La experiencia con Togo en Kings Dominion
Cuando uno lleva visitados ya cerca del centenar de parques, entre pequeños y grandes, nacionales e internacionales, está claro que los objetivos y límites están cada vez más difíciles y lejanos o, por lo menos, no tan tangibles como cuando empecé en esto años atrás (a saber: querer hacer el récord de altura, de velocidad, de longitud, de antigüedad, etc.). Conforme uno acumula decenas e incluso centenares de credits, la búsqueda por la colección se endurece y es entonces cuando entran en juego las compañías: tener una B&M es fácil, igual que tener una Intamin o una Vekoma, son fabricantes fáciles de encontrar a la vuelta de la esquina e incluso en abundancia.
Pero entonces llega el momento en el que te propones conseguir el más difícil todavía y esto es, en el caso de vivir en Europa, conseguir una coaster Togo:
Togo, nombre por el que popularmente se conoce a la compañía Toyo Goraku Ki Kabushiki Kaisha (o Toyo Japan Inc,) es quizás una de las constructoras más difíciles de encontrar hoy en día debido principalmente a que la empresa dejó de producir en 2001 tras caer en bancarrota y en la actualidad la mayoría de los credits originales hay que buscarlos en Japón o bien en Asia a través de segundas o incluso terceras recolocaciones.
Pero sin casi uno proponérselo, durante el RollerCoaster Team TOUR de este 2015, encontré la que hasta hace pocos días era la única Togo que permanecía en pie en EEUU, bajo el precario nombre de Astro Comet Stand up Roller Coaster nombre de Shockwave, en Kings Dominion a la cual pertenece la foto de esta semana que, a la vez, sirve de homenaje personal:
¿Porqué homenaje? Como he indicado, desde el pasado 9 de agosto la coaster de Togo dejó de ofrecer ciclos a los visitantes del parque norteamericano y, confirmado unas semanas antes, en la temporada 2016 el parque ya no contará con esta exótica y característica stand-up coaster nipona.
¿Tristeza? Bueno, si nos ceñimos a la tradición, normalmente cuando un credit desaparece del mapa (independientemente de su relevancia, antigüedad o tamaño) las opiniones oscilan entre el rasgarse las vestiduras y el puro llanto desconsolado. En el caso de Shockwave podríamos decir que nadie va a llorar a este pedazo de acero de colores verdes chillones. Ni siquiera un poquito:
Es mala. Bien, ERA mala, muy mala. Extremadamente mala. Y sabéis que no suelo acuñar ese adjetivo tan poco constructivo con tanta facilidad. Pero es que en este caso esta coaster era MUY mala. E incómoda. Y mala (por si no ha quedado claro).
Con un layout simplón, el ciclo comprendía una salida de estación a lift (lift a la japonesa, esto es 1 km/h y minuto y medio para elevarse hasta 29 metros) curva con cambio de dirección, drop, loop, camelback, curva peraltada a hélice cerrada, camelback, curva peraltada muy cerrada, pequeño camelback y llegada a final brakes. Os dejo, por si queréis echar un vistazo, con el fabuloso on-ride que nos ofreció ThemePark Review a pocos días del cierre de este credit y con una calidad de grabación absolutamente asombrosa:
Pero si por algo será recordada esta coaster en los rincones más remotos de mi memoria coasteril, es por la incomodidad de sus asientos, diseñados para acoger quién sabe qué tipo de seres humanos deformes y cuya ergonomía era imposible. Cierres rectos, poco acolchados, arneses en mariposa, altura "ajustable" mediante muelles (¿?), cinturones quitamiedo, lapbar y sillín para apoyar las futuras doloridas partes nobles. Toda protección era poca a la hora de recorrer cada metro del layout de esta tortura hecha tren deslizándose por raíles.
Tres momentos me vienen a la mente durante el recorrido (y con ello trataré de cerrar este homenaje venido a menos): la recepción del drop con la parte más baja (ese momento en el que estar de puntillas o tratar de evitar las fuerzas G positivas se hace imposible), la entrada en la hélice peraltada del extremo izquierdo y la entrada en la curva peraltada del extremo derecho (especialmente este último punto merece la máxima posición en el ranking de los elementos de coaster hechos torturas inquisitorias).
¿Que os da pena no haber podido probar Shockwave en sus 29 años de vida? Ningún problema: hace apenas unos meses el parque italiano de Cavallino Matto (Toscana) estrenó con bombo y platillo una coaster bautizada como Freestyle, que resulta ser una Togo recolocada de Canada's Wonderland.
Curiosamente las tornas han cambiado, EEUU se ha desecho de la que era su última Togo y es ahora Europa la que acoge con los brazos abiertos a la que es su primera Togo.
