrocos y preciosistas para tener una curva más de paso, donde nos sacaremos las clásicas fotos que se saca todo el mundo y poco más.

¿Os sentaríais en los bancos de jardín que hay bajo Shambhala en pleno agosto a 40º a observar el paisaje SÓLO del theming, no la coaster? Si la respuesta es que no, aquí falla algo.

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Y hasta aquí el primer episodio de esta largamente esperada crónica. Durante más de un año he estado siguiendo la construcción y evolución de uno de los proyectos más llamativos que jamás se han hecho en nuestro país y finalmente he podido probarlo a través de mi mismo.

¿Ha cumplido las expectativas? Tristemente parece que sí. Todos los que esperaran de este proyecto algo realmente genuino y con lo que competir a nivel europeo, supongo que se habrán dado ya cuenta de que no es así, de que esto es el estilo italiano de tematizar: muy espectacular en conjunto, pero al detalle tremendamente empobrecido.

Esperemos que no sea así el análisis de la coaster en sí, que realizaré esta misma semana y os invito a leer tan pronto como lo cuelgue. ¿Opiniones sobre el theming de Shambhala? Aquí abajo en forma de comentarios...