Regresamos a la aventura, regresamos a las calles empedradas, los edificios rurales, los campos a punto de cosechar y los verdes bosques, tras la primera entrada de análisis donde nos impregnamos por completo de la esencia de Erlebnispark Tripsdrill, vuelvo a la carga.
En esa primera parte os ofrecí una pequeña pincelada de historia acerca del parque, de sus casi 100 años de historia, la familia que lo lleva gestionando desde entonces y algunos de sus edificios más emblemáticos, como el pintoresco Altweibermühle, el enorme molino de viento que ve como cada temporada discurren por su interior miles de familias.
Por lo tanto y sin más dilación hoy, en Bloggercoaster, nos adentramos de nuevo en las entrañas de uno de los parques más exclusivos y pintorescos de Alemania y, porqué no, del mundo entero. ¡Hoy volvemos a Tripsdrill!
Si venís directamente de la última entrada que escribí de Trispdrill, sabréis que nos habíamos quedado en el Trillarium, un original y bastante oculto museo (de entrada gratuita) que hay en el interior del parque, justo debajo de uno de sus restaurantes. Lo único que os puedo decir a partir de aquí es que os agarréis, porque vienen curvas de las buenas. A partir de este punto Tripsdrill es cuando despliega su arsenal de rides, algunas conocidas, otras no tanto. Vamos allá.
Entramos en una zona bastante llana, pero repleta de viales en forma de senderos de piedra, ramales que se pierden en pequeños jardines, que rodean bosques, que envuelven fuentes y que, de vez en cuando revelan alguna ride, como es el caso de Weinkübelfahrt, de la que os hablé muchísimo tiempo atrás en una de las Fotos de la Semana del blog, hablando de ella como "la ride de los barriles":
Como ya os dije por entonces, se trata de una sencilla ride que, a su vez, es terriblemente divertida. Mediante unas vías sinuosas, los viajeros van a bordo de unas cubetas típicas de recoger la vendimia. En ciertos puntos del recorrido la cubeta se desplaza en linea recta, pero es en esos momentos cuando empieza a girar rápidamente sobre sí misma, sorprendiendo a todo aquél o aquella que no se lo espere:
Lo genial de toda esta zona es que vendría a ser un monográfico sobre la vida alrededor de la viña y las granjas que se dedicaban (y dedican hoy en día) a la recogida de la uva y la realización de ese manjar líquido llamado vino. Es por ello que rodean los caminos y las rides pequeñas instalaciones a medio camino entre dioramas y museos al aire libre con animatronics que puedes activar mediante el pulsado de botón, como estos:
Y es por ello que no es difícil encontrarnos en mitad de plazas o rincones perdidos por el lugar objetos o incluso vehículos relacionados con la recolección, transformación y venta del brebaje de la viña:
Sin embargo pese a que la mayoría de las instalaciones hacen referencia a la vendimia o prensado de las uvas, también empezaremos a encontrarnos con instalaciones algo mayores en cuanto a tamaño y funcionamiento y, sobretodo, extrañas para todo aquél que no esté familiarizado con la cultura y las tradiciones rurales de Alemania (que doy por hecho que somos todos y cada uno de nosotros). Es así como nos encontraremos de lleno con una curiosa edificación rodeada de campos y bosques llamada Heiratsmarkt:
La particularidad de Heiratsmarkt destaca en lo que allí sucede con simplemente apretar un botón al llegar a la parte delantera de su alargada fachada. Pulsamos el botón y de repente aparece por uno de los extremos una comparsa de personajes que recorren la fachada de un lado al otro mostrándonos lo que parece ser una boda y su comitiva (con la banda amenizando la celebración, los niños portando los anillos, la pareja de recién casados, la familia de la misma e incluso el cura y los monaguillos). Espectacular:
Un poco más adelante llega uno de los edificios más WTF de todo el parque y atención porque pese a que una de sus partes es fácil de ver y de reconocer (el parque se ocupa de promocionarla mucho en sus vídeos y su web) es fácil que la otra os la perdáis ya que está más oculta.
