Hace apenas unos días una de mis redes sociales personales, concretamente Facebook, me recordó que por estas mismas fechas, justo un año atrás, servidor se encontraba paseando y descubriendo las absolutamente asombrosas calles de Tokyo, en Japón. Efectivamente, hace un año ya de toda aquella aventura en forma de vlogs y entradas en Bloggercoaster.
Y coincidiendo con ese recordatorio, decidí ponerme manos a la obra y, tras un periodo de recopilación, documentación y, porqué no decirlo, kilos y kilos de nostalgia, empezar a escribir acerca de los parques de atracciones y temáticos que descubrí en el país del Sol Naciente.
Así pues hoy, en Bloggercoaster, doy el pistoletazo de salida a la que espero que sea una larga saga de análisis de parques de todo tipo los cuales pude encontrar por aquél periplo de una decena de días en tierras niponas. Empezaré con el más pequeño de todo el viaje, pero no por ello menos importante, al contrario, resultó ser una de las sorpresas más gratas y disfrutadas, me refiero al micro-parque de Hanayashiki:
(Hanayashiki)
Vanagloriándose de ser el parque de atracciones más antiguo de todo Japón (y realmente así es), Hanayashiki es toda una rareza disponible a los ojos del sorprendido visitante que se atreva a adentrarse en sus callejuelas y pasadizos repletos de estímulos visuales así como rides de todo tipo en un increible ejercicio de encaje y orden, donde la compresión de elementos se convierten en una constante.
Construido en 1853 como un parque con jardín floral, este recinto que poco a poco ha ido rodeándose de edificios de oficinas y enormes bloques de hormigón en la actualidad supone uno de los parques de atracciones más visitados de Tokyo (si nos olvidamos, claro está, de los todopoderosos Tokyo Disneyland y Tokyo Disney Sea, claro). Gestionado actualmente por la compañía de videojuegos Bandai, el parque se nos presenta como una genial recopilación de flats, kiddies y, en especial, su único credit (Roller Coaster), la que a día de hoy es la coaster en funcionamiento más antigua de todo Japón:
Para llegar a Hanayashiki deberemos desplazarnos al barrio de Asakusa, conocido por contener algunos de los templos japoneses más bonitos de la ciudad así como por ser un barrio en el que proliferan las calles residenciales y las barriadas repletas de casas unifamiliares de tamaño liliputiense. En general se trata de un barrio bastante tradicional, desvirtuado quizás por la inminente presencia del turismo occidental.
Llegando al parque
Situado a apenas unos 10 minutos de la estación de metro de Asakusa (donde confluyen hasta tres líneas distintas de metro, siendo la principal la Toei Subway Asakusa Line), siguiendo las indicaciones que tengamos en nuestro smartphone o nuestro GPS nos encontraremos ante la imponente entrada de Hanayashiki, una de las más bellas que he encontrado en todos estos años de visita por parques de atracciones y temáticos:
El sistema de tarifas de Hanayashiki es algo confuso quizás para el visitante inexperto, pero rápidamente se entenderá una vez estemos en las taquillas de la entrada. Se pagan dos conceptos en este parque, por un lado pagamos una tarifa de ¥1000 yenes tan solo para entrar al parque y poder pasear por su interior y luego, una vez dentro, podemos elegir pagar una tarifa en forma de tickets por cada ride que queramos riddear o bien un Free Ride Pass en forma de pulsera que nos permitirá riddear todo aquello que queramos sin preocuparnos más durante el resto de la jornada.
