En una sorprendentemente bien acogida primera parte me encargué de preparar, a modo de entremés, la recepción de uno de esos platos que pueden sorprender por su sencillez o por lo banal de sus ingredientes, pero que sienta bien en cualquier momento, que se adapta a todos los gustos. Quizás el parque entonces no os pareció nada más allá del otro mundo, pero estoy seguro que hoy ya no negaríais una visita, por simple curiosidad.
Así pues hoy en Bloggercoaster, volvemos a descender al limbo de los parques, al lugar donde descansan decenas de rides que han vivido décadas de diversión y que reposan en un diminuto parque de atracciones que todavía les da el esplendor que se merecen años después de su gloria.
Continúa el desfile
Dejamos atrás la tematizada Bassotto, uno de los dos credits operativos de Fantasiland, y justo a escasos metros de su posición nos encontramos con el gigante del parque, una noria de unos 15 metros de altura que nos ofrecerá bonitas vistas no solo del conjunto total del parque sino también de la zona geográfica en la que nos encontramos, con un calmado y agradable Mar Mediterráneo a un par de centenares de metros de nuestra posición:
Justo al lado y casi pasando desapercibida nos encontramos una original versión de la ya clásica rockin' tug facturada en esta ocasión por SBF Rides y que recibe el nombre de Magic Plane:
Y llegando ya al límite más alejado de las puertas del parque se alza majestuosa la coaster más grande del parque y, posiblemente, el mayor reclamo que tenga en estos momentos. Su nombre es Montagne Russe (la lógica aquí hace de las suyas) y serán necesarios 4 euros para poder completar un ciclo a bordo de esta zyklon/galaxi facturada por Interpark:
La compañía, italiana también (no cabía duda) se ha especializado siempre en la construcción de layouts y modelos clónicos y herederos de licencias y patentes de otras compañías del sector (entre ellas la nombrada Pinfari, que también gestionan ellos), así que tampoco nos encontramos ante un credit totalmente desconocido, aunque vale la pena resaltar algunas pequeñas diferencias con respecto al resto de fabricantes. Por lo pronto la estación, que deja entrever que se trata de un modelo completamente desmontable, ofrecía este aspecto:
Y aquí llega uno de los elementos diferenciadores del modelo: los trenes. Pese a que conservan en parte la proporción, tamaño, capacidad y distribución de los anteriores modelos, los trenes de esta Montagne Russe ofrecen un aspecto mucho más robusto y recargado de theming, a la vez de unos duros y marcados asientos que, para qué engañarnos, no hacen más que entorpecer y facilitar la adquisición de dolor extra durante el recorrido:
La segunda particularidad de esta simpática coaster es que en un punto del layout en concreto (de hecho, justo antes del segundo drop) un brake enfurecido nos frenará de golpe y sin esperarlo, por lo que tendréis la desagradable oportunidad de poder probar en primera mano la dureza del lapbar que os sujeta al asiento, quedáis avisad@s:
Por todo lo demás, no encontré demasiada diferencia con respecto a otras galaxi/zyklon que haya podido probar a lo largo de mi trayectoria. Quizás algo más de dureza en las transiciones, menos estabilidad en las soldaduras y algo más de vibración en las hélices, hecho que podría ser provocado por el hecho de que la naturaleza original del credit fue para ser movido y transportado y ha permanecido en el mismo lugar en el que lo encontramos hoy en día unos 10 años.
Cementerio de viejas glorias
Y ya sabéis l@s más veteran@s del lugar que cuando hablo de viejas glorias no estoy precisamente faltando al respeto. Al contrario, hablo de auténtico caviar.
Y caviar fue lo que me encontré nada más salir de la juguetona Montagne Russe, localizando una de esas dark rides que podríamos meter de lleno en la famosa liga de dark rides siniestras típicas de parque de atracciones. Su nombre es Incubi y este era el desafiante aspecto que mostraba su fachada exterior:
Que no os engañe la precariedad de sus estructuras, Incubi me pareció una opción más divertida que muchas otras flats existentes en el parque. Además el recorrido no me pareció demasiado agresivo y la comodidad siempre estuvo presente en una dark ride que disfruté de principio a fin, con buenos y numerosos sustos y una colección de efectos discreta pero funcional:
Antes de empezar a soltar posibles carcajadas, mantened esta cuestión en mente: ¿Cuántos parques de atracciones o incluso temáticos carecen hoy en día de una sola dark ride? Os sorprendería la respuesta...
Salidos ya de Incubi, es momento de observar algunas de las demás rides que pueblan esta parte del parque, cercana ya a la salida del mismo. Y de nuevo me encontré con un temido enemigo, el clásico de "ride que jamás podré probar vaya donde vaya". Desconozco cuál es su nombre, pero ya van tres ocasiones en las que la encuentro ante mi y no puedo probarla por el cartelito de "no funciona", se trata de esta suerte de spin-ride en la que, girando a bordo de una góndola ortopédica unida a un brazo cuyo eje se erige en el centro, daremos vueltas a través de un recorrido con alturas variables debido a un raíl colocado de manera irregular intencionadamente:
Me quedo con las ganas de saber qué se experimenta en una de estas...
