Llega una nueva edición (y ya van tres) de esta nueva sección gastronómica que en este 2016 he decidido inaugurar y a la cual llevo alimentando (valga la redundancia) unas cuantas semanas ya.
Como ya sabréis, me he propuesto rebuscar entre las decenas de miles de fotografías que acumulo de mis visitas por parques en esta última década para encontrar aquellas en las que aparezcan restaurantes y platos de los cuales valga la pena hablar o que, en su momento, significaran para mi un alto en el camino digno de un rico manjar.
Así pues hoy, en Bloggercoaster, os traigo otros tres ejemplos de cuán variada puede ser la comida y los restaurantes donde la conseguimos en tres parques que podemos localizar en distintos puntos del planeta.
Rue de Maroc
(Gröna Lund, Suecia)
La gastronomía de parques es algo que en los parques del norte de Europa se toman muy en serio, ofreciendo no solo un gran rango de variedades tanto en dulces como en salados, sino una temática diferenciadora en la mayoría de menús y locales.
Durante la visita de hace unos años al parque de atracciones icónico de Stockholm, me encontré en un apuro que jamás pensé que tendría debido a la aparente pequeñez de los recintos de este parque en concreto: tuve tantas cosas por hacer durante toda la jornada que me faltó tiempo para ver absolutamente cada rincón del parque. Es por ello que a la hora de comer tuve que prescindir de un gran banquete o sofisticadas opciones, y tuve que tirar de un puesto que me ofreciera una comida rápida y sencilla para poder comer en no mucho más de 20 minutos.
Fue entonces cuando descubrí, a escasos metros de la durísima Insane, una pequeña avenida llamada Rue de Maroc:
Con pequeñísimos puestos con apenas espacio para un mostrador y un poco de pared para colgar los menús, se agolpaban en la pared diminutas fachadas temáticas en las que se vendía un producto general por cada puesto: frituras, palomitas, dulces, chocolatinas, zumos, etc.
Fue así como me dirigí a una de las casetas donde se prometía comida de estilo turco y es donde pedí un plato de shawarma:
Teniendo en cuenta que la presentación no es el fuerte de la comida en esta zona (donde se hallan una serie de mesas de picnic de madera para poder disfrutar de las vistas del parque mientras ingerimos nuestro menú), quedé muy impresionado con el acabado de la carne, que lejos de estar cocinada al estilo que conocemos por estas tierras (con el rulo de carne cortado en vertical) se trinchaba en bandeja con cuchillos, quedando mucho más suelta y menos correosa, además de presentar mucho más crujiente.
El toque de la cebolla morada y la salsa de yogur no hacían más que acentuar un baile de sabores que se completaba con unas patatas fritas a la perfección (crujientes y casi tostadas).
Si os encontráis en el sueco Gröna Lund, el bolsillo os pide descanso y las prisas acechan vuestra visita, no dudéis en pasar por la Rue de Maroc y disfrutar de alguno de los manjares express que os puede ofrecer. Os sorprenderá el resultado.
Merlin Stube
(Gardaland, Italia)
Si hay algo que me fascina cuando busco un restaurante en un parque temático es la capacidad que tienen algunos por mantener la incertidumbre hasta el mismo momento en el que te encuentras frente al plato, en una mesa y rodeado de un entorno que ni siquiera pensabas que verías apenas unos minutos antes. Y justamente eso es lo que consiguió el parque italiano de Gardaland cuando mi amigo Fon y un servidor nos dispusimos a cruzar las puertas del castillo medieval de Merlin Stube:
La idea bebe una pizca de los banquetes medievales que se celebraban por aquella época en la que los reyes y la gente de influencia del reino se juntaban en mesas de madera con generosos manjares de comida y devoraban hasta la última miga del plato.
En este caso se combina el concepto de comer dentro de una sala enorme, sentado en una grada de madera, ataviado con una corona de cartón dorado (echad un vistazo a la foto de más abajo), con música medieval en el hilo musical de fondo y con una inspiración gastronómica claramente marcada por la comida de origen alemán y austriaco, predominando sobretodo la carne en forma de escalopes gigantescos, las patatas y la cerveza. Todos los menús del Merlin Stube giran entorno a estos ingredientes.