En mi caso pagué los ¥1000 yenes de acceso y el Free Ride Pass de ¥2300 yenes, lo que en total sumó ¥3300 yenes, o lo que es lo mismo, unos 29 euros:
Antes de cruzar las puertas de Hanayashiki, merece la pena fijarnos en un curioso elemento turístico que el parque ofrece para sus visitantes extranjeros. Justo a la izquierda de la entrada nos encontraremos con una edificación de corte tradicional japonés llamada Ninja Dojo, correspondiende a un local (gestionado por el propio parque) donde por ¥2000 yenes tendremos acceso a una completa clase para convertirnos en auténticos ninjas:
Dicho esto, es momento de pasar el arco de entrada del parque y, con nuestro ticket de entrada ya comprado, dirigirnos a la oficina de tickets que encontraremos justo frente a nosotros. Deberemos dirigirnos allí tanto si queremos adquirir tickets para cada atracción o bien si queremos adquirir la wristband del Free Ride Pass:
Si os puedo dar un consejo, nada más abrir sus puertas el parque (entorno a las 10:00 de la mañana) se forman colas bastante lentas en esta garita, por lo que si es vuestra primera vez en Hanayashiki os recomiendo daros una vuelta por el parque primero, para reconocer las calles principales, la localización de las rides y los mejores atajos para, más tarde y con las colas ya disueltas, adquirir vuestros tickets.
Variedad de rides nada más llegar
Si algo sorprende inmediatamente al visitante nada más cruzar las puertas del parque es la ingente cantidad de rides que se agolpan prácticamente la una pegada a la otra, dejando sin descanso a aquell@s que gusten de observar las bonitas estructuras de las mismas, como es el caso del carousel del parque llamado Merry-Go-Round y situado a mano derecha de la entrada:
Y a mano izquierda, junto con las comprimidas oficinas de información y turismo (que os pueden ser muy útiles si tenéis pensado visitar algo más por el barrio ese mismo día) nos encontraremos con una clásica spin-ride llamada Swan, consistente en unos cisnes en forma de barca que girarán alrededor de un molino sobre una pequeña piscina de agua cristalina:
Junto al Merry-Go-Round y totalmente escondida nos encontraremos con Kiddy Ferris Wheel, que como su descriptivo nombre nos indica, se trata de una noria de dimensiones realmente diminutas y que, a modo de curiosidad, presenta un cartel que reza "1892 Riesen Rad". Lo curioso es que si se refiere a la Wiener Riesen Rad de Viena, esta fue construida en 1897:
Siguiente el mismo lateral donde encontramos la Kiddy Ferris Wheel también nos toparemos con todo un clásico en los parques de medio mundo y que en Hanayashiki recibe el nombre de Pyong Pyong, imagino que haciendo alusión al sonido de las ranas al saltar:
Justo detrás de esta Pyong Pyong nos encontraremos una de las estructuras más vistosas del parque y, a la vez, una de las rides más concurridas y solicitadas por los visitantes más teenagers del recinto. Se trata de una space shot de S&S que, efectivamente, recibe el nombre de Space Shot y se alza sobre las terrazas y edificios de Asakusa nada más y nada menos que hasta alcanzar los 65 metros de altura:
Vistas ya las rides que encontramos a mano derecha según entramos al parque, es momento de continuar con las estructuras que localizaremos a mano izquierda y entre las cuales destaca la imponente figura de Disk'O, que como su propio nombre indica, se trata de una de las flat rides más icónicas de la italiana Zamperla (sí amigos y amigas, ¡hasta aquí han llegado los italianos!):
La verdad es que el encaje que se ha hecho de esta ride en este parque en concreto desafía por completo toda norma y lógica, apenas rozando el contacto con uno de los monoraíles del parque (el cual podéis ver a la derecha del todo en esta fotografía):
Y como muestra de la eficiente compresión de espacios y zonas de visita en el parque, echad un vistazo a esta terraza del restaurante situada justo debajo de toda la amalgama de acero que sustenta la Disk'O:
¿Habéis riddeado alguna vez una Disk'O mientras atravesábais el aroma de la brasa candente calentando pinchitos de pollo teriyaki? Pues esa es justo la alucinante sensación que uno siente al dar vueltas y más vueltas en la Disk'O de Hanayashiki. Magistral.
