De uno de ellos os voy a hablar hoy y es la selección que se ha tenido en cuenta a la hora de incluir los credits que compondrían el catálogo de coasters del parque. El propio proyecto del parque ha bailado desde su anuncio (donde figuraban modelos como una SLC de Vekoma o una launched de Intamin) pero finalmente han sido 5 credits que, sin miedo a asegurarlo, afianzan un poco la inestabilidad general que transmite el recinto.
Así pues hoy, en Bloggercoaster, analizaré a fondo 4 de los 5 credits de Rainbow MagicLand para dejar espacio en una posterior entrada a la genial Shock y su non-inverted loop.
Bruco, el gusano amigo de los niños
Siempre hay modelos de coaster que se asocian, de manera muy general, a países o zonas geográficas del mundo. Es una extraña costumbre que existe y que en más de una ocasión en debates y charlas entre freaks de parques hemos sacado en conclusión de que es un pensamiento generalizado. Por ejemplo, no hace falta indagar mucho para descubrir que Francia es el país de las Coccinelles o que en Holanda hay alta cantidad de material de Vekoma, en Inglaterra proliferan las Galaxy o en China abundan las SLC (o las burdas imitaciones chinas). Son leyes no escritas que están ahí y de las que somos plenamente conscientes.
De la misma manera creo que puedo asegurar sin miedo a equivocarme que Italia es uno de los países que tiene más big apples en comparación a la cantidad de parques que existen. De hecho, allí se las llama generalmente "Brucomela" y Rainbow MagicLand no podía ser menos, pese a que en esta ocasión se la llama Bruco, tal cual:
Podrá parecer una tontería lo que vaya a decir, pero pese a que estamos hablando de modelos prácticamente clónicos (los hay a centenares en todo el mundo), en realidad cada big apple es un mundo y esconde ciertos ligeros secretos que la hacen única. Hay big apples que se conservan en perfecto estado, hay otras que sienten el paso de los años o las recolocaciones y las hay que ofrecen un extra ya sea por añadir una gran manzana de theming que atraviesa el tren o por alargar el track de alguna manera para ofrecer trenes con más capacidad de attendance.
En el caso de Bruco, podríamos decir que cumple con el estándar de este modelo: layout modélico, tren personalizado (no es la clásica cabeza de gusano con dos dientes) y un control totalmente automatizado que hace que el ride-op apenas deba realizar trabajo para bajar alguna barra y poco más.
La anécdota real de este credit reside en que nadie supo de su existencia hasta que el parque, pocos días antes de inaugurar el recinto, la montó y ofreció en la zona kiddie de Il Regno dei piccoli. Lo más lógico apunta a que Rainbow MagicLand quiso inflar la cuenta de credits y pasar a ser un parque de 5, además de poder ofrecer una coaster que pudieran riddear hasta los más pequeños de la familia.
Por cierto, incluye photoride con máquinas de auto-gestión a la salida de la coaster (con precios bastante generosos si os la enviáis vía e-mail) y las colas no suelen ser demasiado largas ya que el ciclo, al contrario que en el resto de las big apples, es sólo de una vuelta, no 2 o 3 como suele ser lo típico.
Bombo, la perfecta coaster familiar
Hay que reconocerlo, en ocasiones Vekoma ha fracasado estrepitosamente a la hora de presentar innovaciones, modelos o layouts de cara a poderlos exportar por todo el mundo (como le ocurrió no hace muchos años con su modelo de flying coaster) y se ha encargado de sembrar el mundo de horripilantes invertidas SLC a cuál más dolorosa, pero hay que reconocer que la empresa con sede en Holanda es una auténtica maestra a la hora de tratar las kiddies y familiares. Tiene un toque mágico.
Bombo es el ejemplo por excelencia. Os he de confesar que yo llevaba, no entiendo muy bien porqué, una idea en la cabeza de que resultaría igual o similar a Tami-Tami, conocida kiddie de PortAventura y excelente en su factura. Pero nada más lejos.
Bombo resulta ser una muy buena alternativa a las familiares que últimamente Gerstlauer se ha encargado de construir por todo el mundo y una opción más que válida para cubrir esa franja de edad que va desde los niños pequeños (con altura suficiente) hasta los padres que les acompañan.
La coaster presenta una estructura sencilla: lift con ruedas de fricción hasta una altura de unos 12 metros, gran hélice descendente hacia la izquierda, paso cercano y rápido a ras de suelo, curva abierta y panorámica hacia la derecha, pequeño camel de enlace entre un peralte y otro (con leve sensación de airtime, he de decir), curva descendente a derecha llegando a un nivel muy cercano a la base, curva abierta hacia la izquierda y entrada directa en recta de brakes. Os dejo a continuación con un completo point-of-view localizado en Youtube, aunque vale la pena decir que desde que se obtuvo este video hasta el día de hoy, la coaster ha ganado un edificio de estación bastante completo además de distintos elementos de theming en la base:
Adquiriendo una velocidad de unos 50 km/h y entrando en los últimos tramos con un peralte bastante importante, sumado a la comodidad de sus arneses y asientos, hacen que este credit valga mucho más de lo que parece y se convierta, automáticamente, en un favorito a la hora de valorar el conjunto del parque.