En mi caso me decanté por el menú Lord Cutlet, con un escalope realmente gigantesco, una ración generosa de patatas cocinadas al estilo rústico y una buena copa de fresca cerveza:
Y como os he dicho antes, efectivamente el restaurante está preparado para integrarte a la perfección con el entorno medieval del lugar, así que aquí nos tenéis a Sir Feronian y a un servidor, Sir Meneghelnek, ataviados con las coronitas de reyes correspondientes:
Si vale la pena destacar otro componente básico de este restaurante es la enorme simpatía que desprendieron durante nuestra visita los trabajadores del parque. Nos ofrecieron buena conversación, nos asesoraron en todo momento y nos ofrecieron la mejor de sus sonrisas. Cuando se trabaja muchas horas en un parque de cara al público, la sonrisa es en ocasiones el único medio de comunicación entre el trabajador y el visitante, y ellos supieron comunicarse de manera excelente.
Pese a todo hay varios peros que enturbian quizás un poco la existencia en sí del Merlin Stube en Gardaland. El primero es que el lugar se encuentra un poco oculto del público general, en una arteria del parque alejada del murmullo principal y de las avenidas más concurridas, por lo que es muy probable que os encontréis el local vacío o cerrado en vuestra visita (no vendría a ser el restaurante más rentable del parque).
Eso provoca, a su vez, que los precios en el Merlin Stube sean sensiblemente elevados, por lo que si estáis dispuestos a vivir una experiencia algo diferente deberéis también estar dispuestos a soltar algunos euros más para pagarla. Tampoco nada del otro mundo, mi menú, por ejemplo, costó 14€ y puedo decir, ahora más que nunca, que comí como un auténtico rey.
Expedition Cafe
(SeaWorld, Orlando)
Con el añadido hace unos años de la "revolucionaria" Antarctica: Empire of the Penguin (y digo "revolucionaria" porque se convirtió rápidamente en uno de los fails más grandes de la época a nivel de parques temáticos), el parque de SeaWorld en Orlando dotó a sus recintos de una nueva y diminuta área temática donde nos introducía directamente en el interior de la Antártida para encontrarnos cara a cara con los pingüinos y rodearnos de las instalaciones de una base de investigación científica.
De esa manera es como aparte de la major ride y de la consiguiente macro-tienda de merchandising, también localizamos en la zona el restaurante llamado Expedition Cafe y que ofrece un acceso más bien discreto para lo que luego nos encontramos en su interior:
Expedition Cafe se basa en el concepto americano de ofrecer un mismo recinto para distintas tiendas o puestos. En el interior nos encontraremos tres opciones distintas a elegir según tengamos preferencia por la comida de una región del mundo o de otra. En total son tres las regiones a elegir: norteamericana, asiática e italiana. En cada una de las regiones hay entre dos y cuatro platos distintos a elegir y numerosas combinaciones de menús y small dishes (platillos de menor ración).
Yo me decanté por la vertiente asiática, pudiendo degustar un Teriyaki Chicken Platter, o lo que es lo mismo, un plato de sabrosas piezas de pollo cocinadas con salsa teriyaki (que no al estilo teriyaki, cuidado), con una variedad de arroz integral sazonada con especias. El resto del menú lo completaban un refresco grande, un rollito de huevo y una galleta de la suerte (que es gratuita y viene en cada menú):
Una vez obtienes tu bandeja con tu menú, te desplazas al exterior, a unas grandes terrazas tematizadas donde puedes degustar tranquilamente el plato y la variedad que hayas elegido.
Lo que más me llamó la atención de este restaurante, amén de la deliciosa variedad gastronómica que se presentaba en el interior, fue el detalle temático y ecológico en varios puntos del local, pudiendo observar por ejemplo como allí mismo se cultivan y crían algunas de las variedades de lechuga que más tarde complementarán los menús que se sirven en el mismo Expedition Cafe:
La verdad es que tanto por la localización (la zona de Antarctica está cercana al pleno centro del parque), como por la variedad asequible a cualquier bolsillo (la comida no es un componente excesivamente caro en los parques norteamericanos) creo que pensar en el Expedition Cafe a la hora de degustar un menú de mediodía es una buena opción si nos encontramos en SeaWorld Orlando, pese a que os recomiendo a que echéis un vistazo al resto de locales que tiene el parque ya que la gastronomía, en este recinto, obtiene bastante buena nota.
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Y hasta aquí una nueva edición de nuestro particular Food Porn Parqueril, una sección donde nos dedicaremos a echar un vistazo a algunos de los menús que he podido degustar hasta el momento en la más variopinta variedad de restaurantes posible.
En esta ocasión nos hemos desplazado desde una delicia turca en Stockholm, pasando por un menú medieval en plena Italia hasta llegar a una variedad asiática en la húmeda Florida, en EEUU.
Y a vosotr@s, ¿se os hace la boca agua con los platos que os he presentado en la entrada de hoy?
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