viernes, 4 de julio de 2014

Bitácoras desde Inglaterra (parte 5)


Morning!

El quinto día en el calendario del RCT Tour 2014 no podía estar marcado para ningún otro parque más. Desde el inicio de la ruta con un grato descubrimiento en forma de Flamingo Land, el recuerdo de un 2009 rural con Lightwater Valley o el retorno incesante a un clásico con nombre Blackpool Pleasure Beach, el grupo había consumido una buena cantidad de credits y rides pero hacía falta poner una guinda muy especial al pastel, una guinda que significase el triunfo del estilo británico dentro del mundo de los parques temáticos. Y por fin era momento de cumplirlo, visitando el siempre enorme Alton Towers:

Despues de dormir en la conocida ciudad dormitorio de Stoke-on-Trent, nos dispusimos a visitar las torres de Alton, adentrándonos en bosques cada vez más espesos y carreteras cada vez más impracticables hasta que empezamos a ver las primeras señales.

Alton Towers es un parque gigantesco en cuanto a senderos y distancias entre rides y prueba de ello es que las enormes llanuras asfaltadas de parking están tan lejos de la entrada que es necesario tomar un monoraíl para llegar a la entrada en apenas un par de minutos de paseo. Una vez llegados, presentamos los tickets en información, pagamos el parking (el único parque de los 4 del viaje que cobra el aparcamiento) y nos dispusimos a poner la bandera del RCT en lo alto del castillo:
Como os decía, Alton Towers presenta una identidad que lo hace único a los ojos de cualquier entusiasta ya que se encuentra en el interior de un parque natural protegido, lo cual hace que tengan que convivir rides y coasters vertiginosas con grandes extensiones de jardines, lagos, laderas, valles y demás formaciones hechas única y exclusivamente para caminar, por lo que el primer y mejor consejo es que os equipéis con calzado cómodo. Más tarde también os explicaré la mala suerte que tuvimos los tres integrantes del RCT:
¿Véis? Gran parte de la trayectoría que tendréis que seguir, sobretodo en las áreas de Katanga Canyon y el Forbidden Valley, comprenden caminos a través de la espesura en los que sin duda estaréis acompañados en todo momento por la paz y tranquilidad del parque, pero en los que deberéis caminar bastante para divisar las majors que os esperan:
Tras atravesar la insubstancial Mutiny Bay y la gigantesca Katanga Canyon nos plantamos en Forbidden Valley, hogar de alguna de las rides y coasters más míticas del macro-parque británico, como por ejemplo la que para mi fue la sorpresa del día: Nemesis Sub-Terra.

Con un argumento genialmente hilado entre la actualidad y los orígenes de la desafiante Nemesis, el parque se saca de la manga una excusa genial para adentrarnos en una investigación subterránea que no acabará demasiado bien. No quiero spoilear a nadie porque hay que vivirlo, pero lo que Alton Towers ha hecho con esta ride es de aplauso, sinceramente. Espectacular in crescendo, os dejará sin respiración:
Y si primero nos cruzamos con Nemesis Sub-Terra, ahora es turno ya de palabras mayores, de presentar a la veterana del lugar, la que todavía hoy en día se gana con muchas razones el estar en el top 10 de las mejores coasters de acero del mundo (20 años después), la incombustible Nemesis:
El día que me dedique a hacer un análisis en profundidad de Alton Towers caerá por supuestísimo un análisis a ella sola, pues lo merece con creces como ya lo hice en su día a Air. Nemesis te adentra en su propio mundo, te absorbe, te controla y te lleva a su gusto por cañones, trincheras, túneles y valles de pura roca vista. Sigue siendo 20 años después una maravilla difícil de igualar.

Y el supercombo no sería el supercombo si al lado de Nemesis no nos encontráramos su hermana de acero, Air. ¿Qué os puedo decir de un proyecto tan y tan relajante? Air sigue enamorando con sus idas y venidas, sus paseos plácidos, sus fly-to-lie y lie-to-fly, así como ese extraño aroma a anuncio de colonia surrealista que uno empieza a percibir desde su música, las colas o la estación. Flotar aquí es la norma del día:
Los más expertos del lugar (o ni eso, simplemente l@s que hayan visitado Alton Towers al menos en una ocasión) sabrán que hay una gran división justo en este punto del parque, un valle en el que ya en 2002-2003 se intentó solucionar de la mejor de las maneras (aparte del teleferico que comunica lado y lado del valle) pero entró en un terreno peligroso ya que este valle, como gran parte del centro del parque, es zona más que protegida por las autoridades competentes.