Os hablo de Fensterln, una casa tradicional del campo alemán con la única singularidad de que frente a la fachada encontraremos dos escaleras inclinadas apuntando a sus ventanas:
Deberemos subirnos a las escaleras y, una vez arriba, esperar a que la ventana se abra y aparezca un personaje para hablarnos cara a cara. Mucho ojo porque nunca es el mismo personaje, son animatronics que van rotando, por lo que nunca aparecerá el mismo, así que se hace divertido subirse a ver si te toca la anciana cascarrabias o su atractiva y rubia nieta:
Pero por si esto ya de por sí no fuera lo suficientemente extraño, es momento de dar un poco la vuelta al edificio y encontrar, en su extremo izquierdo (según si la tenemos delante nuestro) una pequeña puertecita, poco señalizada. Si tenéis miedo a la oscuridad o a los sitios cerrados es posible que esto no os guste, pero si no, adelante. Accederemos por un pasillo sinuoso que nos descubrirá cada 3 o 4 metros una pequeña escena (tras un cristal siempre). Apretaremos un botoncito y de repente se iluminará la escena, dejando entrever animatronics a cada cual más extravagante.
Pero sobretodo destacaré dos, quizás por ser los más rocambolescos de todos. Fijaos sino en este animatronic de Marujita Díaz sosteniendo sendos bebés de distinta etnia en cada brazo y gesticulando exageradamente, a la vez que nos dice algo (en alemán, claro). Altamente inquietante, amigos y amigas:
El otro animatronic que probablemente nos hará pensar en la existencia de este inquietante pasillo sinuoso y oscuro es esta señorita que, ligera de ropa y con actitud erótico-festiva nos hablará, con un adorable borreguito a su lado (¿?):
En realidad el interior de esta Fensterln es todo un festín de rarezas, dignas de un parque como este. Os recomiendo muchísimo perder el piedo a explorar los rincones de Tripsdrill, en serio, encontrar cosas como esta son totalmente impagables (y se escapan a tod@s aquell@s que ansían riddear la coaster más rápida o coleccionar solo las rides importantes). Detalles.
Viendo de nuevo la luz del día tras este recorrido por la oscuridad en muchos sentidos, es momento de explorar el parque desde las alturas y en esta parte (cercana al centro del mismo recinto) es propicia para ello. La primera ride de la que dispondremos para ello es Schmetterslingsflug, una especie de monoraíl elevado por el que nos desplazaremos con originales vehículos que se desplazarán con nuestro pedaleo. Si os interesa saber lo que se siente en las bici-coasters japonesas, esta es la experiencia más cercana posible aquí, en Europa:
A pocos metros de la estación de carga del monoraíl con vehículos a pedales, nos encontramos con un clásico de centro-Europa, una ride que aquí toma el nombre de Enten-Wasserfahrt y que se trata ni más ni menos que de una spin-ride con simpáticos patitos que giran alrededor de un eje en un pequeño estanque circular lleno de agua:
Rodeada también por el monoraíl más arriba mencionado, nos encontramos con otra de esas rides que en este tipo de parque encajan a la perfección. Me refiero a Moggelesbahn y sus simpáticos cochecitos mecánicos en forma de conejos de Pascua que viajan por un recorrido que se pierde en la espesa vegetación y los jardines del lugar:
Pero no es el monoraíl de tracción a pedales de Schmetterslingsflug el único que nos servirá para recorrer las alturas. Si no nos interesa sudar la gota gorda pedaleando (porque es así, amigos y amigas), podemos acceder a la estación de carga de Wiegen-Hochbahn y viararemos a 5 metros del suelo a bordo de cunas personalizadas con un nombre distinto cada una de ellas. Sí, habéis leído bien, cunas de bebé:
A pocos metros de la estación de carga de las cunas voladoras (llamémosle así, por ejemplo), nos encontraremos con otra ride pintoresca (y van...). Se trata de Hochzeitsreise, que vendría a ser la típica ride de paseo a través de un circuito que nos llevará por bonitos jardines y espesas sendas repletas de plantas, solo que a bordo de un carro tirado por caballos. Esta ride es ideal para grupos numerosos y familias, ya que permite que nos sentemos en los caballos o en el carro tirado por los mismos, como hicimos años atrás el RollerCoaster Team en nuestra expedición a través de Alemania:
Pero no todo son "grandes" rides (me refiero al espacio que ocupan), también podemos encontrar en mitad de todas estas calles y jardines, atracciones que con un sencillo funcionamiento y uso se convierten en divertidas anécdotas.