En esta ocasión también ofrece photoride, aunque no se trata de auto-gestión sino de la oferta clásica de caseta con trabajador que dispensa el cartón con la fotografía. Técnicamente cumple bastante con los requisitos de un parque de attendance medio, con un único tren de 12 vagones (a 2 personas por vagón son 24 pasajeros por ciclo) y ofrece unas fuerzas G más que dignas, recordándome por instantes a las que pude disfrutar en credits como Die Schlange von Midgard (en Hansa Park, Alemania) o Rabalder (en Liseberg, Suecia).
Cagliostro, la magia de ocultar lo decadente
Fue una decepción. Una terrible decepción. Hasta el momento todos aquellos credits spinning de Maurer que había podido probar (y eran unos cuantos) habían resultado ser agradables, divertidos o incluso admirables (como fue el caso de Dragons Fury, en Chessington World of Adventures, la cuál os analicé en este mismo blog hace un año).
Pero Cagliostro consiguió rebajar semejante nivel de excelencia hasta una altura tan ridícula que apenas hoy día quiero recordar cualquier tramo de la coaster indoor. Sin duda para mi representa todo un gol por la escuadra para la compañía alemana Maurer Söhne, que hasta este momento me había demostrado un nivel muy alto de calidad en uno de sus buques estandartes (las spinning coasters) y con Cagliostro parece que ha encontrado su piedra en el zapato.
El concepto de Cagliostro es rápidamente entendible y escapa a la complejidad de otras spinnings como Winja's o Tarántula, ya que se trata únicamente de un enorme cajón de cemento con media estructura incrustada bajo tierra y el resto sobresaliendo en forma de enorme pabellón genialmente maquillado por un theming que, como ya vimos un par de entradas atrás, no se trata más que de porexpan y cemento pintado con trucos visuales que hacen creer que se trata de un castillo con temática reminiscente a M.C. Escher, el más reconocido ilustrador de ilusiones ópticas pictóricas.
Hablando del layout en sí, accedemos por un lateral a una minúscula estación de carga situada en el centro de la fachada y a partir de ahí rápidamente ascendemos mediante un lift de cadena hasta encarar la curva que sobresale en la esquina derecha de la fachada. Este es el único tramo de la coaster que es visible para el visitante desde fuera y es uno de los puntos más fotografiados, sin duda:
Una vez sumergidos de nuevo en la semi-oscuridad obtenemos un bombardeo de luces estroboscópicas y... nada más. No hay lasers, no hay humo, no hay theming, no hay nada de nada más que aire vacío y una oscuridad rota totalmente por los arcos de salida y entrada de la curva inicial de la coaster, por lo que ni siquiera hay oscuridad total y en todo momento podemos ver por dónde vamos a realizar el trazado.
Lo más desencajante del proyecto es que una vez hemos completado todo el layout se nos frena en una recta de brakes finales y de repente volvemos a ascender en un segundo lift. La esperanza de que ese segundo lift nos conduzca a una segunda parte de trazado se desvanece enseguida cuando, atónitos y perplejos, observamos que describimos una pequeña curva cerrada, el tren se encara para uno de sus dos lados y de repente aparecemos en la estación de nuevo. Es decir, un lift solo para acceder a estación.
Pérdida total de encanto, pérdida total de dinero, pérdida total de espacio y desaprovechamiento al máximo de un credit que podría bien ser la estrella del parque y resulta una pantomima de los magistrales trabajos que Maurer tiene repartidos por todo el continente. Si os encontráis mucha cola al visitarla (y probablemente así será debido a las nefastas operativas del parque) yo de vosotros me ahorraría la espera, ¡es un consejo!
Olandese Volante, la sorpresa inesperada
Estamos claramente ante uno de esos credits de los que esperas poco o nada y que, curiosamente, te sorprende hasta llegar a encantarte y declararte completamente fanático de él al salir por la puerta trasera de la estación.
He de confesar que no profesaba demasiado interés por este modelo y tipología de layout, que me recordaba claramente al que ya contrató Hard Rock Park (EEUU) unos años atrás (no olvidemos el penoso destino de un parque tan tremendamente parecido a este Rainbow MagicLand). Pero puedo decir claramente que estamos ante uno de los mejores credits que he probado de Vekoma, aunque también puedo confesar abiertamente que la concepción del mismo me trae reminiscencias de las queridas mine trains de Arrow Dynamics que tanto éxito tuvieron a principios de los 90 en todo el mundo.
