Gongqing Forest Park (parte 2)

Vimos ya en la anterior entrada que el parque de atracciones de Gongqing Forest Park escondía tras sus centenares de especies de flora un coqueto a la par que olvidado grupo de rides y coasters que merecían ser analizadas y vistas con lupa ya que pueden significar, como nos ocurrió al Roller Coaster Team de 2013, un buen cojín de relax, paz y tranquilidad.

Ya os nombré en esa anterior entrada sus tres credits, compuestos por una imitación china de una wacky worm (o big apple), una imitación china de una multi-looper de Vekoma y una imitación china de los bobsleighs de Schwarzkopf de finales de los 80 con un toque similar al de una wild mouse.

Pues bien hoy, en Bloggercoaster, es el momento de sacar las pinzas de análisis, ponerse la bata de laboratorio de entusiastas de coasters y encender la intensa luz que nos permitirá observar los detalles y particularidades de cada uno de estos credits, porque cada uno de ellos tiene sus particularidades...

Dragon Ship Coaster

Su apariencia, a simple vista, puede engañar y hacernos ver una wacky worm o big apple (tanto monta, monta tanto). Y la verdad es que si no usamos la particular "lupa" de entusiastas nos la podrían colar doblada, como se suele decir. Dragon Ship Coaster (o Golden Dragon Coaster, dependiendo de si traducimos el nombre en chino o nos fijamos en el facilitado directamente por el parque) es una kiddie con todas las de la ley, una coaster tradicional con media hélice pre-lift, un lift de apenas 4 o 5 metros de altura, otra media hélice, varios ligeros desniveles en una larga diagonal, otra media hélice, un ligero drop de unos 3-4 metros de altura y de nuevo una media hélice que nos hace regresar a la estación de carga y descarga:

La particularidad que encierra esta pequeña es el hecho de que al estar fabricada enteramente en China el funcionamiento o respuesta del tren frente a un layout de diferentes medidas hace que su velocidad sea realmente baja, lo que la convierte en un auténtico aburrimiento para el personal. Fijaos sino en la velocidad que adquiere el tren al elevarse por la cadena del lift y de la lentitud de todo el recorrido (exceptuando el drop final, claro):

Tal como certifica el ECC (European Coaster Club) en este vídeo, bien podría tratarse de la wacky worm más lenta del mundo, lo que a la vez la convierte en uno de los credits más despreciables que jamás haya podido riddear. Nosotros además nos llevamos el dudoso privilegio de poderla riddear con lluvia incluida, hecho que la envió de lleno a la cola de nuestra puntuación personal. ¡Maldito dragoncito!

Roller Coaster

El auténtico reclamo que nos hizo contar con este parque de atracciones a la hora de incluirlo en nuestra ruta como un parque opcional (tal como expliqué en la anterior entrada, Gongqing Forest Park no entraba en un principio en nuestros planes de ruta) fue el hecho de tener entre sus entrañas cierta "joya" como es esta Roller Coaster:

A simple vista pensaréis que le he cambiado el color a cualquier foto de la desaparecida Superwirbel (Holiday Park) y que os estoy dando gato por liebre, pero no. Roller Coaster es una copia descarada, una imitación, un burdo clon de cualquier multi-looper de Vekoma que pulule en estos momentos en el mundo (y hay unas cuantas). Para muestra, este genial point-of-view creado por los amigos de ThemePark Review en el cual se puede observar lo grotesco de la tragedia:

Efectivamente: dolor. Roller Coaster no resultó ser digamos el credit más suave del viaje y ni mucho menos uno bueno. Pero pese a todo, pese a que podría gastar un saco entero de pedruscos verbales, también vale la pena decir que no fue un dolor brusco debido a puntos en concreto, sino que fue como una especie de tortura constante, de principio a fin.

Todos, quien más quien menos, conocemos ya el layout de este tipo de coasters: salida de estación a derecha, encarado de lift, una vez llegados arriba curva con peralte a la derecha, drop, loop de dimensiones más bien reducidas, curva elevada con peralte a la derecha, descenso peraltado con empalme en corkscrew, sin dejar de girar empalme con un segundo corkscrew, curva panorámica peraltada a la derecha y enlace directo con los final brakes que nos llevan de nuevo a estación.

Creo que el vídeo deja bien claro la intención de este tipo de coasters: sorprender por su tamaño y estética pero ofrecer al viajero uno de sus peores ciclos jamás recordados. Particularmente tengo grabados en mente el recuerdo de la recepción del loop, la curva peraltada primero elevada y luego descendiente tras ese mismo loop y la recepción del primer corkscrew (en el segundo tu cuerpo viaja ya en una especie de trance producido por los movimientos del cuello y la cabeza vapuleados).