Como es el caso de las bicicletas locas (que quien haya visitado Tripsdrill recordará bien). Se trata de bicicletas con particularidades que las hacen totalmente inviables para conducir (fijaros por ejemplo en esta, con el eje de la rueda trasera y delantera desplazado y el manillar torcido). Lo original aquí es aprender a educar nuestro cerebro, para poder completar un sencillo circuito ovalado manejando semejantes cachivaches:
También encontraremos en mitad de toda esta mezcla de anécdotas, lugar para las escenas animadas que son activadas por nosotros mismos. En este caso se trata de una escena repleta de animalitos que activaremos no pulsando un botón, no, sino dando vueltas a un organillo de manivela que encontraremos en uno de los extremos de la escena:
También hay aquí lugar para los juegos de pago (porque al fin y al cabo Tripsdrill es un parque que también debe tener unos beneficios, solo que si os fijáis, hasta este punto nos habíamos olvidado por completo de ello). Por ello nos encontraremos con un original juego basado en una charca con una docena de ranas alrededor de ella, esperando a cazar unas avispas que sobrevuelan el lugar. Intoduciendo una moneda de euro en unas máquinas dispuestas al borde del estanque, podremos controlar qué rana dispara e intentar "cazar" las avispas, tocándolas con un potente chorro de agua. Así de sencillo a la par de ingenioso:
De la misma manera que ocurría con la parte dedicada al vino, esparcidas por los bosques de alrededor de esta zona encontraremos pequeñas escenas donde lo importante es que el visitante interactúe con ellas, como es el caso de este Adán y Eva, la primera muestra romántica para mucha gente. Pero andad con cuidado... la serpiente del paraíso está bien cerca, aguardando:
O también nos podemos encontrar algo tan usual como un pozo en el que, si tiras de la cuerda, surgen bebés colgados de una cuerda. Todo muy normal, vaya:
Como llevo comentando desde que empecé este análisis, el parque tiene un cuidado por el entorno, el paisajismo y los jardines muy elevado, digno de nota. Es por ello que nos encontraremos con espacios de descanso como Wassergarten, una especie de jardín acuático donde encontraremos fuentes que interactúan con el visitante y realizan bonitos malabarismos alrededor nuestro:
Y, como no podía ser de otra manera, preciosos jardines repletos de estatuas de bronce que danzan entre las flores y los bosques:
Pese a que la cantidad de cosas por ver y experimentar en Tripsdrill es bastante elevada, no tendremos problema en ningún momento de encontrar bancos y espacios más bien tranquilos para poder descansar las piernas y tomar, por ejemplo, un refresco oyendo el piar de los pajarillos. Es otro de esos factores que convierten este parque en algo totalmente único y digno de visitar.
A partir de este punto (nos encontramos más o menos en el ecuador del parque), se empiezan a difuminar un poco los detalles temáticos en los viales, así como los rincones amenizados por animatronics, para dejar paso a las grandes rides y estructuras mono-temáticas (una tendencia que se viene practicando en Europa en el último par de décadas). Así es por ejemplo como nos encontramos con Kaffeetassen-Fahrt, que en su parte externa nos podría parecer un molinillo de café:
Y que, efectivamente, en el interior esconde una ride más que conocida por todos los entusiastas de parques: unas tea-cups. Hay diversos aspectos que vale la pena destacar de esta ride por encima de sus posibles "competidoras". El primero es el hecho de que la manivela que veis en la fotografía superior se mueve cada vez que la ride se pone en marcha, hecho que amplía el efecto visual y estético de la ride en su entorno.
