Con su magia han sido capaces de meternos en la piel de aventureros exploradores en busca de un barco en el que zarpar, valientes superhéroes codeándose con gente de la talla de Spiderman o Hulk, huidizos viajeros mojados y calados hasta los huesos con la compañía de Popeye o pioneros investigadores de animales extintos hace miles y miles de años. Y es precisamente esa magia, la magia de Universal's, la única que podía hacer realidad algo tan enorme e importante para la comunidad de fanáticos de las saga literaria y cinematográfica de más éxito en toda la historia: Harry Potter.
Así pues hoy, en Bloggercoaster, olvidamos el peligro de las junglas repletas de dinosaurios y nos metemos de lleno en otro mundo, un mundo lejano y repleto de mitología, castillos, hechizos y dragones, un mundo conocido como The Wizarding World of Harry Potter.
Y para no romper precisamente con esa magia que nos conduce en el blog por las áreas temáticas de este gran parque, me dispongo a mostraros el vídeo que os mostrará la ruta que uno puede seguir recorriendo este área temática tan repleta de belleza y detalles por doquier. El único problema es que el walktrough que os muestro está realizado en el sentido contrario (es decir, viniendo de The Lost Continent, no desde Jurassic Park) por lo que os recomiendo empezar el play, para seguir la entrada de hoy, a partir del minuto 2:30:
De repente frente a nosotros encontramos un enorme puente de madera y al fondo, como si nos estuviera esperando desde hace tiempo, el poblado con tonos grises y blancos de Hogsmeade, empezamos a escuchar en los hilos musicales ocultos en piedras y rocas tematizadas, la inolvidable y pegadiza fanfarria de John Williams:
En este mismo puente y tras hacernos a la idea del cambio total de temática que estamos a punto de experimentar, tenemos dos lados en los que fijarnos. Si miramos a la derecha veremos el acceso al lago central de Islands of Adventure, con un claro contraste de vegetación y temática, en la fotografía veréis la selva verde y frondosa a la derecha y el terreno rocoso y lleno de árboles norteños a la izquierda. Al fondo se eleva en la lejanía la roca artificial de Mythos, el restaurante de The Lost Continent:
Pero la auténtica belleza se impone si nos asomamos al otro lado del puente, a la izquierda. Es cuando se nos muestra imprerioso y sobrecogedor el gigantesco castillo de Hogwarts, del cual se escapa un fino riachuelo que serpentea por un espeso bosque de abetos:
De repente (y aunque suene obvio) por arte de magia Universal's ya ha conseguido hacernos olvidar Jurassic Park, en apenas 20 metros de ruta, en apenas 10 o 15 segundos de nuestro paseo, ya estamos metidos por completo en otro mundo. A partir de aquí cualquier fino detalle nos recordará que estamos metidos en The Wizarding World of Harry Potter, que aquí somos muggles insignificantes y que cualquier cosa del mundo contemporáneo no tiene cabida, que aquí los hechizos y pócimas son la moneda de cambio. Así lo reza la señal bajo la portalada que nos recibe, bienvenidos a Hogsmeade:
Nada más entrar a esta zona se nos presentan 4 puntos de interés bajo los que debemos elegir por cuál de ellos nos decantamos, la ruta se fragmenta y debemos ser nosotros mismos los que elijamos hacia dónde iremos (tranquilos y tranquilas, yo os mostraré todas las rutas posibles). Lo primero que nos tentará es Hogsmeade propiamente dicho, el poblado repleto de chimeneas, casitas de doble piso con fachadas estrechas y torcidas y una generosa capa de realista nieve (artificial) acumulada en sus tejados. De momento no iremos a Hogsmeade, lo dejaré para una segunda parte del análisis, pero que sepáis que en la siguiente entrada del blog empezaremos aquí la ruta:
Si miramos hacia la izquierda es donde se nos presenta la auténtica joya de la corona de esta novísima área temática: el castillo de Hogwarts (en cuyo interior localizamos Harry Potter and the Forbidden Journey) y la coaster familiar de Flight of the Hippogriff. Y sí, en este punto es recomendable tomar asiento, respirar y conscienciarse de que lo que tenéis frente a vosotros es real como la vida misma:
Entre estos dos elementos (Hogwarts y Hogsmeade) localizamos un espacio abierto, acunado por los bosques que rodean a Flight of the Hippogriff y Dragon Challenge, y en cuyo centro localizamos un escenario circular de madera con una enorme roca de unos 4 metros de altura y partida por la mitad. Desconozco si esta roca aparece en alguna de las películas de Harry Potter pero me imagino que sí. A lado y lado de la roca varios estandartes. En este escenario podemos localizar dos shows que se ofrecen a diario alternando uno y otro cada media hora aproximadamente:
