sábado, 16 de marzo de 2013

Bye bye Camelot! (parte 3)

Durante estas últimas dos semanas hemos estado viendo y siguiendo la trayectoria de uno de los parques más icónicos de lo que fue la "fiebre" de los parques de atracciones y temáticos en Inglaterra hacia finales de los 70 y principios de los 80: Camelot Theme Park.

En una primera entrada os hablé de su historia, sus características como parque temático y su dudosa trayectoria a lo largo, sobretodo, de esta última década. En una segunda entrada os empecé a comentar y describir cómo sería una hipotética visita a parque abierto para saber localizar cada una de sus rides y coasters.

Hoy, en Bloggercoaster, me animo con una tercera parte a poner el cierre a esta pequeña saga de análisis, donde os explicaré la otra mitad del parque, con 3 de sus 5 credits existentes en sus últimas temporadas y algunos rincones dignos de mención, sin duda:

martes, 12 de marzo de 2013

La foto de la semana (#35)

 Barriles masajeadores en Cedar Point


Si algo hay que tener en cuenta a la hora de viajar a parques (sobretodo si el objetivo es hacerlo en ruta) es que el calzado debe ser muy cómodo y nuestras piernas deben estar preparadas para soportar horas y horas de estar de pie (al fin y al cabo una coaster o una ride son tan sólo minutos en los que la adrenalina impide ni siquiera que pensemos que estamos cómodos).

Pero en ocasiones ni siquiera unas buenas zapatillas o unas piernas atléticas evitarán que vuestros pies y tobillos se sientan doloridos y faltos de, por ejemplo, un buen masaje.

Pensando en esta comodidad de cara al cliente (y, porqué no, intentando sacar dinero de donde parece que no se pueda sacar) en mi viaje hace dos años a algunos de los parques de la zona norte de EEUU encontré un elemento que, por lo menos en lo que respecta a parques europeos, no lo he encontrado hasta ahora. Concretamente lo vi en Cedar Point (Ohio, EEUU) y se trata de lo que véis en la foto: unos "barriles" cortados por la mitad donde podemos tomar asiento, desprendernos de nuestras zapatillas y colocar nuestros pies sobre una especie de placa metálica vibratoria que nos ofrecerá durante un lapso de tiempo concreto un relajante masaje estimulante.

El invento es de pago (¡cómo no!) aunque como comprenderéis, dos años después no recuerdo el precio exacto, pese a que creo que no iría más allá del par de dólares por sesión de 5 o 10 minutos.

Lo encontré en el porche de Frontier Shooting Gallery, un edificio que alberga varios salones de arcades y que podemos localizar a muy pocos metros del acceso a Maverick, Cedar Creek Mine y Mean Streak.

¿La verdad? Teníamos relativamente poco tiempo y debíamos probar el mayor número de coasters y rides posibles, por lo que no pude dedicar unos minutos a catar semejante invento, pero he de confesar que desde entonces, en más de una ocasión, he recordado y fantaseado con la idea de poder disponer de una máquina como esta en multitud de parques a los que he ido. Incluso, yendo más allá, ¿no os parecería increíble poder tener salones de masaje en algunos parques para poder estar apunto en cualquier momento del día?

Tomen nota parques del mundo, tomen nota...

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Otras fotos de la semana:

jueves, 7 de marzo de 2013

Bye bye Camelot! (parte 2)

Hace un par de entradas os empecé a mostrar el que será el tema del que hablaré durante estos días y que creo que en los tiempos de corren es de vital importancia: el fenómeno del cierre de un parque totalmente operativo como es (o era) el de Camelot ThemePark.

Puedo estar de acuerdo en que quizás no fuese el parque de más rabiosa actualidad o el que estuviera en boca de todos por las increíbles novedades que ofrecía año a año (que no era así, desde luego), pero nunca está de más conocer cómo era un parque de tamaño pequeño en Inglaterra, cómo se gestionaba, qué atracciones contenía o el porqué de su tristemente esperado cierre.

