sábado, 20 de octubre de 2012

La extraña galería del Prater (parte 2)

Rides que giran de manera enfermiza, altísimos rápidos que marean hasta al más osado, columpios de imposible equilibrio, dark rides que imitan al hielo o que marcan historia, norias gigantescas o coasters que crean la ilusión en el que las prueba de que vuela a través de los cielos.

Parecía en la última entrada del blog que habíamos visto absolutamente todo lo que se podía ver reunido en un parque de atracciones, como si de un meticuloso maletín de enfermizo doctor se tratara, en el Wiener Prater de Viena, uno de los parques de atracciones más densos y repletos de sorpresas del mundo. Pero nada más lejos de la realidad ya que como vais a comprobar muy pronto aquella entrada era sólo la punta de un enorme iceberg que a continuación nos encargaremos de analizar.

Hoy, en Bloggercoaster, desmenuzamos la otra mitad del Prater, un auténtico museo vivo de los parques de atracciones a la vieja usanza y de su amplia e interesante historia.


Altura e historia a partes iguales

Debía llegar el momento, tarde o temprano tenía que sacar a relucir uno de los ingredientes más conocidos y vistosos del Wiener Prater que, a su vez, es una de las rides más nuevas y revolucionarias y por la que, probablemente, se ganará el respeto de todo aquél o aquella que todavía no lo considere entre sus "favoritos": Señores y señoras, les presento los 117 metros de altura de la starflyer Praterturm:

 

Efectivamente, bate récords y los pulveriza como si nada. Hasta el momento habíamos visto altas estructuras metálicas con sillas voladoras que alcanzaban los 20, 40 o incluso 80 metros, pero Praterturm echa por los suelos cualquier intento de conquistar el cielo con sus más que imponentes 117 metros de altura reales, esto quiere decir que la estructura final es todavía más alta, pero que la altura que conseguiremos dando vueltas será exactamente esa:


Esta colosal torre verde oscuro ofrece no solo la nada despreciable oportunidad de subir a semejante altura y poder observar el skyline de la ciudad a la perfección, sino que además, cuando su ciclo está próximo a finalizar y las sillas se encuentran a apenas 15 metros de altura respecto al suelo, acelera hasta alcanzar los 60 km/h.


Quizás no sea una cifra demasiado escandalosa, pero os puedo asegurar que una vez estáis sentados en el columpio (con total protección y seguridad, cabe decir) se nota y mucho la fuerza centrífuga que os empuja contra el asiento, poniendo las cadenas a casi 45º respecto al suelo y dando la sensación de que en cualquier momento saldrás despedido contra el mismísimo Prater. Pensad que la velocidad estándar de las starflyers que conocemos es de unos 35 a 40 km/h. Es un puro tambor de lavadora.

Próxima a Praterturm encontramos otra de esas relíquias que merece la pena riddear aunque sea una ocasión en esta vida. Hablo de Wiener Hochschaubahn, la segunda coaster más antigua de Europa en funcionamiento y también una de las más antiguas del mundo:


En sí el concepto de esta coaster es el que conocemos desde hace más de 100 años como scenic railway y se remonta, como coaster, a los primeros credits del siglo pasado que empezaban a proliferar en un sinfín de parques de atracciones donde el pueblo empezaba a invertir su dinero a favor del ocio personal y familiar. En este caso Wiener Hochschaubahn recrea los enormes alpes suizos a través de montañas de cemento, cuevas, cascadas y pequeños estanques que recorreremos lenta, muy lentamente, en los antiquísimos trenes de la misma:


Aunque no os confiéis. Hay al menos 2 ingredientes que añadirán emoción a vuestro paseo: el primero son tres drops (de mayor a menor intensidad) que le otorgarán una velocidad considerable a vuestro paseo a través de las montañas alpinas. El segundo son chorros de agua dirigidos por revoltosos personajillos que encontraréis en el camino y que, si no os agacháis, recibiréis en toda la cara (y esto es así, no son chorros con sensores que se apagan al paso del tren).

Una coaster con más de un siglo de historia, reconstruida por completo en 1944 tras su casi total pérdida a causa de la Segunda Guerra Mundial, calificada como una de las 39 ACE Coaster Classics y traída de nuevo hasta nuestros días gracias al espíritu de conservación de un parque tan respetable como el Wiener Prater.

