En este 2014 y pese a que la cantidad de proyectos no ha sido para echar cohetes, sí que se han establecido algunos muy curiosos y relevantes a los que se han apuntado parques que no suelen entrar en esta liga como es el caso de Nigloland con Alpina Blitz, Liseberg con Helix y la coaster que analizaré a continuación en Holiday Park.
Por lo tanto hoy, en Bloggercoaster y después de haber repasado en dos extensas y completas entradas la totalidad del territorio que ocupa el alemán Holiday Park, es momento de pasar por debajo de la lupa Sky Scream, una de las novedades más extravagantes pero a la vez llamativas de esta temporada.
Cambio generacional
La historia que hoy vamos a ver hecha realidad se remonta 35 años atrás, cuando un novísimo y discreto parque de atracciones llamado Holiday Park decidió sorprender a toda la sociedad germánica adquiriendo una novedad espectacular tanto en sus formas como en su significado. Su nombre era Super Wirbel y aunque su altura y velcidad eran considerables, el hecho más destacado de su estreno fue que contenía la primera inversión en una coaster construida en suelo alemán.
Su fama se prolongó durante años en la década de los 80 y gran parte de los 90 hasta que las inversiones empezaron a ser algo mucho más común en coasters de todo el mundo y los competidores continentales de Holiday Park empezaron a cargar sus catálogos de multiloopers de todas las formas y colores. Vekoma abrió unas fronteras hasta entonces impensables y empezó a demostrar que por muy discretas que fueran las cuentas de un parque, prácticamente cualquier recinto podía tener un loop o un corkscrew en su interior.
Atravesamos la barrera del milenio y ya en un avanzado 2003 Holiday Park trató de repescar una coaster que ya por entonces se mostraba caduca para el gran público. Super Wirbel ya no brillaba como antaño y la vieja multi-looper de Arrow requirió un lavado de cara, añadiéndole unos nuevos trenes rediseñados por la (por entonces) todopoderosa Vekoma. De nada serviría tal inversión pues en 2012, con la llegada del grupo Plopsa al poder del parque alemán, el desmantelamiento y desaparición de Super Wirbel pasó de ser un rumor a una pura realidad.
A finales de 2013 el grupo Plopsa dio un auténtico bombazo indicando que habían quedado prendados de Superman Ultimate Flight (Six Flags Discovery Kingdom), una coaster aparentemente sencilla pero con una mecánica y funcionamiento que, según el grupo, era acorde para Holiday Park. A finales de ese año presentaron un sólido proyecto y más tarde mostraron a todo el mundo su nombre y estética: Sky Scream, inspirado en la temática oscura y oculta del vampirismo:
La sorpresa ya estaba dada, el mundo de los parques y los fanáticos de Holiday Park en general quedaron boquiabiertos. Se sabía que Super Wirbel tenía los días contados y que su desaparición era inminente, pero... ¿este modelo de Premier Rides?
Cabe decir que la norteamericana empresa tan solo había pisado Europa para plantar una coaster que, dicho sea de paso, poco tiene que ver con sus principios (Vokaputous, en el finlandés parque de Linnanmäki). Así pues nadie esperaba una jugada de este calibre y mucho menos viniendo de una empresa tan poco conocida. Pocos entusiastas habían podido disfrutar de su precedente en EEUU y a decir verdad la jugada de Plopsa probablemente haya derivado por esos terrenos: plantar una coaster totalmente desconocida, de una empresa totalmente desconocida, con un nivel de attendance adecuado y con un presupuesto discreto pero resultón:
Además Holiday Park ha hecho gala de un sistema de imposición de novedades bastante rompedor pero a su vez efectivo. Sabiendo que el theming podía ser una pieza primordial para otorgar un aspecto diferente a una coaster tan visualmente rompedora, el parque ha decidido aplazar el completado del conjunto (coaster + theming) a dos temporadas.
Una primera temporada para montar y poner en funcionamiento la coaster tal cual, sin tematización y con el mínimo para ponerla en funcionamiento (y atraer a las masas) y mientras, para la temporada 2015, recaudar el dinero necesario para completarla con una tematización rompedora y detallada, volviéndola a presentar de nuevo pero esta vez con un aspecto mucho más espectacular si cabe. Distribuyendo así el "hype" que está generando la coaster no en una sino en dos temporadas. Golpe maestro.
Desorientados por completo
Como acabo de comentaros, no esperéis ni un solo ápice de theming en una coaster incompleta en cuanto a ese tipo de ingredientes. Toda la plaza, fachada e interior de las colas de la coaster presenta una estructura de acero negro y cemento visto, por lo que para sacar cualquier tipo de conclusión hay que echar mano de la imaginación y la generosa cantidad de artwork que el parque ha facilitado para ello.
Aún así, al acceder a la misma puerta, nos podemos encontrar ante el armazón del que será un gran torreón/fachada de bienvenida:
En el interior del edificio nos esperarán varias salas de altos techos cubiertas de grisácea chapa y sostenidas por estructuras de acero negras:
Al llegar a la estación se repite el mismo patrón: estructuras vistas, aspecto más bien prematuro y mucha sintetización, algo que cambiará por completo una vez Neverland use su toque mágico y otorgue a las inmediaciones de un aspecto oscuro y tétrico, algo en lo que han demostrado ser solventes de sobras.