Uno de los shows es Twizard Spirit Rally, donde vemos como dos escuelas de magia (Beauxbatons y Durmstrang) se retan en un interesante duelo en distintas artes. Beauxbaton (escuela de chicas ataviadas con uniformes azul celeste) se dedica a ofrecer danza y acrobacias con cintas de colores en el aire mientras que Durmstrang ofrece fornidos guerreros que luchan entre sí con enormes varas de madera haciéndolas chocar entre sí en dificultosas coreografías:
El segundo show es Frog Choir, donde alumnos de Hogwarts cantarán varias canciones acapella acompañados de varios sapos gigantes (marionetas) que sostienen en su regazo.
Ya sabéis que suelo ser bastante escrupuloso con los espectáculos en los parques (no me gusta que me ofrezcan cante o baile, por ejemplo), así que la verdad es que no me entusiasmó demasiado este show, pero sí reconozco que complementa muy bien un rincón aparentemente muerto (con semejantes vistas a lado y lado) y ofrece una ambientación extra para los fanáticos de la saga de J.K. Rowling.
La majestuosidad de Hogwarts
Es inevitable, la vista se nos va enseguida allá al fondo, no podemos aguantar más y la música de John Williams nos conduce, como si de un hechizo se tratara, a las puertas de Hogwarts, donde podemos localizar la gran major de este área temática, Harry Potter and the Forbidden Journey:
El castillo es perfecto, lo miréis por donde lo miréis. Cierto es que tras una visita durante 15 o 20 minutos puede empezar a parecer pequeño con respecto a la grandiosidad que se prometía en las películas, pero también el trabajo con falsas perspectivas y la composición triangular hacen que el castillo de Hogwarts vaya creciendo en presencia hasta hacer inevitable la admiración cada vez que nuestros ojos pasan por la zona. El "wow" al llegar a la entrada es absolutamente imprescindible (y de hecho es hasta divertido observar como la gente lo exclama constantemente):
La entrada, custodiada por dos jabalíes alados, está también gestionada siempre por uno o dos trabajadores ataviados con negras túnicas, que asesoran e invitan a la gente a probar los asientos de prueba situados a nuestra derecha (en esta fotografía de arriba los podéis ver). Pese a que las colas no empiezan realmente aquí, salvo en días de mucho attendance, una vez cruzamos esta puerta empezamos a acercarnos a la ladera de la montaña y a observar, al fondo, una fisura en la que localizamos una puerta tallada en roca y que nos invita a entrar montaña adentro:
Creo que los traumatólogos estadounidenses se habrán hecho de oro en este pequeño pasillo de 40 metros, donde el cuello luce totalmente doblado y es que sobre nuestras cabezas se alzan multitud de torreones y estructuras de roca que podemos reconocer perfectamente en la película:
Una vez llegamos a la puerta en roca, la experiencia de Harry Potter and the Forbidden Journey empieza. Lo primero que nos encontramos es un trabajador que nos recuerda que debemos guardar cualquier bolsa o material arrojadizo (gorras, gafas, cámaras, bebidas) en las taquillas que encontraremos distribuidas en varias salas de roca (taquillas gratuitas, recordad). Una vez dejamos lo que llevemos en taquillas, podemos seguir en la cola normal o en la single queue. Entre ambas veremos todas las salas tematizadas por igual, no os preocupéis:
Para facilitar un poco la comprensión de todo lo que os voy a intentar explicar resumidísimamente, os dejo con un video del recorrido a través de las colas, para que os hagáis una ligera idea:
Tras dejar atrás las taquillas, nos encaminamos a través de estrechos pasillos oscuros semejantes a unas mazmorras y serpenteantes. Inmediatamente salimos al exterior para recorrer una zona de laberintos con vallado metálico bajo los enormes invernaderos de Hogwarts, decorados con un montón de plantas y sonidos originales de las películas. A partir de aquí se nos extenderán 6 zonas o salas distintas donde la cola va serpenteando e interactuando por cada una de ellas:
- Las puertas de acceso al castillo, el pasillo con las joyas de Hogwarts (con el Espejo de Oesed) y las escaleras que dan acceso al despacho de Dumbledore (con la fiel reproducción del ave fénix que protege las escaleras de caracol).