El circo de las rides

Si todavía no podéis ocultar vuestro asombro por las dos maravillas que acabo de mostraros, tomad asiento porque se acerca algo totalmente único. Esta pieza sí que os juro que jamás de los jamases había sabido de su existencia y, cuando pude observarla, descubrí que el Prater es posiblemente uno de los baúles más bien conservados hasta el día de hoy. Su nombre es Wiener Ponny Caroussel y sí, es un carrusel solo que no encontraréis caballos de madera en él:


Efectivamente, un carrusel ¡con caballos reales! Lo más espectacular del tema es que los caballos reales que están en el interior de esta especie de estructura victoriana antiquísima tiran de trineos de madera en dos círculos, uno más pequeño en el interior y otro más grande en el exterior. Pude contar quizás 6 caballos esperando a que alguna familia con niños se sumara al festival de vueltas.

Anonadado me quedé, en serio. Este tipo de atracciones se le antojan a uno más próximas a hace dos siglos que a la época actual y todavía hoy, cuando resulta que dependemos de una maquinita con pantalla en nuestros bolsillos, hay un parque de atracciones que apuesta por conservar esta antiquísima relíquia.

Embobados todavía por el Wiener Ponny Caroussel encontramos otra ride que es más típica quizás de las ferias y que estamos más acostumbrados a verla en forma desmontable y precaria, pero que (¡cómo no!) en el Prater es llevada hasta su máximo exponente. Hemos visto casas de la risa de 2 o 3 pisos, pero ¿qué tal si riddeamos la Super Top-Dance Funhouse con un total de CINCO pisos?:


De la misma manera habremos visto en multitud de ocasiones la clásica ride que, si no voy mal encaminado, obtiene el nombre de scalextric debido a su clara inspiración en los circuitos desmontables de coches eléctricos que, quien más quien menos, alguien ha tenido en su habitación en alguna ocasión. En esta ocasión y con Stockautobahn tenemos esa misma ride infantil, sólo que en mitad del circuito se alza una gigantesca reproducción de hierro de la conocida Torre Eiffel:


Mucho mecanismo, mucha ride, pero casi olvidamos otro de los ingredientes clave de este parque: las coasters. Por si la memoria nos falla, se nos presenta a continuación uno de esos credits que también prolifera a mansalva en todos los rincones del mundo, su nombre aquí es Wilde Maus y, efectivamente, es una wild mouse sin más:


Probablemente existan sibaritas de las sensaciones que pedirán a gritos que todo (altura, giros, creatividad, theming) se una en una sóla ride que les ofrezca sensaciones de vértigo. Tranquilos y tranquilas, porque aquí llega una de las atracciones estrella del Prater, protagonista de las novedades del año pasado y con una estructura, tipología y theming completamente únicos en el mundo. Se trata de Black Mamba:


Que probablemente os impresione por la fotografía (se deja fotografiar muchísimo, la verdad sea dicha), pero que creo que hará más justicia a su impresionante cuerpo en el siguiente video que os adjunto, gracias como siempre al inagotable Youtube:



Ahí la tenéis, en pleno funcionamiento. Una de las flats más enfermizas y con mareo gratuito más gratuito del mercado actual. Su constructor es Funtime, aunque se comenta que el diseño de esta raruna creación viene a cargo del mismísimo Walter Pondorfer, director actual del parque, inspirándose en una versión desmontable que la empresa ha comercializado para su uso a lo largo de las ferias alemanas. ¿El resultado? Locura a más de 80 km/h.

Si continuamos con nuestro particular paseo por el parque vienés, pronto nos cruzaremos con (para variar) otra ride de culto y totalmente única. Existen sólo 3 piezas como esta en todo el mundo, su fecha de fabricación data de 1907 y tras una exhaustiva restauración creo que estamos ante la madre de los barcos piratas que todos conocemos hoy día. Su nombre es Sturmboot y este es su aspecto:


¡Pasen y vean!

