Durante estas dos últimas entradas os he enseñado, a través del blog, la visión que puede tener el visitante estándar al pisar las instalaciones de Tivoli Gardens, francamente uno de los mejores y más bonitos parques a caballo entre de atracciones y temático.
Sus jardines, sus senderos, su distribución o la atmósfera que se respira en todas y cada una de las calles del parque le transportan a uno a diferentes épocas y momentos en los que, ciertamente, el parque danés tuvo que suponer una primera vez para todos aquellos corazones intrépidos que quisieron probar las emociones de una ride por primera ocasión.
Y es en lo que hoy, en Bloggercoaster, voy a fijarme y analizar. Los credits que a día de hoy tiene Tivoli Gardens, vistos con lupa y analizados uno a uno para entender la variedad y catálogo que hoy en día nos puede facilitar el parque situado en la bellísima Copenhague.
Karavanen: la kiddie especial
Empezaré por el credit de más reducidas dimensiones y quizás, a ojos del entusiasta primerizo, el más prescindible de todos. Pero cuidado, porque no es tan inocente como parece.
La curva misteriosa de Karavanen... ¿verdad que no parece tan intensa?
Karavanen no dejaría de ser una variación de la kiddie clásica de Zierer, un modelo que curiosamente también está bautizado como Tivoli y que en muchos otros lugares del mundo es conocido como Ladybird, por el característico rostro de grandes ojos que decora la cabeza del tren.
El tren de Karavanen se eleva a unos 6 metros de altura en su punto más alto
Lo que la hace realmente única es que, en su diseño, estuvo involucrado el estudio del siempre presente Werner Stengel (Ingenieur Büro Stengel GmbH). Aparentemente el layout de esta kiddie es de lo más normal, pero no hay que perder de vista la penúltima curva que se inicia a nivel del suelo en dirección a la derecha y que finaliza tras haberse elevado un par de metros pero esta vez hacia la izquierda. Efectivamente: un twistie en toda regla.
Es difícil de captar, pero ese elemento es la viva estampa de los twisties que realiza GCI en sus últimas producciones, solo que en versión acero. Eso, sumado al hecho de que el ciclo de Karavanen implica 8 vueltas al circuito hace que una simple y casi ridícula kiddie se convierta en una sucesión de 8 geniales twisties en apenas un par de minutos.
En verano las plantas que rodean Karavanen se dejan crecer hasta casi cubrir toda la vía.
Si visitáis Tivoli Gardens, no os dejeis llevar por lo pírrico de sus medidas, Karavanen merece ser riddeada por ese elemento que la convierte en toda una joya de menor escala. ¡Menudo genio el amigo Stengel!
Odinexpressen: las caprichosas hélices de Odín
En la siguiente estantería de pequeñas rarezas del Tivoli nos encontramos con Odinexpressen (u Odin Express, como queráis llamarla), una powered de Mack Rides que, para qué nos vamos a engañar, apenas nos ofrecerá un par de puntos diferentes a todas sus hermanas que se encargan de estar repartidas a lo largo y ancho de toda Europa.
Odinexpressen cumple con un layout personalizado, eso sí, que ofrece a mi parecer 3 puntos dignos de mención y que podréis ver a través de el point-of-view servido de nuevo gracias a Youtube:
El primer punto destacable es la hélice de doble piso que localizamos en el punto más lejano respecto a la estación de carga, tramo que alcanza también la máxima altura respecto al suelo y que se completa por encima de los edificios presentes en el lugar, es decir, es un elemento prácticamente invisible a los ojos del visitante a pie de calle. En esta doble hélice el tren acelera a partir de la mitad del tramo para conseguir un efecto de choque bastante logrado con los soportes en la parte inferior de la hélice:
El layout de Odinexpressen se extiende por gran parte del parque facilitando una entretenida visita al área.
El segundo punto destacable viene inmediatamente después y se trata de un caprichoso cambio de peralte primero de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha, devolviendo el heartline del tren a su posición correcta y volviendo a posicionar al viajero en la ruta correcta en dirección al tercer punto destacable.
A la derecha, el ligero cambio de peraltes que, combinado con la velocidad, crea un buen efecto.
El tercer punto destacado es la finalización del layout en una suerte de hélice a medio camino entre el exterior y una cueva interior donde, sin duda, se experimentan fuerzas laterales de gran calibre ya que el tren en este punto adquiere una velocidad ciertamente respetable.
Las vías de Odinexpressen pasan por encima de los viales con unas estructuras muy cuidadas y estéticas.
Obviamente, no será el credit que robe nuestros corazones para siempre (más todavía teniendo en cuenta que a pocos metros tenemos el gigante granate llamado Daemonen) pero sí representa un credit familiar bastante peleón en el cual agradeceremos hacer un par de ciclos para mitigar el cansancio o el mareo que nos provoquen las características flats del Tivoli.
