Continuamos en nuestra particular ruta a través de la mayor maqueta ferroviaria construida jamás en el mundo, en Miniatur Wunderland (Hamburgo).
Durante estos pasados días hemos podido ver la área más compleja (Suiza), la más nueva (Knuffingen Airport) o las más antiguas (Austria, Harz y Knuffingen), pero por si acaso aquí os las enlazo, para que podáis echar un vistazo rápido y situaros en la que hoy analizaremos en el blog:
- Viaje al mundo de Miniatur Wunderland (1) - SUIZA
- Viaje al mundo de Miniatur Wunderland (2) - KNUFFINGEN AIRPORT
- Viaje al mundo de Miniatur Wunderland (3) - AUSTRIA / HARZ / KNUFFINGEN
Hoy, en Bloggercoaster, paso a analizar el cerebro del museo, el centro a través del cual todas las órdenes son dadas para que cada detalle, cada sistema, cada mecanismo funcione a la perfección, un área que además es donde podemos encontrar el propio Miniatur Wunderland dentro de Miniatur Wunderland: Hamburg.
HAMBURG
Jugar en casa
En noviembre de 2001 los hermanos Braun empezaron a ver el potencial real de su creación, las cifras de visitantes del museo iban viento en popa y parecía que el negocio les iba a salir redondo, por lo que decidieron levantar la bandera verde a su primera ampliación y novedad de cara al mismo mes de 2002: Hamburg.
En esta ocasión los trabajos de documentación e investigación iban a ser algo más sencillos ya que no habría que viajar demasiado para resumir, en un macro-diorama, lo que tenían a pie de casa. Sin embargo para darle más relevancia a la maqueta, decidieron que sería la zona más amplia de todo el museo en cuanto a extensión de metros cuadrados (con un total de 200) y la que contaría con más habitantes por metro cuadrado real.
En total podemos encontrar en Hamburg 50000 personas, repartidas en grandes zonas importantes como el estadio HSH Nordbank Arena, el mítico barrio Speicherstadt o el puente de Köhlbrandbrücke con sus impresionantes vistas a la bahía del norte.
El HSH Nordbank Arena se trata del único estadio de fútbol miniaturizado en el museo, donde podemos ver en directo un partido entre los dos equipos locales (HSV y St. Pauli) y donde encontramos 15.000 figuritas sentadas en sus graderías.
Debido a la dimensión que debería tener el estadio hecho a la escala del resto del museo, el equipo creativo del mismo decidió reducir su escala a 1:150 ya que de haber sido construido a la escala del resto de miniaturas (1:87) sus proporciones habría sido colosales evitando, entre otras cosas, permitir al público ver por encima de las gradas el interior del estadio.
Encontramos también un teatro improvisado en una especie de hangar de puerto, donde el popular comediante alemán Azte Shröder actúa ante 500 figuritas durante todo el día, figuritas que podemos ver comentando la jugada, aplaudiendo o incluso intentando escatimar en gastos robando bebidas al personal del bar.
Uno de los puntos más espectaculares a la vista del visitante, sobretodo por la envergadura de su tamaño, es el puente colgante Köhlbrandbrücke, que comunica ambos extremos de la bahía en el norte de la ciudad y que es cruzado a diario por centenares de miles de vehículos en la vida real. En Miniatur Wunderland encontramos una fiel reproducción del mismo, con una longitud total de 6,66 metros y una altura máxima en las dos torres de 1,40 metros.
Como he comentado antes, el área de Hamburg cumple también las funciones de centro neurálgico y de control del museo. Como está situada prácticamente en el centro de toda la estructura, aquí podemos encontrar la enorme sala de control totalmente monitorizada donde, protegidos por una barra de visión, siempre hay de 2 a 5 operarios vigilando absolutamente todo.
En estas pantallas podemos ver desde cámaras de vigilancia, cámaras instaladas en el morro de algunos trenes (para vigilar que el estado de los raíles sea óptimo), representaciones esquemáticas de los circuitos de alimentación de cada área o incluso qué está viendo la gente en miniatura en las estaciones bajo tierra, donde hay mini-pantallas LED donde se reproducen anuncios de verdad.