La vibración es más o menos soportable (no excesiva, vale la pena decirlo) y en lo que sí que gana un gran punto a favor la coaster es en el entorno. La primera parte del layout (desde la salida de estación hasta la curva posterior al loop)  la hacemos en un entorno rodeado de césped y grandes formaciones de arbustos, pero la segunda parte (a partir de esa curva hasta los brakes finales) recorremos el track por encima del agua en un enorme estanque de nenúfares y lentejas acuáticas de chillón color verde, lo cual otorga al traqueteante recorrido cierto toque de color que, quieras que no, hace aflorar en ti cierto sentimiento de compasión ante semejante tortura.

No salvaría Roller Coaster del derrumbe y desmontado instantáneo, pero sí que le otorgo el sello de major que claramente ostenta por el tamaño que ocupa en el lugar. No es el mejor credit que cabría esperar, pero por lo menos rompe un poco con la rutina de spinnings y wild mouses que domina gran parte del país oriental.

Inertia Roller Coaster

Me ocurrió con Racing en Bakken (Dinamarca) o con Wild Mouse en Blackpool Pleasure Beach (Inglaterra), en ocasiones hay credits de los cuales no esperas absolutamente nada y te aportan una cantidad de diversión y de felicidad bastante superior a la que tenías cuando encaraste la salida de la estación.

En este caso Inertia Roller Coaster vendría a formar parte de este exclusivo grupo de credits, pero antes de entrar al trapo con su análisis, os dejo un genial vídeo de ThemePark Review donde podemos ver el layout completo de esta especie de cacharro con raíles y trenes:

Sí, ese es el ruido que hacen sus trenes, parecido quizás al de los viejos vagones de tren de hojalata o al de un contenedor de la basura calle abajo. Pero en este caso se trata de una coaster. Antes de pasar a hablar de su layout, parad el vídeo en el segundo 0:06. ¿Veis el hombre que está apoyado en una barandilla observando la coaster? Si os fijáis a la derecha hay una pequeña jaula, junto a unas lonas verdes dobladas. Pues bien, en esa jaula había un par de ardillas.

Un dato totalmente random pero que me dejó bastante sorprendido cuando tuve el placer de riddear (en varias ocasiones) esta coaster y descubrí el curioso detalle.

¡Sigamos con el análisis! Layout bastante sencillote pero que sorprende por su capacidad de compresión y su administración de la velocidad (olvidad peraltes y transiciones suaves, no hay lugar para la comodidad aquí). De hecho, es casi de agradecer el hecho de que sí existan peraltes en un par de curvas de este credit (quizás las que menos los necesitaban, para qué nos vamos a engañar) como podéis ver en la superior y la grande que se pueden apreciar en la siguiente fotografía:

Otra de las particularidades de esta coaster son sus trenes, de los que ya hablé hace apenas un mes en esta otra entrada y cuya similitud con un tetra-brick de zumo de limón se hace patente en la fotografía que os aporto aquí abajo. Como podéis ver (tanto en foto como en el vídeo protagonizado más arriba por Robb Alvey) no hay ningún tipo de protección anticaídas. No hay arnés, no hay lapbar. Hay viajero sentado en el asiento y disfrutando del viaje... ¡supera eso Schwarzkopf!

Bromas aparte sí, el recorrido duele en varios puntos especialmente críticos (como la curva que podéis ver en el minuto 0:45 o la que le sigue en el 0:47), especialmente porque al ir tan suelto el cuerpo va de un lado al otro del receptáculo llamado vagón y, por mucho acolchado que esté, nuestro costillar sufrirá todos y cada uno de los centímetros de raíl que tiene la coaster en esos puntos. Pero tanto Racing como Wild Mouse, las que os he nombrado al principio, también juegan con ese factor y pese a ello son terriblemente adictivas.

Por lo tanto Inertia Roller Coaster se llevó, con total seguridad, el sello a la mejor coaster del parque. No os dejéis engañar por su aspecto decrépito o por su escasa seguridad, es una de esas coasters que cuando llegas a estación estás deseando volver a salir para encarar de nuevo el lift.

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Y hasta aquí el análisis de los 3 credits que podemos localizar en el pintoresco y bucólico parque de Gongqing Forest Park, un lugar de paz y tranquilidad donde nos podemos llevar 3 credits nuevos para nuestra particular colección a la vez de disfrutar de amables paseos por densos y cuidados jardines chinos.

Como indiqué en la anterior entrada de Bloggercoaster, Gongqing Forest Park fue un accidentado plan B iniciado tras la decepción de tener que llegar a las puertas de Happy Valley Shanghai y afrontar el cierre debido a la intensa lluvia que ese día azotó toda la ciudad. Tuvimos que pensar rápido y tramar un plan alternativo que nos permitiera disfrutar de la ciudad de Shanghai y, a la vez y como buenos park freaks, plantar la bandera del RollerCoaster Team en algún parque nuevo.

En la siguiente entrada os narraré las inclemencias organizativas que tuvimos que sortear durante esos dos fatídicos días en los que nubes grises (y lluviosas) cubrieron por completo el viaje, aunque pronto llegó la calma. Permaneced atentos y atentas...