Aún así, los tornos que distribuyen el acceso del público se encuentran justo frente a donde el tren se detiene y acelera al salir, por lo que la impresión muchos ciclos antes de riddear es la de que vas a recibir un gran golpe de velocidad y aire (a partes iguales) en la cara:
Y pese a que no suelo hacerlo, aquí un regalito para los freaks más tecnológicos que también leen el blog. El panel de control de Sky Scream está al descubierto, sin cabina y sorprendentemente accesible al cliente final (se supone que con la construcción del theming la cabina se aislará del valiente viajero):
Los tornos automáticos se abren ya y nos dan paso a nosotros para ponernos en la piel de las miles de personas que pasarán por aquí en los años venideros. Accedemos al asiento, ajustamos nuestra lapbar (que curiosamente protege también nuestros tobillos, algo que jamás llegué a entender en ningún momento) y empieza el ciclo para ascender en cuestión de segundos a más de 45 metros de altura. Pero antes de empezar a describir el viaje, os recomiendo tener a mano este point-of-view del recorrido, donde se visualiza a la perfección el recorrido que os describiré:
Aceleración inicial bastante suave pero progresiva que hace elevarnos hasta el primer elemento del layout, el twist vertical. La gravedad nos detiene a unos 15 metros y cuando apenas hemos completado medio giro, volvemos hacia atrás y encaramos la recta inicial pero esta vez hacia atrás. Amigos y amigas, aquí es cuando la cosa se pone realmente seria pues la velocidad de aceleración es BRUTAL. Y hacia atrás:
El tren pasa de manera endiablada por la estación hasta elevarse unos 20 metros alrededor de gran parte del pseudo-loop que finaliza el layout por el otro extremo, dejándonos inclinados y mirando el horizonte, a sabiendas de que la próxima sacudida va a ser la decisiva.
De nuevo volvemos a ir en la dirección natural de los trenes (esto es hacia adelante) pero la velocidad no deja de incrementarse, última aceleración (algo más ligera que la segunda), volvemos a pasar los primeros 20 metros de lanzamiento y ahora ya sí encaramos el twist vertical con una gran velocidad:
Y la verdad es que yo no esperaba semejante velocidad al llegar arriba, el tren llega mucho más ligero de lo que uno podría pensar viéndolo desde arriba. Tanto que en este preciso punto se experimenta algo totalmente inesperado para el viajero: un gran airtime. Es un ejector como una catedral, reforzado por el hecho de ponernos en vertical en apenas diez metros de layout. En este punto Sky Scream ya se ha apoderado por completo de nuestro sentido de la diversión y juguetea con nosotros como un niño pequeño puede hacerlo con una pelotita de goma recién comprada.
Recuperados del shock que puede significar haber pasado un airtime de estas características (y para el que ni mente ni brazos estaban preparados) toca encarar el in-line twist superior, a 45 metros de altura y con la basta visión del boscaje a nuestros pies, el tren encara el elemento a una velocidad bastante superior a la esperada, por lo que el ramalazo lateral de fuerzas adquiere el tono de un placentero latigazo:
Un punto de seguridad, quizás de previsión, es el frenado mediante trim brakes en este punto. No regulan la velocidad de manera leve, sino que frenan abruptamente el tren, quizás rebajándole 20 o 30 km/h, algo que a esta altura se nota y mucho. Pero la rebaja se disuelve en el olvido una vez encaramos el peralte hacia la derecha que viene aderezado con un baño de soportes próximos a nuestros frágiles brazos. El punto de choque en este punto es un elemento clave que, creedme si os digo que se hace notar:
De nuevo una aceleración vertical progresiva, un chorro de fuerzas G positivas inunda nuestros desorientados cuerpos y hace preveer un tramo final apoteósico. Es momento de encarar la verticalidad con peralte del pseudo-loop, presentado de manera majestuosa y bailando con el heartline de nuestros cuerpos, desafiando el despiece de nuestros huesos pero manteniéndonos serenos, como esa mano amiga que siempre nos asegura que está a nuestro lado cuando montamos en bicicleta por primera vez:
Con un grito rompedor alcanzamos la cumbre del pseudo-loop, a una treintena de metros de altura y con la sensación de que pese a que lo más intenso ha pasado ya, nos queda todavía un último chapuzón en una piscina de sensaciones extremas llamada Sky Scream:
Y así és, el pseudo-loop nos encara a un peralte lateral que, de manera similar a lo que podríamos sentir con un dive-loop, nos llena de una velocidad progresiva ascendente y muy suave. La verdad es que en este punto la distribución de fuerzas en la estructura es genial y en ningún momento se puede apercibir el más mínimo atisbo de vibración o dureza entre transiciones:
Recepción en plena estación a una endiablada velocidad que es frenada en una primera tanda por los aceleradores LSM (electromagnéticos) que nos dieron impulso segundos antes:
Volvemos a quedarnos en la verticalidad del primer twist, de nuevo vamos hacia atrás por nuestro propio peso y esta vez ya sí los frenos se encargan de pararnos por completo, regresando el tren a la posición inicial de carga, abriéndose los arneses y facilitando la descarga del personal, que se dirigirá directamente a la salida de la coaster, que como os dije al principio del análisis, carece por completo de cualquier signo de theming se mire por donde se mire.