El segundo es que el interior del edificio, con techo de madera, está rodeado de paredes con geniales frescos mostrando escenas típicas de la recolección, facturación, venta y consumo del café.
Y el tercero es que estas tea-cups se tratan del prototipo que en 1984 montó una por entonces bastante inexperta Mack Rides. Años después venderían decenas por todo el mundo, pero el primer prototipo es este Kaffeetassen-Fahrt:
A escasos metros del molinillo de café, nos encontramos con una de las rides más difíciles de fotografiar de todo el parque, no por su tamaño, sino por el hecho de que está completamente rodeada de una fresca y espesa vegetación. Me refiero a Wäschekorb-Rundflug:
Que en base se trata de una spin-ride con góndolas en forma de canastas oscilantes que se mueven alrededor de un eje dominado por una gran canasta de mimbre:
Frente a estas dos últimas rides encontramos otra de esas atracciones con encanto propio que el parque sabe explotar en su máximo esplendor. Se trata de Suppenschüsselfahrt, o lo que es lo mismo, un paseo a través de un circuito sinuoso repleto de preciosos jardines a bordo de soperas. Sí, así como le leéis, cuencos soperos, cada uno con su propio nombre (con nombres de tipos de sopas) que en determinados puntos del recorrido giran sobre su propio eje (algo similar a la ride de los barriles que vimos nada más empezar esta entrada):
De manera austera y presencial nos encontramos, junto con todo este manojo de rides, con un edificio llamado Mitbringsel, que vendría a ser donde podéis encontrar quizás la mejor variedad y cantidad de souvenirs de todo el parque:
Aquí podréis encontrar desde ropa con el nombre del parque estampado en su parte delantera, gorras, libretas hasta tazas de cada coaster, como estas de la woodie de Mammut:
La nota curiosa la pone este antiquísimo buzón que se conserva en la parte delantera del edificio, junto a la entrada, y que es oficialmente un buzón de correos del servicio postal alemán. En el interior del edificio podemos encontrar sellos, sobres y, cómo no, una gran variedad de postales:
Así que ya lo sabéis, si os encontráis en el parque de visita y queréis regalar a un familiar un original souvenir, ¿qué mejor manera de poderlo hacer que enviando una postal del parque desde el mismo parque a través de su buzón de correos?
Puede ser que llegad@s a este punto os estéis preguntando: "Pero Jivo... ¿dónde demonios están las coasters en este parque?".
Pues bien, aquí llega la primera de ellas. Se trata de la más pequeña de todas, quizás la que menos llamen la atención del público por sus medidas y su sencillez, se trata de Rasender Tausenfüssler;
Consistente en la clásica tivoli coaster de Zierer, en su versión más extensa, con un largo tren y un doble ciclo que la hacen totalmente disfrutable de principio a fin por parte de todos los miembros de la familia:
No está de más decir que el paseo por los increíbles jardines que rodean esta coaster bien merecen una prueba en caso de que os encontréis en el parque, pudiendo rodear fuentes, serpenteando a través de los árboles y descubriendo bonitos detalles florales:
En definitiva una coaster a medio camino entre lo kiddie y lo familiar, que no deja de ser un mero impás entre los paseos calmados de los que hemos disfrutado hasta ahora y lo que está por venir en forma de majors y coasters.