Viaje a los orígenes del parque
Como os he comentado al empezar esta entrada, los inicios de Hanayashiki fueron en forma de parque floral repleto de paseos con jardines, estanques y formaciones rocosas decorativas y es precisamente lo que veremos a continuación lo que homenajea aquellos inicios tan verdes y naturales pues, en pleno centro del parque, se erige una gran estructura completamente cubierta por plantas y árboles naturales y en cuyo interior encontraremos un estanque, varias cascadas y unas grutas artificiales:
Choca bastante con todo el panorama general del parque y representa un reducido remanso de paz en medio de la particular odisea de rides que encontramos en Hanayashiki. Además lo más sorprendente quizás no es la propia existencia de este rincón sino el hecho de que su interior es menos concurrido de lo que uno cabría esperar viendo lo aglomeradas que se encuentran algunas calles del parque en algunos momentos del día:
Encontraremos algunas pequeñas rutas que nos permiten explorar este rincón y descubrir, mediante carteles, los orígenes de Hanayashiki y de su tradición floral y espiritual. Una de las rutas consiste en este vistoso y precioso puente rojo sobre un estanque repleto de carpas japonesas:
El estanque está en todo momento alimentado por esta sonora cascada donde también encontraremos un coqueto templo en miniatura construido con madera y situado en uno de los salientes de la roca artificial que forma esta estructura decorativa:
Otra de las rutas que podemos completar atraviesa por completo la "montaña" para conducirnos a la parte trasera de este punto tan floral. Lo más curioso de todo es que la gruta, de unos 10 metros de longitud, está equipada con un sensor en las dos bocas de la misma al paso del cual se activa una misteriosa musiquilla y unas luces LED azules colgadas en el techo, que podéis ver en esta fotografía que tomé mientras la atravesaba:
Parecerá una estupidez, pero habiendo visitado algunas de las estructuras más colosales y gigantescas del mundo, os puedo asegurar que se me compra al instante con detalles tan bien llevados como este. Si visitáis Hanayashiki, no os penséis ni un instante atravesar la gruta central y escuchar la musiquilla, os hará olvidar por apenas unos segundos el hecho de que estáis en un parque de atracciones en pleno centro de una de las ciudades más densas del mundo.
Más rides singulares...
Fijaos que apenas hemos recorrido 50 metros y ya nos hemos cruzado con media docena de rides de lo más variadas. Es momento entonces ahora de cruzarse con una de las atracciones más llamativas del parque, se trata de Carnival, una spin-ride de lo más sencilla en la que, tras acceder a la plataforma central, nos distribuiremos en una de las 20 góndolas que se sitúan alrededor de la misma para, una vez ajustada la lapbar, someternos a una serie de giros a distintas velocidades y en distintos sentidos durante un ciclo de unos 3 o 4 minutos:
Justo al lado de Carnival nos toparemos con uno de los edificios más tematizados del parque (aunque vale la pena aclarar que el parque es principalmente de atracciones, dejando la temática para un muy lejano segundo plano). Se trata de House of Surprises, una pequeñísima mad house en la que, como ya sabréis, experimentaremos el giro de 360º de la casa del cerdito del cuento de Los Tres Cerditos que el lobo se encargó de soplar:
Y por si tenéis dudas sobre el aspecto interior de la misma, aquí os dejo una pequeña muestra de cómo se vive un ciclo en esta curiosa House of Surprises:
Una vez hayamos dado varias vueltas sobre nosotros mismos en el interior de House of Surprises, es momento de descansar un poco y Hanayashiki nos invita a hacerlo con esta zona donde encontraremos un buen puñado de apacibles bancos de madera y que, a la vez, es el lugar donde encontraremos el Haneyashikiza Stage, un generoso teatro en el que se representan varias obras (principalmente de marionetas y coreografías) a lo largo del día:
