Como recordaréis de la anterior entrada, dichas joyas ocultas son credits o rides que pese a estar presentes en un parque y rebosar calidad o diversión, en muchas ocasiones quedan empobrecidas u ocultas del público general y los entusiastas por el hecho de existir mayores coasters o rides en ese mismo parque o, como muchas veces pasa, porque no se les ha prestado la atención debida. Se genera entonces la anécdota de que cuando uno pone pie en ese parque queda totalmente enamorado por la grandeza oculta de dichas rides/coasters y pasan a tener un valor mucho mayor.
Hecho pues este recordatorio hoy, en Bloggercoaster, me dedicaré a mostraros otro buen puñado de hidden gems o joyas ocultas con las que me he ido topando hasta el momento en multitud de mis viajes. Como siempre, recordad que la opinión vertida aquí es totalmente subjetiva, así que puede que lo que para mi sea una experiencia digna de mención, para algun@ de vosotr@s pueda significar una decepción.
Göterblitz
(Familipark Neusiedlersee)
En general he de admitir que el modelo youngstar de Mack Rides es uno de los más acertados y divertidos que he visto construirse jamás (y si hacemos especial hincapié en que se trata de una familiar, ¡olvidad récords!). Pero si de las 3 que tengo probadas hasta el día de hoy tuviera que elegir a una por su particularidad y calidad, esa sería Göterblitz, el caballo alado que podemos encontrar en Familipark Neusiedlersee, a escasos kilómetros de Viena.
Tiene los mismos elementos que sus hermanas casi gemelas, tiene las mismas medidas y posiblemente los mismos registros, pero es en los pequeños detalles donde este discreto credit se engrandece hasta llegar a ser realmente adictivo:
¿Por qué es imprescindible?
Por su baile constante con el entorno y el terreno, por los cambios de velocidad y peralte totalmente nivelados, por la sorprendente suavidad que presenta el tren con respecto al track incluso en puntos críticos como la base del drop o las hélices extremas y por ese airtime de regalo que nos llevamos al salir del pre-drop (y que por suerte podemos disfrutar en todos los proyectos de youngstar hechos hasta el día de hoy). Lo único malo de Göterblitz es que cuando llega a la recta de brakes finales tu cuerpo pide un ciclo más. Y esa reacción no conoce fin.
Inertia Roller Coaster
(Gongqing Forest Park)
Me imagino que deberéis estar ya hartos y hartas de que os hable de este credit, pero he de confesar que lo mio con Inertia Roller Coaster alcanza las cotas de la pura obsesión. Estamos acostumbrados a saborear grandes platos en forma de hyper coasters o multi-loopers que nos hacen vivir emociones extremas, velocidad a raudales o grandes sensaciones, pero en ocasiones perdemos la perspectiva y nos olvidamos de lo tremendamente divertidas que pueden ser las coasters que apenas miden 20x20 metros. Inertia Roller Coaster reina en ese mundo:
¿Por qué es imprescindible?
Puede que por absolutamente nada o puede que por todo el conjunto, dependiendo de si no te importa llevarte algún que otro golpe durante el recorrido (golpe sin maldad, nada de heridas o moratones). El simple hecho de carecer absolutamente de protección durante todo el ciclo y que las curvas no hayan conocido jamás el concepto "peralte" hace que metro a metro el layout de este demonio amarillo y azul vaya ganando puntos a raudales.
Vilda Muse
(Gröna Lund)
Este es el clásico caso en el que una coaster queda tristemente a la sombra de otras que, como es lógico, atraen mucho más al público. Vilda Muse (wild mouse en sueco) es puro amor. El trazado de sus curvas, los drops, las transiciones y sobretodo esa intrincada maraña de soportes y track entremezclado con el de otros credits cercanos hará que vuestro concepto de una wild mouse normal y corriente cambie por completo y os haga amar este modelo hasta niveles insospechados. Sin duda alguna Vilda Muse es uno de esos trofeos que Gerstlauer luce orgulloso en su particular estantería de premios:
¿Por qué es imprescindible?