Así pues hoy, en Bloggercoaster, empiezo a describiros cómo sería una hipotética visita a la última época de vida de Camelot ThemePark.

domingo, 3 de marzo de 2013

La foto de la semana (#34)



 Los soportes de Great Bear en Hersheypark

La memoria de todo entusiasta de coasters que se precie suele tener un grupo de credits que podríamos denominar "greatest hits" y que permanece en sus recuerdos no quizás por la experiencia vivida o por la espectacularidad de sus medidas, sino más bien por elementos únicos que hacen que aunque la coaster pueda ser mediocre a nivel mundial, sea reconocida por su estructura, sus elementos o sus componentes.

Tal es el caso de Great Bear, en Hersheypark (Pennsylvania, EEUU), posiblemente una de las B&M's más extrañas que se recuerden hasta el momento no por su layout, más bien sencillote y sin elementos realmente significativos, sino por la maraña de soportes personalizados que esconde en su recorrido. Sirva como ejemplo la fotografía que os muestro esta semana, extraída en mi visita al parque norteamericano en 2011.

La historia de estos soportes se remonta en realidad a mediados de los 90, cuando el parque adquirió una gran área de terreno colindante a la que era su entrada, un terreno que años más tarde contendría su pequeña reserva de animales Midway America. El espacio situado entre Comet (la remarcable woodie de blancos colores) y la puerta de Midway America, se postuló como el lugar donde se construiría la novedad del parque en 1997: Great Bear, una invertida de B&M, un tipo de credit que empezaba a posicionarse como la gran moda hacia finales de los 90.

El problema vino cuando el parque encargó el proyecto a la empresa suiza pero con un molesto contratiempo. El parque es atravesado en varios puntos por una extensión de agua en forma de arroyo llamada Spring Creek y que, desgraciadamente para ellos, disfruta de una protección mediambiental por su biodiversidad tanto en flora como en fauna. La legislación de Pennsylvania protege especialmente este tipo de entornos, por lo que la construcción o montaje de estructuras en el cauce de este arroyo están totalmente prohibidas, así que Hersheypark comunicó estas condiciones a B&M y, fuera de rechazar el proyecto por costoso o imposible, decidieron poner remedio a dichas limitaciones.

Meses más tarde, tras increíbles estudios y cálculos de pesos y fuerzas, el parque presentó a todo el mundo su enorme novedad y B&M se mostraba orgullosa de haber podido completar un reto de gran calibre como este: lograr construir una coaster encima de una gran zona de agua sin que ninguno de los soportes de la coaster toquen el agua.

Sin duda, otro de esos signos que, inequívocamente, nos muestran que detrás de Bolliger & Mabillard hay una empresa con solera, con mucha dedicación y con increíble precisión en sus proyectos.

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Otras fotos de la semana:

viernes, 1 de marzo de 2013

Bye bye Camelot! (parte 1)


Ciertamente, escribir sobre el cierre de un parque, de una ride o de una coaster suele ser uno de los tramos más difíciles y tristes de cualquier aficionado al mundillo. Por muy breve que haya sido la visita, por muy sencilla que sea la estructura o el mecanismo, incluso si sólo riddeamos un ciclo, el hecho de haber estado ahí, de haber podido experimentar determinadas sensaciones, crea una especie de vínculo afectivo que, lo confieso, en ocasiones se hace bastante difícil de definir.
A finales de 2012 la comunidad de parques nos enteramos del triste aunque en cierto modo predecible cierre de Camelot Theme Park, un pequeño y prácticamente desconocido parque temático inglés situado a media distancia entre la nostalgia de Blackpool Pleasure Beach en el norte y la vanguardia escénica de Alton Towers hacia el sud. Un parque temático que poco a poco se consumía y que ha visto como en los últimos meses, la llama de la vida se ha apagado (¿quizás para siempre?).

Hoy, en Bloggercoaster, os presento la primera parte de un par de entradas donde os explicaré a grandes rasgos la historia de este parque británico y las impresiones que me causó al pasar por él Camelot Theme Park a principios de 2010, en una visita única que siempre guardaré en mi recuerdo.