Algunos datos de interés...
- Nombre: Sky Scream
- Fabricante: Premier Rides
- Diseño: Ben Lovelace
- Parque: Holiday Park (Alemania)
- Modelo: LSM launched coaster
- Longitud: 263m.
- Altura máxima: 45,7m.
- Máximas G's: 3,5G
- Presupuesto: 8 millones de €
- Recolocada: no.
- Año de construcción: 2013-2014
- Colores: raíles rojo granate, soportes grises.
- Attendance: 800 p/h.
- Inauguración oficial: 12 de abril de 2014.
La coaster que volvería loco a Coco
Y es que el simpático personaje de Barrio Sésamo no se cansaba nunca de repetirnos el significado de los coneptos arriba y abajo con miles de ejemplos gráficos. Pero el problema es que en Sky Scream los giros que realizamos son tan desconcertantes e imprevistos que nuestro cuerpo no tiene más remedio que dejarse llevar por una odisea de piruetas en el aire, genialmente orquestadas, eso sí.
Aparentemente insulsa, esta coaster guarda mucho más en su interior de lo que cabría esperar de ella, visualmente consigue no solamente solventar la preocupación de los más fanáticos de la desaparecida Super Wirbel, sino que supera con creces las expectativas de grandeza y espectacularidad. Es grande, muy grande y lo más importante: visible desde la práctica totalidad del parque, así que pese a los altos bosques y la espesa vegetación, en todo momento podremos ver si Sky Scream está disponible o no para nosotros.
Como ya me he encargado de relatar unos párrafos más arriba, es sorprendente el sentido de aceleración con el que se ha impregnado a esta coaster, que no solo se permite el lujo de incrementar las aceleraciones hasta un total de 3 en un recorrido de apenas 30 o 40 metros de longitud, sino que logra otorgar un valor extra a la aceleración hacia atrás que experimentamos en el tramo más abrupto, el del segundo lanzamiento de espaldas.
Suave en transiciones, giros y paso por puntos críticos en el soporte de fuerzas G (positivas sobretodo), lo que si sorprende en algún punto es la excesiva fricción que ofrecen las ruedas al conjunto del tren, frenándolo mucho antes de lo previsto en los tramos en los que la velocidad alcanza cotas máximas. También es bastante inesperada la robustez con la que soportan muchas partes del tren el paso por algunos tramos, mostrando que Sky Scream no es solamente un proyecto muy sólido en su diseño sino que el montaje y ensamblaje se ha hecho a la perfección.
Y aquí viene uno de los pocos "peros" de la coaster, la poca elasticidad del recorrido. Todo encaja de una manera tan perfecta, todo está tan apretado y tan encajado milimétricamente, que da la incongruente sensación de que cuando el atornillado, las transiciones y las soldaduras empiecen a soportar el paso del tiempo y si el parque no ofrece un mantenimiento ideal, se les puede ir de las manos la oportunidad de tener un auténtico caramelo.
Sky Scream resulta ofrecer no solo un buen catálogo de sensaciones, sino también una ristra aceptable de innovaciones y oportunidades para convertirse, sin lugar a duda, en una buena competidora por el trono de popularidad del parque (aunque sin llegar a batir jamás el reinado que posee sin lugar a dudas Expedition GeForce).
Un añadido con un attendance bastante adecuado para el parque, con una posibilidad de theming y expansión de terrenos bastante clara y que ha conseguido abrir un gran tramo de sendero que quedaba ensombrecido por la espesa vegetación que escondía en su interior la vieja y desgastada Super Wirbel.
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Y hasta aquí el análisis de una de las estrellas de este 2014, posiblemente no la más fotografiada ni la más admirada por el gran público, pero os puedo asegurar que puede sentar precedentes a la hora de adquirir nuevas coasters en el viejo continente.
Tras la conquista de tierras europeas por parte de las SLC de Vekoma o las wild mouse de Mack, podríamos estar presenciando el desembarco de otro de esos modelos que proliferan con sorprendente facilidad en todos los parques temáticos y de atracciones del continente.
El tiempo dirá si Sky Scream ha sido el delirio de locura del parque temático ebrio de fama por su incontestable megacoaster de Intamin o una estudiada estrategia de implementación de "moda" a nivel de parques en toda Europa.
El próximo día 8 te cuento qué tal ;) Yo tengo a mis espaldas la Full Throtle, que lejos de ser parecida, es del mismo tipo que esta. Y en realidad, esperaba que algún parque comprara algo parecido, pero no precisamente un clon de esta...
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