Quien más o quien menos habrá tomado el teleférico por lo menos en una ocasión para cruzar este valle, pero los integrantes del RCT 2014 contemplamos horrorizados, al llegar, como un discreto cartelito pedía 1 millón de disculpas (literalmente) porque el teleférico estaba ese día CERRADO.

Inconveniente para iniciar una caminata de 15-20 minutos por caminos de descenso y ascenso o excusa para poder observar los increíbles jardines que contiene este parque temático (y que mucha gente ignora que están ahí) el caso es que no nos quedó más remedio que cruzar el valle a pie, observando un clásico icono de los mismos, la pagoda que siempre se ve desde el aire:
Tampoco es demasiado camino, la verdad sea dicha. Además la grandeza de los jardines hace que uno siempre tenga algo que ver a lado y lado del camino, añadiéndole el hecho de que uno puede respirar aire totalmente puro en toda la extensión de terreno.

Y cuervos muertos, también:
Tras esos 15-20 minutos de apacible caminata y palpitante balbuceo (en las ascensión) nos plantamos en el auténtico castillo de Alton Towers (y sí, es un castillo real, aquí el theming deja paso a la realidad). Una de las estructuras que más puede llamar la atención y que nos decidimos totalmente a adentrarnos en ella es Hex, un popurrí de historia, dark ride walkthrough y... otra sorpresa más (que evitaré también spoilearos) que gustará a todo aquél o aquella que disfrute de la oscuridad y del terror más light pero trabajado. Disfruten con la leyenda de los robles de Alton:
Tras la visita a Hex y el paseo por Cloud Cuckoo Land (y su dulce y empalagosa Charlie and the Chocolate Factory), nos decidimos a partir otra porción del pastel temático, entrando con cuchillo al área del rebautizado Dark Forest. Y allí nos encontramos con un mal trago para el visitante y una de esas amargas experiencias que de vez en cuando uno se lleva en este tipo de parques: la recaudación.

Operativas lentas, afluencia más que notoria y flujos de attendance totalmente marcados, son los 3 puntos negros de un Alton Towers que podría obtener matrícula de honor pero que, teniendo estos 3 problemas, la solución pasa porque el cliente suelte más dinero. Cuando llegamos a Rita las colas eran enormes y sofocantes, por lo que si queríamos completar el parque deberíamos adquirir el Fastrack:
El parque te ofrece hasta 4 tipos diferentes de Fastrack (moldeado a medida de quien quiera disfrutar un tipo u otro de rides o coasters), a saber: Scream, Adrenaline, Young Explorers y Adventurer. En nuestro caso obtuvimos el Adrenaline, que nos salvaría de las colas de Rita, Th13teen y Oblivion. Nos costó 12 libras y nos salvó de posiblemente hora y media de cola (entre las 3 coasters). 

El punto crítico llega cuando puedes pagar un Fastrack personalizado por cada ride/coaster que quieras montar (algo así como los parques de atracciones en los que pagas por cada ride, solo que aquí ya has pagado con el ticket de entrada, en esta ocasión pagas más por hacer menos cola). Los precios del Fastrack individual van desde las 3 libras de rides menores como el flume o Runaway Mine Train hasta las 5 libras de las grandes coasters como Air, Nemesis o Rita. 

¿Y el gran timo? (agárrense a la butaca). The Smiler, la novísima adquisición del parque, tiene también un Fastrack propio. Aunque para ello vayan preparando 10 LIBRAS (que al cambio se acerca a los 13-14 euros). De nada.

¡Continuemos! Con nuestro Fastrack Adrenaline adquirido, nos encargamos de riddear la temáticamente reformada Rita, que aunque breve y rápida no deja de mostrar las benevolencias de una asfixiada Intamin en años mejores. Uno echa en falta este extraño equilibrio entre velocidad e intensidad hoy en día:
El siguiente turno fue para Th13teen, la gran nube de humo que descubrió hace apenas unos años el parque, con aquella extraña obsesión por otorgar la calidad de Secret Weapon a un proyecto que jamás fue merecedor de semejante galardón:
Una coaster cargada de rincones, efectos, theming y ambientación (todo ello genial) y que pasa por ser una muy buena familiar, con varios toques extremos en forma de agradables airtimes y peraltes a través del bosque (layout algo más largo de lo que uno podía predecir) y la sorpresa final que bueno, ya tod@s sabemos un poco de qué va y cuando llega el momento sorprende por la mínima. Pero muy bien llevado, en especial la velocidad de transición y cambio de sentido antes de entrar velozmente en estación. Una buena novedad. Una nefasta Secret Weapon.