Y es que aquí en el viejo continente, resulta que cuando se trata de añadir credits en número, nos podemos poner a añadir auténticas máquinas de tortura...
Pero entonces llega el momento en el que te propones conseguir el más difícil todavía y esto es, en el caso de vivir en Europa, conseguir una coaster Togo:
Togo, nombre por el que popularmente se conoce a la compañía Toyo Goraku Ki Kabushiki Kaisha (o Toyo Japan Inc,) es quizás una de las constructoras más difíciles de encontrar hoy en día debido principalmente a que la empresa dejó de producir en 2001 tras caer en bancarrota y en la actualidad la mayoría de los credits originales hay que buscarlos en Japón o bien en Asia a través de segundas o incluso terceras recolocaciones.
Pero sin casi uno proponérselo, durante el RollerCoaster Team TOUR de este 2015, encontré la que hasta hace pocos días era la única Togo que permanecía en pie en EEUU, bajo el precario nombre de Astro Comet Stand up Roller Coaster nombre de Shockwave, en Kings Dominion a la cual pertenece la foto de esta semana que, a la vez, sirve de homenaje personal:
¿Porqué homenaje? Como he indicado, desde el pasado 9 de agosto la coaster de Togo dejó de ofrecer ciclos a los visitantes del parque norteamericano y, confirmado unas semanas antes, en la temporada 2016 el parque ya no contará con esta exótica y característica stand-up coaster nipona.
¿Tristeza? Bueno, si nos ceñimos a la tradición, normalmente cuando un credit desaparece del mapa (independientemente de su relevancia, antigüedad o tamaño) las opiniones oscilan entre el rasgarse las vestiduras y el puro llanto desconsolado. En el caso de Shockwave podríamos decir que nadie va a llorar a este pedazo de acero de colores verdes chillones. Ni siquiera un poquito:
Es mala. Bien, ERA mala, muy mala. Extremadamente mala. Y sabéis que no suelo acuñar ese adjetivo tan poco constructivo con tanta facilidad. Pero es que en este caso esta coaster era MUY mala. E incómoda. Y mala (por si no ha quedado claro).
Con un layout simplón, el ciclo comprendía una salida de estación a lift (lift a la japonesa, esto es 1 km/h y minuto y medio para elevarse hasta 29 metros) curva con cambio de dirección, drop, loop, camelback, curva peraltada a hélice cerrada, camelback, curva peraltada muy cerrada, pequeño camelback y llegada a final brakes. Os dejo, por si queréis echar un vistazo, con el fabuloso on-ride que nos ofreció ThemePark Review a pocos días del cierre de este credit y con una calidad de grabación absolutamente asombrosa:
Pero si por algo será recordada esta coaster en los rincones más remotos de mi memoria coasteril, es por la incomodidad de sus asientos, diseñados para acoger quién sabe qué tipo de seres humanos deformes y cuya ergonomía era imposible. Cierres rectos, poco acolchados, arneses en mariposa, altura "ajustable" mediante muelles (¿?), cinturones quitamiedo, lapbar y sillín para apoyar las futuras doloridas partes nobles. Toda protección era poca a la hora de recorrer cada metro del layout de esta tortura hecha tren deslizándose por raíles.
Tres momentos me vienen a la mente durante el recorrido (y con ello trataré de cerrar este homenaje venido a menos): la recepción del drop con la parte más baja (ese momento en el que estar de puntillas o tratar de evitar las fuerzas G positivas se hace imposible), la entrada en la hélice peraltada del extremo izquierdo y la entrada en la curva peraltada del extremo derecho (especialmente este último punto merece la máxima posición en el ranking de los elementos de coaster hechos torturas inquisitorias).
¿Que os da pena no haber podido probar Shockwave en sus 29 años de vida? Ningún problema: hace apenas unos meses el parque italiano de Cavallino Matto (Toscana) estrenó con bombo y platillo una coaster bautizada como Freestyle, que resulta ser una Togo recolocada de Canada's Wonderland.
Curiosamente las tornas han cambiado, EEUU se ha desecho de la que era su última Togo y es ahora Europa la que acoge con los brazos abiertos a la que es su primera Togo.
Y es que aquí en el viejo continente, resulta que cuando se trata de añadir credits en número, nos podemos poner a añadir auténticas máquinas de tortura...
R.I.P. Shockwave 1986 - 2015
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Que Europa adquiera su primera Togo justo cuando EE.UU. se deshace de la última que le quedaba me parece algo más que un dato curioso. Es como si Europa cogiera el testigo, como si en EE.UU. nos llevasen años de ventaja, como si fuesemos un contienente tercermundista recogiendo lo que el primer mundo ya no quiere.
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