Encaramos esta vez avenidas algo más grandes que conducen a otro sector de rides bastante interesante en cuanto a temática propia. Recordad que ahora abandonamos ya la temática general para centrarnos en una temática propia de cada ride:
Por el camino nos encontraremos, sin embargo, elementos que nos recordarán claramente en qué tipo de parque estamos. Por ejemplo: ¿qué mejor manera de incitar al visitante a participar en un juego de habilidad que colocando unos cañones de aire comprimido que disparen pelotitas en forma de huevo a través del trasero de una gallina en dirección a las bocas abiertas de caballos, vacas, asnos o cerdos? Tripsdrill tiene la ingeniosa respuesta:
También en esta parte encontraremos un concepto que gira por completo la idea de los shows con actores o especialistas. Se trata de Viechstalltheater y de Bauerntheater, dos pequeños teatrillos en los que, tras un telón que se abre cada 10 minutos, (alternándose uno con el otro, por lo tanto cada 5 minutos hay "show") encontraremos escenas representadas por simpáticos animatronics. En Viechstalltheater encontraremos dos vacas parlantes que nos narrarán sus peripecias en la granja, en Bauemtheater asistiremos a un pequeño musical hecho por los habitantes de la granja, incluidos los humanos que en ella viven:
Unos metros más allá nos toparemos con un enorme edificio coronado por un precioso techo de madera que en su interior esconde la ride de Gugelhupf-Gaudi-Tour, una spin-ride clásica en la que seremos "víctimas" de los endemoniados giros que realizarán las góndolas sobre sí mismas. ¿El toque temático? En el centro de la ride hay un horno del que varios animatronics sacan constantemente provecho mientras nosotros (que representa que somos panes girando) lo observaremos atónitos vuelta tras vuelta:
Justo frente a este curioso horno mecánico, nos encontraremos con otro clásico de los parques que, para variar, en esta ocasión también luce algo cambiado a lo normal. Se trata de Wirbelpilz, o lo que es lo mismo, un wave-swinger que en su forma nos recordará rápidamente una seta que parece haber surgido de repente en mitad de todo el bosque:
Justo al lado de la seta marrón, nos encontraremos con Schlappen-Tour, una sencilla spin-ride familiar en la que giraremos sin parar a bordo de unas originales botas campestres, rodeados de una espesa capa de fresca lavanda:
Vista y probada toda esta maratón de rides, es momento de encontrarnos con el elemento que divide claramente el parque y que es objetivo de diversión de pequeños y mayores. Se trata de un enorme lago artificial el cual tenemos la opción de rodear o, si nos sentimos algo más aventureros, podremos recorrer sobre este larguísimo puente colgante hecho a base de cuerdas y suelo de tablillas de madera. Si vais con amigos, la diversión está asegurada:
Una vez rodeado el lago y dado que probablemente en este punto hayáis consumido ya unas cuantas horas de visita al parque, os recomiendo hacer un alto en el camino, tomar asiento en una de las numerosas mesas que rodean el restaurante Burgschenke (frente al característico flume Badewannen-Fahrt Zum Jungbrunnen del que os hablaré más adelante) y saborear unas deliciosas salchichas alemanas cocinadas a la plancha con unas generosas bandejas de patatas fritas y una cervecita. ¡Qué mejor manera de reponer las fuerzas en un parque como este!:
Podréis hacerlo disfrutando también de las vistas que os ofrece el lago, así como de las amplias praderas de césped y flores que encontraréis colindantes a las terrazas de este Burgschenke:
Y sí, no andáis equivocad@s, aquello que asoma por allí atrás es Karacho. Pero poco a poco, todavía nos queda mucho por ver en este interesante parque temático alemán.
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Nos quedamos aquí, a las puertas de la zona que copan las majors, las rides y coasters más conocidas internacionalmente y aquellas que nos ofrecerán mayor cantidad de sensaciones extremas, giros, vueltas, agua, fuerzas G y velocidad.
Pero tan sólo hace falta echar un vistazo a todo lo que hemos podido ver en esta entrada para hacerse una idea de la cantidad de detalles por ver, experiencias por vivir y rincones por encontrar que ofrece Erlebnispark Tripsdrill. Un parque que crece conforme lo recorremos y que se antoja, para el visitante, como uno de esos parques que jamás se cansaría uno de visitar una y otra vez.
Y a vosotr@s, ¿qué os parece hasta ahora el sorprendente Tripsdrill?
AFAPAM: Como siempre un análisis completo y ameno. Muchas gracias por compartirlo
ResponderEliminarGrande entrada. Me has vuelto a trasladar a ahce poco menos de un año. La verdad es que me dejo apasionado este parque. Es una perita en dulce que bien engaña al friki que busca emociones fuertes que luego se encuentra un parque encantador y que vale la pena dedicarle muchas horas para descubrir sus rincones y secretitos.
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