Detalles únicos de Miniatur Wunderland en Hamburg
Como es lógico, cuantas más personitas encontremos reproducidas en un área más situaciones y detalles podremos encontrar con ellas como protagonistas. Aunque detrás de todo ese conglomerado de pequeñas escenas, dioramas, mecanismos y reproducciones hay un sistema complejo de control. En este caso os muestro la pantalla con el esquema de funcionamiento de vehículos de la nueva área de Knuffingen Airport. Podéis ver en la zona superior la larga recta de la pista de aterrizaje y despegue, así como los distintos edificios de terminal y servicios:
En el caso del área de Hamburg, vale la pena nombrar dos puntos donde ocurren un sinfín de situaciones dignas de admirar: el primer punto está en la zona intermedia entre Knuffingen y Hamburg, donde encontramos la famosa feria fija con un credit en miniatura (una wild mouse de color verde y amarillo llamada Wilde Maus) totalmente funcional y repleta de un sistema de iluminación LED que ayuda a que cuando el museo baja las luces y se hace de noche, se vea todo el recorrido totalmente iluminado:
Wilde Maus como he comentado se encuentra dentro de una pequeña zona que representa las grandes ferias alemanas, conocidas en todo el mundo por la calidad de sus rides así como lo complejo de sus estructuras. En esta en particular encontramos una docena de rides funcionales, repletas de personas subidas en ellas, con música de ambiente e incluso efectos de humo:
También encontramos un pabellón lleno de gente tomando cerveza, en alusión a los grandes festivales cerveceros que son, al fin y al cabo, los que acogen este tipo de infraestructuras desmontables. La torre free-fall que veis a la derecha también funciona por completo y por la noche cuenta con una vistosa iluminación que la convierte en todo un reclamo visual para los visitantes que se agolpan alrededor de este lugar:
Como os comentaba más arriba, esta es la actuación que hace el humorista Azte Shröder ante más de 500 figuritas en un show totalmente automatizado que representa, fielmente, la actuación del cómico alemán. Todos los actos, las luces e incluso los sonidos, de cara a que sean totalmente reconocibles por parte del gran público. El propio actor fue el que se encargó de colocar su reproducción en miniatura en una visita al museo hace algunos años ya que confesó ser uno de tantos miles de fanáticos de Miniatur Wunderland:
En los jardines de detrás de las casas de Hamburg encontramos parques, fuentes, arbustos, plantaciones, personas descansando o, como en este caso, perritos dálmata gigantes:
Una profesión que en Miniatur Wunderland tiene cabida, la de paseador de perros:
Y cómo no, los perros también tienen miles de rincones en los que descansar o, como en este caso, donde poder entrenar para certámenes de belleza o de velocidad en circuito:
Aquí hay que agudizar un poco la vista. Tenemos un árbol enorme al borde de las vías del tren, una caseta de jardín y lo que podría ser algo así como una zona de extrarradio de la ciudad. Fijáos en la base del árbol, vemos que alguien ha inventado una especie de retrete ecológico y está en estos momentos liberándose de la carga... ehm... intestinal:
En esa misma zona de extrarradio encontramos unos conocidos por verlos en otras partes del museo. Efectivamente, se trata de la ya clásica parejita de monjes, esta vez ideando a saber qué maquiavélicos planes con una pareja de homólogos mormones:
También hay crisis en Miniatur Wunderland y gente que ha llegado al extremo de la pobreza. Por eso encontramos auténticos desgraciados como este que vemos en la instantánea, tumbado a la bartola en medio de un auténtico estercolero (¿será suya la caravana?):
Hamburg es una ciudad muy cosmopolita que en los últimos 30 años ha querido demostrar ser una ciudad abierta a la innovación y la vanguardia futurista. Por ello encontramos en su reproducción en miniatura edificios de corte sci-fi como esta especie de torre/estación de ferrocarriles, cuyo interior alberga, entre otras cosas, un grupo de cocineros en plena faena:
Domingo por la mañana, no sabes qué hacer y, si vives en el Hamburg en miniatura, te puedes pasar por este resultón laberinto vegetal inspirado en Halloween:
Alguien pasará unas horas (o quizás días, semanas o meses) entre rejas:
Esta es la guinda del pastel. Este edificio rojo es, exactamente, el mismo donde estamos en ese momento. Es decir, Miniatur Wunderland está ahí y nosotros estamos dentro de Miniatur Wunderland, pero a la vez lo tenemos delante. El detallazo (imposible de captar con la cámara con la que iba provisto) es que si miráis el interior de las ventanas que corresponden al museo encontraréis un mini-tren (más pequeño que las miniaturas) a escala 1:900. Un mini-tren dentro de una maqueta de trenes dentro de un museo de trenes. Magistral:
Muy cerca del histórico barrio de Speicherstadt encontramos uno de los tantos edificios que, a lo largo de toda la maqueta, se incendian esporádicamente unas cuantas veces al día. En esta ocasión podéis ver desplegado al completo el equipo de extinción de incendios que, minutos antes, se ha desplazado rápidamente al lugar con sirenas y avisos sonoros para evitar atropellos innecesarios:
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Y hasta aquí el completo análisis de hoy respecto al área de Hamburg en Miniatur Wunderland. La verdad es que la extensión de todo este terreno es realmente impresionante, quizás no haya quedado del todo reflejada a través de las fotografías que aquí os he presentado, por eso os invito a pasar por la galería de fotos extendida que cuelgo en Facebook y a través de la cual podréis ver más detalles y paisajes de esta extensa zona.
Y cómo no, os recuerdo que todavía quedan dos áreas más de las que hablaré en los próximos días: EEUU y Escandinavia. Cultura norte-americana, frío y mar. Queda mucho que ver todavía así que no dejéis de estar atentos, ¡la próxima entrada puede llegar en cualquier momento!
Sí, la verdad es que poner Miniatur Wunderland en Miniatur Wunderland fue un puntazo como otros muchos del museo. Algo que me gustaría mucho ver si lo visitase sería la cabina de control. Si un control automático para dos trenes ya es complejo, no quiero ni imaginarme controlar todos los trenes, coches, aviones y demás de las enormes maquetas... Ah, y un saludo de mi parte al equipo que montó las lucecitas del museo, yo soy incapaz de poner luces a mi maqueta (bueno, de momento).
ResponderEliminarPD: ¡Como siempre, buenísima entrada y muy buenas fotos! Muy interesante y entretenida. Esperando las demás... ;)