Rutschebanen: el último dinosaurio vivo
Posiblemente a muchos de vosotros y vosotras el nombre de LaMarcus A. Thompson os suene más bien a nada (y de hecho, me siento culpable de no habéroslo explicado en estos 3 años de blog) pero después de leer sobre este singular credit empezaréis a saber de quién os hablo.
Los trenes prácticamente no llegan a parar en Rutschebanen, siempre están en movimiento.
Resumiendo un poco, LaMarcus A. Thompson podría ser llamado a ser el padre de lo que hoy conocemos como montañas rusas o rollercoasters, pese a que no fue el inventor de las mismas, sí que trabajó en más de 30 patentes y en la construcción de un buen puñado de coasters (todas ellas woodies, ya que el acero no pasó a formar parte del mundo de las coasters hasta algunas décadas después de su muerte).
El layout permite que el tren pase por un par de camelbacks bastante pronunciados y efectivos.
Thompson dejó como legado 29 coasters (2 de ellas recolocadas) y por desgracia el paso del tiempo ha hecho que una a una hayan ido desapareciendo hasta que permanezca en la actualidad únicamente un "especimen" vivo. ¿Adivináis cuál? Efectivamente: Rutschebanen, en Tivoli Gardens.
El brakemen controla en todo momento la velocidad de la coaster a través de la fricción lateral en las vías.
Esto, sumado al hecho de que Rutschebanen entra dentro del selecto grupo de ACE Coaster Classics (de las que existen hoy en día 39 en todo el mundo) la hace única en su especie, por lo que antes de nada os facilito su point-of-view extraído de Youtube para que veáis más claro el porqué de su naturaleza:
Con un layout totalmente customizado y la característica en sus trenes de tener brakemen (frenado manual mediante un ride-op encargado de activar la manivela de frenado en diversos tramos del recorrido), Rutschebanen nos lleva primero por un pequeño tramo previo al lift, que añade la característica de ser mediante cable (las cadenas en esa época todavía no se habían inventado) y que muy rápidamente nos sitúa en su punto más alto: 12 metros de altura.
De ahí iremos sorteando un seguido de camelbacks y curvas para, progresivamente, ir descendiendo de altura hasta llegar de nuevo a la estación. Para ello pasaremos por varios tramos con bastante pronunciados drops, así como un tramo final de túnel que ciertamente se hace casi eterno (y desconocido ya que la oscuridad dentro es total).
El rugido de la coaster al pasar muy cerca de la estación es único e intimidatorio.
Sin duda alguna, esta si que es una de esas joyas que hace falta enmarcar y conservar de por vida. Probablemente llegue el día en que desaparezca (y creedme, más le vale que sea más tarde que pronto), así que vale la pena visitar los Tivoli Gardens antes de que lo haga y riddear, por una vez, una pieza única en el mundo, toda una LaMarcus A. Thompson.
Jule Expressen: el credit fantasma
Pese a que aparece listado en varias páginas web, vale la pena indicar que Jule Expressen no pertenece al catálogo básico de credits del parque y lo más probable es que no debamos considerarlo "uno más", pero siempre podéis visitar el parque en según qué épocas y tener la suerte de llevaros un credit extra en el viaje.
Si tenéis suerte podéis llevaros un credit extra basado en una powered con trenes en forma de renos...
Jule Expressen es una powered de Technical Park sin ninguna pretensión más que la de cubrir la amplia cantidad de gente que visita el parque en temporada de navidad y que no puede ser absorbida por el resto de rides que, posiblemente por una climatología adversa, no funcionan correctamente o cuelgan el cartel de "inoperativas".
Durante la temporada regular no está y durante estas últimas navidades tampoco ha estado, pero siempre es posible que en el invierno siguiente visitéis Tivoli Gardens en diciembre o enero y os llevéis una grata sorpresa. El típico caso del credit fantasma...
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Tres son los credits de los que os he hablado hoy (4 en realidad) y todavía me queda el último as en la manga que me lo reservo para la siguiente entrada: la bellísima Daemonen.
Pero como podemos ver Tivoli Gardens acoge entre sus paredes tres credits variados y muy característicos entre sí, con una cobertura de edades bastante amplia (desde los más pequeños hasta los que empiezan a atreverse con estructuras más complejas) y viejas glorias que son simplemente irrepetibles.
Quizás las dos primeras entradas sobre este parque ya os convencieron, pero por si no lo hicieron, la de hoy y la siguiente estoy seguro que lo harán. Yo de vosotros empezaría a situar Copenhaguen en el mapa coasteril, porque merece mucho la pena hacer una pequeña visita.
Pues no conocía la historia del señor Thompson... Eso me ha hecho buscar más info de la Montaña Suiza del Monte Igueldo, por si también tenía alguna relación con Thompson, pero parece ser que no...
ResponderEliminarEstoy ansioso por la review de Daemonen ^^