Todavía no acaba la sorpresa en estas calles del Prater, todavía estamos contando la cantidad de años, décadas y siglos que llevamos recorridos en estas rides cuando de repente aparece otra de esas llaves mágicas que nos transportan a una ride totalmente desconocida para los amantes de los parques:


Esta es Grottenbahn, data de 1952 y es, estrictamente, la dark ride más antigua del parque que no ha sido reconstruída hasta el momento. Es decir, su funcionamiento y uso es el mismo ahora que el que se le hacía hace 60 años, sin cambios. Su concepto es básicamente el de una dark ride de un sólo piso que atraviesa, mediante dos trenes en forma de larguísimo dragón, habitaciones y pasajes repletos de fantasía para los más pequeños. Efectivamente, se trata de una dark ride infantil y plenamente tematizada.

Habremos visto ciudades, pueblos, rincones turísticos o incluso parques temáticos con este medio de transporte usual a la hora de llevar de un punto a otro a los clientes, pero ¿alguna vez habíais visto un parque de atracciones con trenecito propio? Aquí existe:


Imaginad ahora la extensión de las calles de semejante lugar...

¿Exhaustos por el ajetreo de esta zona y saturados quizás por la nostalgia del lugar? El hecho diferenciador entre el Prater y cualquier otro parque de atracciones es que el aspecto temático, estético e histórico se trata desde un punto muy singular con el objetivo de transportar constantemente al visitante sin que este se vea encerrado en un recinto por el que ha pagado acceso. Recordad que el acceso a todas estas calles es totalmente gratuíto, por lo que si nos encontramos cansados y queremos tomar un poco de aire, podemos pasarnos por la Rondeau, la plaza central del parque:


De noche los cables, esferas y mástiles de esta plaza se iluminan y, junto a una curiosa colección de estatuas de bronce y cemento en la base, ofrecen todo un espectáculo visual para el visitante. Un lujo para los sentidos.

El toque Vekoma, karts y flats variadas...

Justo frente a la Rondeau encontramos una pieza que, de buenas a primeras, puede parecer totalmente aburrida y descartable, pero que para nada cumple con esta función ya que en el Prater se le ha querido otorgar un nivel más, un peldaño superior, una categoría distinta. Hablo de Boomerang y sí, es la clásica shuttle clónica de Vekoma:


Pero de nuevo repito, incluso este clásico credit sufre la transformación por estar en este preciso lugar. Sus trenes no son los clásicos y dolorosos que Vekoma usa en varias versiones a lo largo del mundo, sino que se trata de una versión "libre" gestada por los mismos holandeses y que incluye protección lapbar (adiós al arnés de hombros doloroso y rígido), libertad total de movimientos de cintura para arriba y un enorme túnel que cubre gran parte del kobra-roll que ofrece el layout de esté clásico de clásicos.

¿Alguien todavía duda del poder de convicción que tiene el Prater para convertir en "únicas" sus rides?

Cuando os hablé de la proliferación de ciertas rides en este parque de atracciones os nombré los karts como una de ellas (y es que podemos encontrar más de 10 pistas distintas repartidas por todo el parque). Uno de los ejemplos más bien llevados y existosos es Bergrallye:


Un curioso circuito con doble hélice y paso superior que nos pondrá a los mandos de un potente bólido en miniatura, totalmente recomendado y divertidísimo. Como nota curiosa al fondo, en esta misma fotografía de arriba, podéis observar la fun-house Calypso, que data de la década de los 40 y en cuyo interior se han rodado algunas escenas de la conocida serie de TV "Rex, un policía diferente". Dato anecdótico donde los haya.

Como no podía ser de otra manera hay una ride que existe en yo diría que todas las grandes ferias de los países europeos y que no falta a su cita en el Wiener Prater, la conoceréis por su nombre Break Dance y se trata de una de las flat-spin más genéricas que se conocen en la actualidad:


La particularidad de ésta, en este caso, es el añadido de una enorme pantalla LED en el centro del panel del fondo, donde se muestran mediante barras de colores los ritmos que van sonando en directo a cargo del DJ en la cabina. Sólo otro de esos detalles únicos del Prater...

El mejor credit

Quizás no os guste leer esto, pero debo empezar a cerrar ya la entrada. Me dejo en la chistera (y no exagero) unas 50 rides de distinta tipología por analizar: una Tagada, montones de flats, rides infantiles, pistas de velocidad y karts, pavellones con teatros y casinos, restaurantes, etc. Pero no puedo hablar de todas y cada una de ellas porque, probablemente, me tiraría hablando del Prater durante entradas y entradas de Bloggercoaster.