- La sala de las escaleras y pasillos móviles, donde se abre una enorme cavidad vertical hasta unos 20 metros de altura y multitud de cuadros se mueven y conversan entre ellos o con nosotros mismos. La magia aquí hace acto de presencia cuando te quedas embobado viendo como aquél cuadro en la lejanía tiene un motivo en movimiento.
- El despacho de Dumbledore, donde el mismísimo director de la escuela nos explicará varios secretos de la magia que reina en el lugar, como buenos maggles que somos. La proyección holográfica de Dumbledore es absolutamente real, hasta el punto de que te puedes mover por toda la sala que siempre lo verás mirándote fijo, es increíble.
- La clase de defensa de las artes oscuras, una reproducción fiel de esta aula repleta de objetos de magia, esqueletos, pócimas humeantes y un púlpito de piedra donde de repente aparecerán, en forma de proyección holográfica Ron, Hermione y el propio Potter, explicándonos que vamos a participar en un partido de Quidditch y realizando un par de trucos (por ejemplo Ron ejercita mal un hechizo y de repente empieza a nevar fina y blanca espuma en la sala). El mini-show aparece cada 3 o 4 minutos, por lo que es facil acabar viéndolo sin problema, a pesar de que las colas jamás se detienten.
- La sala de las pinturas, donde se nos explica a través de varios cuadros parlantes en las paredes algunas medidas de seguridad clásicas (cómo abrocharse los cinturones, qué hacer, qué no hacer, etc.).
- El pasillo final, justo antes de entrar en la estación, donde el Sombrero Seleccionador (un impresionante animatronic a tamaño real) se encargará de darnos un par de consejos finales justo antes de acceder a la estación de carga.
No os quiero spoilear la historia, pero la verdad es que todo el viaje es una absoluta delícia visual, sonora y sensitiva. Uno pierde por completo la orientación desde el primer momento en el que jugamos el partido de Quidditch hasta cuando nos atacan los Redentores o nos mecen en el aire los puñetazos que nos clava el Sauce Boxeador.
La ride dura aproximadamente 4 minutos desde el hechizo de Hermione hasta que volvemos a poner pies en el suelo, por lo que lo único que os puedo decir es que os dejéis llevar porque vais a alucinar muchísimo con absolutamente todos los detalles, en ningún momento se puede ver el sistema de la ride, ni las pantallas con forma de media esfera, ni los animatronics, ni las transiciones, ni mucho menos los brazos de Kuka Rides que sustentan nuestros asientos. Todo queda perfectamente enmascarado y oculto para hacer que nuestra mente se evada por completo durante el viaje. Y lo consiguen a la perfección, os lo aseguro.