Por lo extremo de sus peraltes (sólo hace falta ver esta fotografía de arriba, si os la pongo en vertical podría llegar a pasar como un loop), por la cercanía del track a absolutamente todos los viales (¡y sin redes de protección!) y porque en su lift y partes más elevadas os ofrecerá unas vistas de Stockholm realmente privilegiadas. Pese a todo un único apunte negativo: su attendance es una auténtica pesadilla, así que asegurad vuestra visita en horas de baja afluencia de público (la mayoría de las colas son visibles desde los viales colindantes a la estación).
Nessie
(Hansa Park)
Si algo me ha enseñado la industria del ocio en parques y más concretamente de las coasters es que si algo es Schwarzkopf es 100% calidad. Sin fisuras, sin fallos. Pese a que la perfección es un concepto muy impreciso, posiblemente esta constructora alemana tenga en su posesión lo más cercano a ella y Nessie, en el norteño parque de Hansa Park, es buena muestra de ello.
Típico credit de los años 80 que todavía hoy en día es capaz de plantarle cara a credits de Vekoma o Gerstlauer que vinieron mucho después y que ocupan otros tronos, pero no el mayor. Ejemplar de arriba a abajo, un credit que os aseguro que será difícil de borrar de vuestros recuerdos:
¿Por qué es imprescindible?
Quizás Nessie entre también en el grupo de credits preciosistas y fotogénicos hasta niveles extenuantes (sobretodo para vuestras cámaras fotográficas), su loop intercalado con el drop peraltado de Rasender Roland (una correcta mine train de Vekoma), su lift repleto de banderas, su extraño theming que combina un simpático faro con un enorme monstruo que devora (en cierto punto secreto del layout) el tren y un detalle inolvidable: un contador de kilómetros en el loop que indica en la estación a qué velocidad pasa el tren por el punto más bajo del mismo. Carne de foto de la semana, no tardaré en hablar de ello.
Extreme Rusher
(Happy Valley Beijing)
Sabíamos de lo extremo de esta coaster, habíamos estado informándonos durante su construcción y el periodo posterior a su inauguración, buscando un point-of-view como locos (recuerdo que fue un material gráfico terriblemente difícil de encontrar en su día) y sobretodo se veía muy a lo lejos que Extreme Rusher, esta estrambótica obra de arte de una renovada S&S Worldwide, podía ser uno de esos credits que o los amas o los odias hasta la saciedad. Y resultó que cantaron para bingo:
¿Por qué es imprescindible?
Porque realmente es un credit único en prácticamente todo: layout, sistema de movimiento, trenes, elementos como el peralte invertido, puntos de choque MUY cercanos, altura, etc. En su día se dijo que Extreme Rusher pretendía desbancar la imponente figura de Crystal Wing (siempre omnipresente en todo el parque de Happy Valley) pero lo cierto es que yo diría que es totalmente complementaria a esta, son el ying y el yang, la sobriedad y elegancia frente al gamberrismo y la estridencia.
Anaconda
(Isla Mágica)
Puede parecer sorprendente que de todos los parques españoles que tengo en lista y que he podido probar, me vaya a quedar con Isla Mágica y no con un credit, sino con una ride como es el flume de Anaconda. Pero amigos y amigas... ¡qué flume! Sin pretensiones de theming extremo como podría ser un Chiapas (Phantasialand) y sin un drop excesivamente altísimo o veloz, pero algo encierra este flume para que cuando uno salga de él se de cuenta de que cuenta con características que lo convierten en imperdible si os encontráis de visita en el parque temático de Sevilla:
¿Por qué es imprescindible?
Porque además de ofrecernos un layout completo y rico en distintas medidas, equilibrado en velocidad y nunca aburrido, también demuestra ser una obra orgánica que ha ido creciendo con la edad del parque en el sentido de que vegetación y entorno se han adaptado por completo al track, ofreciéndonos muchos espacios cubiertos de sombra o directamente sumergidos en verde bosque. Anaconda tiene un viento a favor llamado adaptación al entorno que es, principalmente, lo que probablemente más os guste una vez salgáis (empapados) por la salida del flume.