Es cómoda, es ligera, es muy suave pero no os confiéis, porque proporciona una ración única de airtimes (sí, leéis bien, airtimes puros y duros) mezclados con una justa y equilibrada dosis de hélices y peraltes genialmente concebidos para otorgar a Olandese Volante de la locura justa para hacerla un caramelo difícil de rechazar.
Su layout es de sobras conocido, pero a grandes rasgos lo describiré para que quede patente: iniciamos recorrido con curva a la derecha que nos encara en el primer tramo de lift, el más pequeño de los dos tramos que discurren paralelos, hélice cerrada abriéndose a izquierda, adquisición de velocidad con desnivel, hélice cerrada abriéndose a derecha, curva descendente a izquierda con paso a ras de suelo, curva ascendente a derecha, colina con airtime puro, paso bajo los dos lifts con curva a derecha, brakes y entrada a izquierda directamente al segundo lift.
Tras ascender la segunda altura enorme doble hélice hacia la derecha con un importante peralte y con recorrido en el interior de una especie de volcán hueco, juego de curvas a izquierda y derecha con sendos airtimes, entrada en otra hélice con recorrido hacia la izquierda y ascendente, paso por pequeño túnel que refuerza el sentido del punto de choque, un par de curvas en S para encarar el tren en la recta final de brakes y entrada por curva de transfer a la estación. Probablemente todo esto que os he descrito sea más fácil de verlo directamente a través de un point-of-view extraido directamente de Youtube:
No os quepa la menor duda de que si Isla Mágica debía tener en su día una mine train de Vekoma, Olandese Volante debía ser ese credit y creedme si os digo que es una auténtica lástima que, por lo visto, no lo vayamos a tener nunca porque rápidamente se convertiría en un bombazo y uno de los mejores credits a tener en cuenta en nuestro país. Bien gestionado y con una cantidad equilibrada de theming resultaría todo un acierto para el parque sevillano.
En resumen: una muy buena adquisición que perfectamente puede suplir la falta de Shock (si algún día entra en proceso de revisión o simplemente pasa a estar fuera de servicio) y que sorprendentemente puede tener un attendance bastante elevado sobretodo teniendo en cuenta que dispone de dos trenes con una capacidad de 26 plazas por tren. Puede convertirse en un serio planteamiento de coaster come-personas.
Como ya os he comentado al principio de la entrada, me queda pendiente de analizar el último credit del parque que es, a su vez, la gran major y símbolo del parque, Shock:
Y aunque quizás la gestión de Cagliostro me dejó algo decepcionado, puedo afirmar que Shock es la guinda de un sabroso pastel coasteril donde se ven involucradas casi todas las tipologías de coaster que podemos encontrar y apreciar hoy día a lo largo y ancho del mundo coasteril (a falta de una buena woodie que, por otra parte, sabemos que en Italia es lo que realmente les hace falta).
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Lo dicho, deberéis esperar todavía un par de días a que termine la entrada referente a Shock, pero os puedo adelantar que vendrá muy cargada de fotografías y análisis tramo a tramo de la interesante y fascinante bala launched de Maurer Söhne.
Por hoy finalizo aquí la entrada, donde hemos podido observar la variedad de la que dispone Rainbow MagicLand y el buen saber a la hora de elegir cada uno de sus fabricantes y tipos. En este sentido el parque obtiene un sobresaliente indiscutible al mezclar edades, targets, alturas y características en una (valga la redundancia) mágica coctelera con resultados tan buenos que saltan a la vista.
Si buscáis credits variados y con cierto toque refrescante, Rainbow MagicLand puede ser vuestro parque de destino y Bruco, Bombo, Cagliostro o Olandese Volante pueden ser vuestro ticket de ida y vuelta al paraíso de las sensaciones variadas. ¡Más y mejor en la próxima entrada de Bloggercoaster!
Pues vaya, yo también creía que Cagliostro era algo más de lo que ha resultado ser... Y mira que es sencillo poner un par de luces, o algún túnel con LED's y algo de theming iluminado pero no... Podrían tener un perfecto Crush's Coaster pero se ha quedado en "eso".
ResponderEliminar¡Buena entrada! ¡Esperando la de Shock!
AFAPAM: Que lastima lo de Cagliostro... igualito que Crush´s Coaster. Las entradas sobre el parque buenísimas como siempre.
ResponderEliminarP.D. He buscado en el blog un análisis como estos de Parque Warner y Parque de Atracciones de Madrid y no los he encontrado. ¿Puedes decirme si los has publicado y en qué fecha? Muchas gracias.
Vaya pena da Cagliostro, con todo el partido que podrían haberle sacado...
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