Si algo me pareció quizás un pelín caótico y muy a tener en cuenta por parte de los engineers, es el hecho de que la salida de la estación, la tienda de la ride y las taquillas estén tan pegadas y amontonadas al final. Unas habitaciones de tamaño diminuto hacen que se mezclen visitantes que quieren entrar a curiosear, visitantes que van a dejar sus pertenencias en las taquillas, visitantes que las van a recoger y visitantes que salen (de 4 en 4) de la estación a toda prisa. Se agolpa y amontona una cantidad de gente demasiado excesiva para unas salas tan pequeñas, creando una pequeña sensación de ahogo que (tranquilos y tranquilas) apenas dura unos segundos hasta que salimos de nuevo al exterior.
La ride, por lo tanto, es contextual, totalmente inmersiva y posiblemente entre dentro de la categoría de dark rides (a mi parecer) pero con una excelencia en el pulido de detalles tal que la convierten en todo un viaje de entre 15 y 20 minutos capaz de igualar lo mejor que hayáis probado en cualquier otro parque jamás. Con Harry Potter and the Forbidden Journey Universal's se ha asegurado un caballo ganador terriblemente difícil de ganar, hasta el punto de convertirse en una de las rides que más veces me ha hecho abrir la boca por minuto. Alucinar es poco.
A lomos del salvaje hipógrifo
Pero bueno, la carísima ride ya la hemos dejado atrás, salimos de la enlatada tienda de recuerdos de Harry Potter and the Forbidden Journey y nos encontramos de nuevo en las calles colindantes a la montaña de Hogwarts. Justo delante nuestro se extiende la simpática Flight of the Hippogriff, una junior coaster de Vekoma que no solo igualó las expectativas que llevaba sobre ella sino que consiguió superarlas gracias a un nivel de theming nuevamente espectacular:
El acceso a la coaster lo haremos a través de las dos enormes rocas que encontraremos en la base del lift, siguiendo una especie de camino empedrado por el cual nos introduciremos poco a poco en el bosque:
Una vez demos la vuelta a la primera curva del layout, nos encontraremos con la parte vallada de las colas, que interactua en todo momento con el layout de hélices que tiene este modelo de Vekoma pero otorga a la base de la coaster de un nivel de theming gracias a vallados de madera, forja y cuerdas de excelente belleza:
Por si fuera poco en nuestro recorrido por las colas pasaremos cerca de la cabaña de piedra de Hagrid, construida a imagen y semejanza de la que vemos en las películas y con un exquisito gusto por la jardinería ambiental, me pareció un rincón precioso y terriblemente fotográfico:
¿El layout? Bien, creo que quien más quien menos conoce el layout que puede tener una junior coaster de Vekoma y esta en concreto no sería una excepción, pero aún así os añadiré un video con visión off-ride y on-ride para que os hagáis una idea de cómo es el recorrido y el entorno en general de esta pequeña pero peleona coaster:
En esencia partimos de una ultratematizada estación (repreta de objetos de trabajo en el campo, cajas de madera, cuerdas y herramientas de granja), entramos de lleno en el lift donde un auténtico hipógrifo tendido en la hierba nos saluda y con la cabeza realiza un gesto de aprovación a nuestro viaje inmediato.
Lift de 13 metros de altura con motores de tracción, first drop camuflado en una curva descendente y peraltada a la izquierda, juego de doble hélice en forma de ocho a escasos metros de altura respecto al suelo, un par de hélices más a través de los bosques y las colas y una entrada con final brake suave en recta final para luego volver a acceder a la estación de carga y descarga.
Sin grandes velocidades, sin grandes sensaciones, pero con una muestra más que formidable de cómo una coaster terriblemente familiar puede llegar a convertirse en una must-see de primer orden ya que todos los elementos que conforman la historia están interconectados entre sí. Es una simple coaster familiar pero el viaje que nos narra es tan o más lógico como el de cualquier major que podamos encontrar en cualquier otro parque. Sin duda alguna, una reconversión más que lograda la que realizaron los imagineers del parque a la hora de cambiar la nomenclatura y theming de esta coaster a finales de 2008.
