domingo, 21 de octubre de 2012

La foto de la semana (#31)

Freefall de 1º generación en Dorney Park

 Solemos llamar "torre freefall" o freefall a secas a las torres con góndolas que alzan los pasajeros hasta decenas de metros de altura para luego, en caída libre, dejar ir esas góndolas y ser frenadas en la base. Pero no estamos en lo cierto llamándolas así ya que, en la jerga técnica, esas rides son drop towers, no freefalls. Es un error muy común y hoy día es casi imposible de corregir ya que el uso del mote se ha generalizado mucho.

La foto que hoy os traigo es de Demon Drop, en Dorney Park & Wildwater Kingdom, una ride que sí pertenece a la cada vez más apreciada liga de las freefalls de primera generación, diseñadas y construidas inicialmente por Giovanola y distribuidas y comercializadas todas por Intamin AG desde finales de los años 80 hasta mediados de la pasada década. Esta en concreto fue construida para Cedar Point en 1983, desmantelada en 2009 y recolocada en su actual localización en 2010.

El funcionamiento de este tipo de rides es tanto extraño como doloroso (para el pasajero) y trataré de explicaros un poco el mecanismo. Una góndola de 4 asientos en fila se carga en estación y, cuando el operador lo cree oportuno, es transportada por un carril hasta la base de una alta torre de unos 40 metros de altura, una vez arriba la góndola es situada al borde de la torre y soltada de repente en un carril lateral de la misma estructura. Por ese carril desciende dejando a los pasajeros en suspensión de gravedad (fuergas G negativas) durante algo más de 2 segundos, haciendo una recepción de drop en la base y "aterrizando" en una recta de unos 60 metros de longitud donde la góndola (y los viajeros) reposan en posición horizontal.

Una vez llegada la góndola al final de la recta es frenada y mediante la activación de una trampilla desciende hasta posicionarse verticalmente y transportarse de nuevo hasta la estación de carga.

Debido a los distintos incidentes ocurridos a lo largo de los 90 así como la proliferación de las drop towers (llamadas también freefalls de 2ª generación) la misma Intamin se ocupó de promocionar más estas últimas debido a su coste mucho menor así como a la posibilidad de construir torres cada vez más altas de 80, 100 o incluso 120 metros de altura. Por ello todas las freefalls de 1ª generación como Demon Drop fueron desapareciendo hasta el día de hoy, cuando quedan en pie tan sólo 4 de ellas: la de Dorney Park, otra en Beto Carrero (Brasil), otra en Movie Studios Park (Italia) y otra en Toshimean and Central Park (Japón).

Una ride muy curiosa, con un mecanismo ingenioso pero que ha visto como la evolución de las nuevas tecnologías y el abaratamiento de otros sistemas de caída libre ha ido borrándola del mapa hasta su más que probable extinción en la década en la que vivimos. Triste pero real.

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7 comentarios:

  1. Recuerdo la experiencia tan dolorosa como escalofriante. Ambos hechos la hicieron casi mistica XD vaya rudios que hace la maquinita

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  2. Fuimos unos privilegiados al poder subir... Realmente, recuerdo haber estado todo el viaje dando la lata diciendo "quiero subir a demon drop aunque no sea una de nuestras prioridades" y todos me deciais que no, que teniamos prisa y solo las coasters... Hasta que la tubimos delante, que entonces todos sentisteis la curiosidad y ansia por subir.

    Recuerdo una experiencia extraña. Dolor antes de caer, y mucho muchisimo mas en el "switch" para poner la gondola vertical despues del drop.

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    1. Yo, personalmente, recuerdo muchísimo la recepción y paso de vertical a horizontal en la caída. Aparte de frenar la velocidad en apenas micro-segundos la "caja" te tumbaba por completo. Una sensación rarísima, sumada al golpe, efectivamente, que te da la entrada en la trampilla antes de estación... ¡vaya golpe!

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  3. Ortopédica y antiestética, para un parque como Dorney Park claro, en el Prater de Viena quedaría genial y más acorde con el contexto, recuperando así el encanto antiguo. Lo sé, tengo la fiebre del Prater, pero no es culpa mía, me ha contagiado Jivo

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    1. ¡Cierto! Encajaría a la perfección en el Prater. De hecho hubo un parque escocés que en 2009 se interesó por construir una de estas (quizás la última) pero con el proyecto sobre la mesa y las piezas en fábrica finalmente el gobierno escocés tiró atrás la construcción. En el Wiener Prater sería todo un gran añadido...

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    2. De verdad que nunca deja de sorprenderme la cantidad de datos que dominas, simplemente: "Bravo"

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  4. Las sensaciones que proporcionaba en los 80 debieron ser radicalmente nuevas, pero eso si, es un cacharro antiestetico de narices... y doloroso, aunque algo por ridear aunque sea sólo una vez

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