Raptor Attack
(Lightwater Valley)
Doble combo, es como se me ocurriría llamar al fenómeno que posiblemente muy pocas coasters hayan tenido entre manos a lo largo de sus vidas. El doble combo consistiría en que tras una construcción y elaboración excelente en su inauguración y con ciertos años de vida, el credit se reinventa por completo y consigue volver a enganchar y a ofrecer una perspectiva totalmente distinta a la que tuvimos con el concepto inicial.
Rat Ride (como se llamó este finísimo credit de Schwarzkopf durante más de 30 años) embaucaba por completo con su inquietante oscuridad y ha sido a partir de 2009 con el cambio a Raptor Attack donde ha habido que rendirse por completo ante la genialidad de este inesperado giro argumental:
¿Por qué es imprescindible?
Por el hecho de que una simple wild mouse ochentera se convierta en un lugar de culto y peregrinaje para cualquier entusiasta de coasters, porque parece increíble que tras una simple entrada se esconda todo un credit que ni vemos ni prácticamente oímos hasta que llegamos a la misma estación de carga y porque tanto su recorrido de colas como el de salida de la coaster es simplemente magistral. Preparad el rifle, acechan velociraptores...
Linnunrata
(Linnanmäki)
Fijaos en lo que ya os comenté en su día a través de las bitácoras, tan embelesado y maravillado estaba con aparentes creditazos como la 4D Kirnu o la spinning Salama que me olvidé por completo de ver que, en un pabellón cilíndrico con forma de gigantesco tambor, se encontraba el credit "oculto" de este parque finlandés.
Y qué queréis que os diga, sí, la oferta de coasters del parque es impresionante y la verdad es que es digna de elogio (sobretodo sabiendo la lejanía que guarda Helsinki con casi cualquier país europeo), pero una de las mejores experiencias me la llevé riddeando esta indoor de Zierer que, para nada, esperé que fuese ni la mitad de lo que me ofreció:
¿Por qué es imprescindible?
Porque será absolutamente inevitable que al recorrer sus pasillos de camino a la estación no os vengan a la cabeza pasajes de Space Mountain o Eurosat, porque diseñar una coaster indoor que no ofrezca giros bruscos ni cambios repentinos no es moco de pavo, porque el nivel de iluminación y música una vez dentro de la coaster es de lo más resultón y porque parece mentira, pero dentro de ese tambor de ladrillos hay una buena dosis de diversión concentrada anulando casi por completo el sentido de la vista.
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Y hasta aquí ha llegado esta nueva entrega de joyas ocultas, esta vez de nuevo han sido 8 las elegidas, totalmente distintas entre sí pero con el nexo común que es el hecho de que en su día me dejaron cierto regusto que me hizo guardarlas en un rincón especial de los recuerdos.
Como podéis ver en algunos casos no barajamos datos estratosféricos (más bien en casi todos), tampoco hablamos de elementos modélicos y en ocasiones incluso rozamos lo banal, pero lo cierto es que para bien o para mal todos estos credits y rides no os dejarán indiferentes una vez los hayáis riddeado.
Nos queda una tercera entrega (por el momento) en la que os mostraré otras tantas hidden gems de este tipo, pero de momento ¿qué os parece las que estáis viendo en esta entrada?¿Creéis que se les da el valor que necesitan?¿Os apetece después de esta entrada riddear alguna de ellas especialmente?¿Creéis que me la he jugado mucho con la elección de Isla Mágica?
Dejar un comentario es el alpiste del blogger ;)
Que grande Inertia Roller Coaster. Es la prima de acero de Wild Mouse de Blackpool, claramente :D Que bueno, tiene una "barra de protección" que es más quitamiedos que otra cosa. Enorme hoyga.
ResponderEliminarSucede algo parecido entre ellas, sip. De hecho yo sería tan bizarro que crearía la "hermandad" entre coasters, como ocurre con las ciudades entre países. Un cartel a la entrada que rezara: "Wildmouse, hermandada con Inertia Roller Coaster". Peregrinación a ese cartel desde ese mismo momento y lo sabes...
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