Atravesamos de punta a punta el Dark Forest para entrar de lleno al X-Sector, el área más futurista y posiblemente caótica del parque que, como he dicho antes, se encargó de recibir la última adquisición de Alton Towers en forma de Secret Weapon 8: The Smiler:
Tenía muy claro qué es lo que me podía encontrar con esta coaster: un puñado inacabable de inversiones, giros y descontrol total aderezado con la típica temática psicológica británica (acabamos con la banda sonora saliendo a cada momento durante el resto del viaje).

Y eso fue The Smiler. Una cola de una hora bien larga (llegué a ver 110 minutos e algunos puntos de la jornada... a PortAventura le chirrían los dientes todavía) con una conclusión en forma de maraña de acero que parece no acabar nunca y deja de ser intensa para convertirse en soporífera. Ya tras la primera tanda de inversiones nos quedó claro el concepto, Alton. Insustancial a mi gusto.

Y si nos quedaba por ver otro de esos magníficos ejemplos en los que se demuestra que el marketing de Merlin Entertainment (propietaria de Alton Towers) es magistral para vender absolutamente cualquier cosa, ese ejemplo no podía ser otro que el de la vecina Oblivion:
No miréis hacia abajo. Esa es la premisa que recuerda en todo momento una dive machine que en su día sorprendió a todos por su estructura, tamaño y complejidad, pero que hoy en día queda totalmente ensombrecida por la complejidad de muchos otros proyectos repartidos por todo el mundo. Oblivion se ha quedado corta y, pese a que nosotros teníamos el Fastrack Adquirido y entramos en poco menos de 5 minutos directamente, me dio la sensación de que hacer 20, 30 o 60 minutos de cola para algo tan sencillo roza lo surrealista. Es un drop vertical y ya, sin más. Pierde puntos el coloso semienterrado de Alton Towers...

Tras unas buenas 6 o 7 horas de visita al parque nos dispusimos a empezar a recoger los bártulos y despedirnos del último parque del viaje. Yo en particular decidí aprovechar la proximidad de la última novedad del parque a la entrada del mismo para darme una vuelta y ver qué tal está esta suerte de área kiddie camuflada en un lavado de cara y llamada CBeebies Land:
Y bueno, si os digo que no se desvía ni un ápice siquiera de lo que ya estamos acostumbrados a ver en la inmensa mayoría de parques temáticos europeos (áreas con rides antiguas restauradas o repintadas para parecer nuevas, un puñado de estatuas de fibra representando franquícias infantiloides, viales sensiblemente más estrechos y botes y botes y botes de pintura casi fluorescente repartida por doquier), tampoco me invento nada. CBeebies Land se llenará de niños y familias, pero no suple ni por asomo la carencia de familiaridad que se respira en un parque como Alton Towers. Ni falta que le hace, tampoco.

Puesto el cartel de "completado", no nos quedaba más tarea ese día que completar el escueto recorrido que había entre Alton y Birmingham, la ciudad en la que dormiríamos esa noche y pasaríamos algunas horas al día siguiente (horas que os relataré en la siguiente y última bitácora).

Fue un viaje ameno y muy carismático, muy típico de los RCT, en el que por ejemplo cultivamos de nuevo la sana costumbre de parar en un pub cualquiera en un pueblo cualquiera (en esta ocasión se llamaba The Three Horseshoes, quizás en honor a cualquier spinning coaster con esa cantidad de elementos en su interior). Allí repetimos un clásico de años anteriores, la autofoto programada en la que la cámara estaba al otro lado de la calle y a la que se nos unieron un grupo de espontáneos, presentes en aquél momento en la terraza del pub:
Como podéis ver, el aspecto de las cervezas que nos tomamos ya en el interior del The Three Horseshoes era inmejorable, además de agradecerse mucho su frescura para refrescar el gaznate en una jornada tan completa como la que estábamos a punto de finalizar:
Y bueno, llegamos a Birmingham y tras una serie de inconvenientes por parte de la cadena hotelera Ibis (que prefiero no narrar, pero que hicieron que la rebajara bastante del nivel en la que la tenía) nos dispusimos a planear un poco el día siguiente, día de retorno a nuestras tierras en forma de vuelo lowcost.