Visto ya el castillo de Hogwarts y Flight of the Hippogriff no nos queda otra que empezar a recorrer la ruta que nos llevará hasta el pueblecito de Hogsmeade, donde se concentra el otro gran núcleo de elementos en cuanto a rides y temática y donde tenemos todavía un buen puñado de detalles por analizar y ver en forma de una segunda parte.
¡Tomad un poco de aire, comprad una butter-beer, contemplad las humeantes chimeneas de las primeras casitas de Hogsmeade porque el viaje a The Wizarding World of Harry Potter no ha hecho más que empezar!
*****
Y hasta aquí esta primera parte de análisis de la exclusiva área del mago más famoso de todos los tiempos (por lo menos cinematográficamente hablando): Harry Potter. La verdad es que debo reconocer que mi fanatismo por esta saga no es que sea extremo, sin embargo iba preparado habiendo visto todas las películas, por lo que tampoco me pilló totalmente despistado.
Pero he de reconocer que si Jurassic Park me pareció un área perfecta e imposible de superar, The Wizarding World of Harry Potter la supera y con mucha nota. El nivel de perfección en absolutamente todo es apabullante, hasta el punto en el que creo que se debe tratar del área temática donde más innovaciones, inversiones y estudios en ingeniería, tematización y elementos se habrá realizado hasta el momento. Prácticamente nada de lo que hay en este área se ha visto antes en cualquier otra parte del mundo. Ni su brillante y húmeda nieve artificial, ni sus bosques, ni el trabajo tan enfermizo en el theming de la roca artificial ni mucho menos la tecnología de Kuka Rides, que promete hacerse fuerte con el paso de los años.
Creo que este área temática es simplemente perfecta. Bellísima incluso para quien no se considere fanático de la saga ideada por J.K. Rowling, la cual estoy seguro que jamás pensó que su mundo de fantasía podría llevarse a cabo de una manera tan lograda apenas unos años después de escribir las novelas del joven aprendiz de mago.
Qué pasada *__* Y cuanto detalle explicado jaja Genial la entrada.
ResponderEliminarPues yo soy un claro ejemplo de lo que dices Jivo. Cuando fuí en verano de 2011, había visto 2 pelis unicamente del mago Potter y la verdad que con permiso de Jurassic Park (de la cual ya dije soy un enfermo, literalmente) me pareció simplemente brutal, tan brutal que una vez llegado de Orlando, nos pusimos manos a la obra a ver todas las pelis y a flipar viendo todo lo que habiamos visto en el parque, pero esta vez en la pantalla.
ResponderEliminarY sin duda, Harry Potter and the Forbidden Journey fué y sigue siendo la ride mas espectacular que e probado jamás. Y mas cuando por entonces no tenía ni idea de su funcionamiento y no era capaz de entender como había podido experimentar, lo que acababa de ver y sentir.
Sobre la coaster de Vekoma, en mi casó pasó mas sin pena ni gloria. De hecho nos pareció incluso dolorosa en algun giro donde con las caderas nos dabamos en los laterales de los asientos. Eso si, como suplemento al area y como un nuevo crédit que sumar a la lista, ya estubo bien.
A ver, hay que ser honestos, una junior coaster de Vekoma siempre cabezonea y vibra como la que más. De hecho me cuesta ahora pensar en alguna Vekoma que no lo haga en mayor o menor medida... así que sí, Flight of the Hippogriff no vendría a ser una excepción. Pero me fijo sobretodo en la adaptación del theming al entonrno, tema del que se habló muchísimo en su día. Además en el video que puse hay un detalle que me dejó boquiabierto: dos trenes. Un modelo de este tipo que opere con dos trenes es digno de admirar, dada la rapidez con la que ya de por sí completa el layout. Y aún así: dos trenes. Capacidad automáticamente doblada. Chapeau!
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