Vale la pena también mencionar una ride infantil clásica que en nuestras tierras, si no me equivoco, recibe el nombre de Scalextric y que pese a que es común verla en ferias y parques de atracciones menores, no se hace tan normal verla sin estar cubierta por lonas o estructuras a modo de techo:
Unos metros más allá nos topamos con otro de esos clásicos que pueblan decenas de parques en todo el mundo y que he podido encontrarme desde en SeaWorld Orlando hasta en el Tibidabo de Barcelona, ride de paseo con caballos por un recorrido a modo de monoraíl:
Y finalmente un debate que se zanjará en apenas unos segundos. ¿Creéis que la siguiente ride debería considerarse un credit por ofrecer un recorrido a bordo de unos trenes similares a los de una kiddie coaster?
La respuesta es NO, obviamente (ya que el recorrido entre otras cosas no salva en ningún momento ninguna irregularidad del terreno o alturas artificiales y tampoco ofrece una velocidad variable), pero con ello ya os he hablado suficiente de una kiddie ride tan básica como un gusanito que recorre un circuito elíptico plagado de manzanos artificiales y con una """cueva""" teñida de azul.
Mascotas de fibra de vidrio
No quiero finalizar el análisis de este parque sin hacer mención a las numerosas mascotas y zonas de fotografía de recuerdo que encontré por el parque. En realidad eran muchas más de las que aquí os traigo, pero tampoco he querido abusar de vuestra apreciada paciencia lectora, así que os puedo mostrar por ejemplo este simpático león que nos acoge cual trono real entre sus fauces sonrientes:
Y bueno, conocéis además de sobras mi pasión por sacarme fotografías con este tipo de personajes, por lo que encontré un sorprendido y boquiabierto cerdito-papelera además de un personaje que jamás esperé encontrarme en ningún parque de atracciones en toda mi vida: Topo Gigio, un personaje mitiquísimo de mi infancia y de la de muchos de mi generación que nos alegró a todos con sus escenas y cánticos y que en este parque, por desgracia, cumplía la función de aguantar al niño que quisiera sentarse sobre sus espaldas por un mísero euro... ¡pobre Topo Gigio!:
Mención aparte para el cerdito mecánico en miniatura que localicé ya a escasos metros de la salida del recinto. Lo digo en serio, es un cerdito mecánico para niños (fijaos sino en la casi inexistente protección en caso de que el niño caiga de sus marrones riendas), algo similar al torito que encontré años atrás en el sevillano Isla Mágica, pero en versión porcina y ligeramente más deteriorada:
Por último localizamos una pequeña zona repleta de árboles y zonas de descanso y restauración donde encontramos las rides más kiddies del parque, como este inquietante carrousel cubierto y rodeado de paneles de cristal que me recordó a los que pude encontrar hace unos años en las instalaciones de Jardin d'Aclimatation en París:
Y finalmente la que sorprendentemente era la ride estrella del lugar, más allá de las coasters o las spin-rides, en la parte delantera del parque, entre un arco de entrada y el otro, se encontraba Quad, que como su nombre indica se trata de una pista ovalada y protegida por la que discurren media docena de quads a gasolina y donde, por unos momentos, podemos enfundarnos la indumentaria de auténticos pilotos aventureros:
La verdad es que aunque estuve en el parque tan solo un par de horas (el tiempo justo como para verlo todo de sobras, para ser sinceros) en todo momento pude ver gente desfilando a bordo de estas poderosas motos por esta pista. Quizás el éxito también radicaba en el hecho de que la "pista" se encuentra justo en la entrada del parque, custodiada por soldaditos de plomo que recuerdan ligeramente a los que también tiene Disney en algunos de sus parques:
Y de esta manera finalizaba mi visita al inquietante a la par de curioso parque de atracciones de Fantasiland, no sin antes hacer mención al credit en SBNO que os nombré en la anterior entrega del análisis. Recordad que se tipifica una coaster como SBNO en el caso de que esté Standing but not Operating (montada pero no operativa) y suele ser una categoría en la que encontramos numerosos credits en todo el mundo.
En este caso el credit lo podíamos encontrar perfectamente montado en la parte de atrás de una carpa indoor localizada junto a Bassotto y se trata de una butterfly de la compañía alemana Sunkid Heege GmbH, productora a la vez de algunas de las que sí he podido probar en estos últimos años y, por extraño que parezca, una "coaster" muy divertida y curiosa que vale la pena buscar para tener en vuestros currículums:
Y hasta aquí llega mi particular visita a la costa oeste de Italia con el fugaz recorrido por uno de los parques de atracciones más discretos y diminutos que he podido encontrar en el viejo continente (rivalizando directamente con las desconocidas ferias de costa francesas o los parques menores españoles).
Puede que parezca una tontería que habiendo recorrido algunos de los parques de atracciones y temáticos más grandes del mundo me ponga a estas alturas a hablar de un parque como Fantasiland, pero lo cierto es que si nos ponemos a buscar, pueblan actualmente el mundo centenares de diminutos parques (o micro-parques, como les llamo yo) como este.
No son quizás grandes potencias económicas pero sí representan un buen puñado de puestos de trabajo y la demostración de que la pasión por mantener y poner en marcha un parque de atracciones surge en cualquier lugar, sin apenas esperárnoslo.
Si en alguna ocasión tenéis oportunidad de visitar Zoomarine (bien sea por sus atractivas instalaciones con animales marinos, bien sea por su imponente Vertigo de la venerable Schwarzkopf) y os sobran una o dos horas de tiempo por la tarde, os recomiendo echar un vistazo a Fantasiland, dar un pequeño paseo y visitar sus intalaciones.
No son pretenciosas, no os sorprenderán quizás, pero encontraréis en ella la esencia de esos centenares de parques que esperan día a día que los descubramos y visitemos, como yo os he animado estos días a hacer con Fantasiland.
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