Un solo apunte final, apunte gastronómico. Como sabréis, es también tradición en el RCT cada año probar distintas "delicias" y porquerías en general que se nos presenten por el camino y que luego puedan resultar grandes descubrimientos (así es como encubrimos al MezzoMix en Alemania o a Irn Bru en Inglaterra). En el viaje de hace unos años a EEUU descubrí, en una de estas pruebas, un alimento de aroma nefasto pero sabor curioso llamado Beef Jerky, consistente en una especie de tiras de carne de ternera secadas y sazonadas con una salsa ahumada y bastante salada.

Adivinad con qué alimento me volví a encontrar en la ruta desde Alton a Birmingham (y disfruté de nuevo como un cosaco, lógicamente):
Y hasta aquí llega esta quinta bitácora del viaje a Inglaterra, repasando nuestros desvaríos y descubrimientos a través de la geografía norteña británica. En la siguiente bitácora os mostraré qué es lo que hicimos en el sexto día del viaje, con apenas unas horas entre el desayuno y el vuelo de vuelta a Barcelona.


See you!

5 comentarios:

  1. Esta visita a Alton me reafirmó en varias cosas.

    1) Es un parque precioso.
    2) Es un parque cansado; muy cansado.
    3) Black Mamba > Nemesis (de calle).
    4) Air es la mejor coaster del parque y una de las mejores de Inglaterra, por no decir la mejor, pese a su "familiaridad".

    De todas maneras, cada vez pienso más que sus coasters no son tan buenas como para venir más que 1 vez cada 4 o 5 años. Además, el resto del parque no ayuda con su magia, cosa que sí hacen otros como EP. En definitiva, un buen parque pero no un "must", que juega en la liga de "parques que visitar cada bastantes años".

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    1. Ciertamente no es un "must" obligatorio, la prueba está en que llevábamos 5 años sin poner pie y probablemente volvamos dentro de otros 5 (¡ojalá!). Pero ello no quita que en organización, diseño y theming pase por delante de prácticamente la totalidad del resto de parques británicos, es innegable.

      No comparto el resultado del versus Black Mamba/Nemesis, sabes que amo a ambas igual que tú, pero a mi parecer el trabajo de diseño meticuloso que presenta Nemesis en su track no se asemeja ni por asomo al de Black Mamba (que sí barre en cuanto a cantidad de theming e introducción en historia). Además, a modo freak, Nemesis se deja fotografiar hasta la saciedad. De Black Mamba tienes suerte si sacas algo diferente a las chorrocientas fotos del lift, drop o first loop...

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  2. Te has encontrado con dos gratas sorpresas que no son precisamente un pequeño detalle: Hex y Nemesis Sub-Terra. No quieres spoilear a nadie narrando en qué consiste ni compartiendo fotografías que es, precismanete, la esencia del blog. No lo entiendo. Me he quedado con mucha curiosidad.

    Increíble el abuso del fastrack.Es una injusticia el solo hecho de que exista este servicio.La gente que no quiere o no se puede permitir pagarlo espera en la cola todavía más tiempo porque tiene por delante a otros que, no sufriendo la cola, tiene preferencia. Parece mentira que se avance tanto en todo pero que casi todos los parques tengan operativas insuficientes.

    "...así como ese extraño aroma a anuncio de colonia surrealista que uno empieza a percibir desde su música, las colas o la estación...". No dejes de escribir nunca ;)

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    1. Sobre las sorpresas de Hex y Nemesis Sub-Terra, sabéis que siempre trato de explicaros los detalles de la forma más amplia y precisa posible, pero cuando considero que esos detalles te pueden arruinar el resto de la ride, prefiero guardar el secreto. Además, la mejor manera de descubrirlos es viajar al parque y verlos por uno mismo, ¿no crees? ;)

      Sobre el uso del fastrack, totalmente de acuerdo. Hay parques que en esa opción ver la forma fácil de ganar dinero y poder ofrecer rides con cierta frecuencia a sus clientes, hay parques que prefieren explorar otras fórmulas. ¡Hay de todo!

      Gracias por tu comentario, intentaré no dejar de escribir nunca :)

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  3. Una review de the smiler porfa ,es mi coaster favorita :)

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