Así que creo que es justo finalizar un análisis de un parque tan enorme con la coaster que me robó el corazón. En apariencia puede que os parezca un credit más, uno del montón. Es más si conocéis su constructor (Pinfari) probablemente no os traiga buenos recuerdos o vibraciones, pero os puedo asegurar que con esta coaster hay que eliminar absolutamente todos los prejuicios y dejarse llevar por su enroscado layout y su absoluto dominio de la velocidad. Se trata de Super 8er Bahn:



Casi 800 metros de intenso track, 21 metros de altura máxima, una velocidad cercana a los 80 km/h y la garantía de que es totalmente única en el mundo. No encontraréis en ningún otro lugar del planeta un layout y modelo como este ya que Pinfari construyó esta especialmente para el Prater:


Su layout no deja lugar a dudas: hay que disfrutarla de principio a fin. Desde un drop en curva absolutamente demencial, una cantidad inimaginable de puntos de choque a diestro y siniestro, un genial número de airtimes perfectamente llevados a la realidad y decenas de curvas de todo tipo, el paso por varios twisties escondidos, curvas peraltadas que quitan el hipo y unos trenes que pese a no parecer gran cosa ofrecen bastante protección al viajero, evitando golpes inesperados o incómodos.

Mejor os dejo con el point-of-view a bordo de esta maravilla que podría adorar durante años y años de mi vida, Super 8er Bahn es la clásica coaster que pedirías a los reyes para que instalaran en cualquier parque del país. Es el equivalente a las cada vez más perdidas Schwarzkopfs que convierten un parque prescindible en un absoluto imprescindible:



Como podéis ver, es un no parar de diversión. Pinfari, pónganme una de estas en todos y cada uno de los parques de atracciones del mundo y déjense de inventos raros. La gente necesita saber lo que es una coaster de pies a cabeza y Super 8er Bahn es, sin lugar a dudas, el mejor de los ejemplos.

*****

Bajo ya la chapa que da el cierre a la entrada de hoy. Repito que tengo la extraña sensación de que me dejo en el tintero una larga retahíla de rides por explicar, pero el espacio y el tiempo es oro y en un blog lo es más cuando quedan multitud de temas de los que hablar por delante.

Algún día quizás me dedique a analizar una por una sus casi 300 rides (sí sí, leeis bien), pero lo cierto es que Wiener Prater resulta ser esa enorme caja de bombones que sólo una vez puedes tener ante ti y de la que parece que no dejen de salir delicias dulces. Quizás acabes con un terrible dolor de estómago, pero te habrás pegado el mayor atracón de tu vida a base de bombones.

En el caso del Prater, lo cierto es que uno no puede dejar de pensar en la próxima ocasión en la que recorreré sus amplias y bulliciosas calles repletas de mecanismos tan extraños como los que aquí y hoy os he expuesto.

4 comentarios:

  1. Sin palabras... Podría alargar el comentario con todos los sinónimos posibles de increíble, espectacular, etc. Y lo de Black Mamba... parece surrealista, una estructura imposible que parece desafiar las leyes de la física.

    Jivo, si deverdad crees que te dejas algo en el tintero que merezca la pena, no te cortes en colapsar el blog de entradas sobre el Prater, sé que no lo harás, pero creo que no soy el único al que no le importaría en absoluto que lo hicieras

    Gracias por el Blog, nunca dejes de regalarnos entradas por favor

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  2. Impresionante Wiener Hochschaubahn, sobretodo unido a detalles como los disparos continuos de agua. Algo así como la sensación que evoca Montaña Suiza (con su conductor incluido) cuando ves fotos.

    Lo de Super Top-Dance Funhouse con 5 pisos, brutal !!!

    Y sobre Sturmboot, me suena mucho a Swing Boats en Tivoli World, como ya te comenté en la otra entrada del Prater, ese parque, que a priori pasa desapercibido comparandolo con PA, PW... esconde mucho en su interior.

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  3. "Convénzame de ir al Prater en dos palabras:

    Boomerang lapbar.

    No me digas más."

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    1. Ojo porque el de Walibi Rhône-Alpes al final no resultó ser lo que diríamos "cómodo" y era de factura novísima.

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