En el momento en el que visité el parque, a mediados de noviembre, todavía la decoración y temática de este teatro giraba entorno al mundo del terror y Halloween (una festividad que los japoneses celebran con un fervor casi enfermizo) y es por eso que aproveché unos minutitos para tomar un refrigerio a base de zumo de plátano enlatado y observar el show de extrañas y coloridas coreografías, pudiéndome sacar minutos después una de mis fotografías favoritas del viaje, con algunas de las integrantes del elenco de actores y actrices de este Haneyashikiza Stage:
El Haneyashikiza Stage se encuentra justo en la base de la estructura más visible e icónica del parque, una gigantesca parachute tower llamada Bee Tower que se alza a una altura de 60 metros por encima de todos los edificios de alrededor:
La particularidad más destacada de esta torre en concreto, más allá de la cada vez más reducida existencia de este tipo de rides en todo el mundo, es el hecho de que las góndolas en las que viajaremos a modo panorámico se alejan de los paracaídas más clásicos para convertirse en unas coquetas casitas/canastos de dulces y flores:
Aunque con una operativa francamente nefasta (solamente la pude ver activa una vez en las 4 horas en las que permanecí en el parque), vale la pena tratar de riddear esta Bee Tower en la búsqueda de las que posiblemente sean algunas de las mejores vistas de Hanayashiki, desde el aire.
Queda todavía una segunda entrada en la que nos centraremos en completar el extenso catálogo de rides del parque (desde dark rides hasta simuladores, pasando por la omnipresente e histórica Roller Coaster).
Y a vosotr@s, ¿qué os está pareciendo de momento el pintoresco Hanayashiki?
Parece un parque muy de paso pero con curiosidades y bonitos rincones. Da la impresión de ser de esos parques regionales que al estar en medio de una ciudad adquiere cierta fama, pero que si estuviera en medio de la nada poca gente se plantearía visitarlo. Me ha sorprendido mucho el precio! 29 eurazos para esto? Qué barbaridad!
ResponderEliminarBueno, en realidad para ser Japón tiene una serie de ingredientes que lo hacen realmente único (echa un vistazo sino al enfoque y entorno de algunas fotografías, imposibles de sacar en otro tipo de parque, por ejemplo).
EliminarRespecto a los precios, hay que saber leer bien: los 1000 yenes los pagarás siempre por acceder pero luego puedes comprar tickets de 100 yenes cada ticket para riddear cada atracción. Por ejemplo, si no me equivoco Roller Coaster vale 3 tickets (300 yenes). Si solo vas a montar en las cosas una vez y te vas a ir rápido, es absurdo comprar el Ride Pass y dejarte esos 29 "eurazos para esto". Pagas los 1000 yenes de la entrada, quizás unos 600 o 700 yenes para riddear tu par de rides favoritas y te marchas.
Cuando pagues más de 200 euros por dos días en los parques Disney de la bahía de Tokyo pudiendo hacer colas de hasta 3 horas en la ride más ridícula hablamos de barbaridades...
Saludos Arnau!
Sisí había leído bien, 29€ la oferta "completa" me sigue pareciendo mucho. Disney es otro mundo en cuanto a precios...
EliminarSaludos!
Tengamos en cuenta también que el SMI japonés es de 920€ mientras que el sueldo medio de un japonés puede alcanzar fácilmente el equivalente a 2000€ mensuales. Ello ayuda también a que los precios de las cosas (y en especial los productos de ocio) sean sensiblemente superiores a lo que tenemos por aquí ;)
EliminarBien!!ya era hora de que nos ofrecieras un poco de caviar del que tanto nos gusta en forma de análisis de parques jejej aun me acuerdo de este parque cuando seguí tu viaje en tiempo real hace ya un añito en forma de pequeños vídeos,como pasa el tiempo.Es un parque muy pintoresco que seguramente no visitaría si viajara a japón,pero que agradecemos que nos lo hagas descubrir en forma de estas magnificas entradas jivo,no pares!!!.
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